Inicio POLÍTICA El Acéfalo…

El Acéfalo…

359
0

Son dos hechos en torno a un protagonista, Fidel Castro. Los otros personajes fueron presidentes mexicanos, uno con la sabiduría que da el estudio, y el otro montaraz, cerril y sólo atenido a lo que cree ingenio.

Castro fue el gran ausente en la reunión de países norte—sur, cuyo centro gravitaba en la presencia del mandatario yanqui, Ronald Reagan, si nuestro recuerdo es correcto. Octubre de 1981.

Al gringo le incomodaba la presencia del cubano quien recibió y aceptó la invitación. Tanto Estados Unidos como Inglaterra solicitaron que no participara el Primer Ministro cubano.

En una negociación de alta política internacional, el mandatario mexicano, anfitrión, se reunió con Castro, lo invitó a Cozumel y allí celebraron una reunión bilateral.

Fidel se marchó con gratitud hacia la delicadeza de Lopez Portillo, con quien mantuvo una relación de afectuoso respeto.

A consecuencia de amenazas armadas contra el país caribeño, el mandatario mexicano de visita en la isla soltó una frase que conmovió al más escéptico de los cubanos: sentiremos como propio lo que suceda a Cuba.

En las calles y los cafetines, la gente gritaba vivas a Mexico y aclaraban a los mexicanos que cubríamos las informaciones del día, que en la historía patria “de la Nación azteca jamás hubo un presidente más grande que José López Portillo”.

El taxista que nos llevaba a distintos lugares, se negó a cobrar era, dijo, su homenaje a los mexicanos siempre solidarios. En el bar del hotel con los sandwiches que apresuradamente, entre nota y nota ingeríamos, siempre llegaban cubas cortesía de otros huéspedes.

El tiempo pasa, el país se degrada y su inicio se da con un mandatario derechista no por convicción sino porque en su elementaridad sintio que le entregaron el certificado de propiedad del país y los macehuales que lo habitamos.

La ceremonia de toma de protesta de Vicente Fox, antiguo vendedor de refrescos, se convirtió en una pachanga sin orden ni respeto. Olvidando los preceptos constitucionales y el laicismo, saco una Virgen de Guadalupe y dedico el acto solemne a sus hijos adoptivos.

Aunque no llegó al extremo de convertir en festival de danzantes dominicales en la Villa, como sucede ahora, comenzó su gobierno atropellando leyes y asumiendo decisiones ridículas, imprácticas y fuera de la realidad.

De su gestión la historia lo maltrató todo lo que merecía, hasta la sucesión de un tricolor frívolo que perdía todas las mañanas un par de horas entre contemplación y erección de su peinado y con la continuación de un hombre que sufre los estragos de la edad.

Fox hoy se asume como el viejo y sabio padre de la patria actual. Mira, contempla y metódicamente suelta unas jeremiadas inconcebibles. La mas reciente ante la visita del presidente cubano:

“Preferible, bastó, fue suficiente un Comes y te vas a Fidel Castro”. Contrastó el episodio con las críticas desatadas por las visitas de Díaz Canel y Maduro.

Fox ocultó que sólo siguió las órdenes de Bush junior, un hombre lesionado intelectualmente por su admitido pasado alcohólico y de consumo de drogas fuertes.

Fox en momentos en que presumía su poder negociador, Fidel sacó de alguna parte la grabación en la que tontamente explicaba que Bush no lo quería pero lo admitiría durante la comida.

Las maromas verbales fueron lastimosas, pero Carlos Marín resumió el incidente cabeceando en Milenio: Comes y te vas, Fox a Fidel. El hecho lo tengo en la memoria porque estaba a cargo de la edición de ese día y consulté la cabeza principal.

El ridículo a nivel internacional fue mayúsculo y el presidente de México, acostumbrado a otros ridículos, se escondió algún tiempo para evitar preguntas incómodas.

Pero bueno, en la Universidad de Salamanca, España, hay un mosaico con la leyenda: Lo que Natura non da, Salamanca non prestaPara ratificarlo, observemos la no tan antigua fotografía del ex presidente, bajando en pijama de su hotel de lujo en Florida para comprar modesto perro caliente “Jodog” en su inglés de jardinero inmigrante; de paso para ahorrarse el desayuno…

Artículo anteriorAhí viene el tren
Artículo siguienteCortos de viernes
Periodista antediluviano, corresponsal en el exterior y reportero en méxico.

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí