Parece que no aunque sí: las redes cada vez más sofisticadas de hurto de combustibles hacen de las suyas no obstante los altos riesgos que tales prácticas entrañan y aumentan exponencialmente en el caso de extracción de gas licuado.
Así vimos la tremenda explosión ocurrida la madrugada de este domingo en el barrio San Pablo Xochimehuacán de la mera ciudad de Puebla, la cual origino, hasta ahora, una persona muerta, 11 heridos –entre ellos cuatro menores- y 30 viviendas destruidas.
Y no pasó a más debido a que las personas del mencionado barrio fueron adevertidas por el fuerte olor al combustible y tuvieron aproximadamente una hora para alejarse antes de que sobreviniera el estallido y la tremenda onda expansiva que corrió sobre las calles aledañas.
Viene esto a colación porque ya se sabe con toda la información corroborada por las autoridades que los mayores casos de la variante huachicoleo se registran en los estados –adivinó- Puebla, Hidalgo, Baja California, Estado de México, Veracruz y Guanajuato, según datos de la paraestatal Petróleos Mexicanos (Pemex); tan sólo el primer semestre del año las pérdidas son de 174.9 millones de pesos y registradas más de dos mil tomas clandestinas en el mismo periodo.
Vaya reto de proporciones gigantescas que enfrentan tanto las autoridades de seguridad pública como el propio Pemex en una red próxima a los 100 mil kilómetros de ductos, pues son varios grupos los que actúan y la venta de tales combustibles es de muy fácil colocación.
Es bien sabido que muchas fortunas se han hecho precisamente a la sombra de estas deleznables prácticas, tanto de los que roban, los que venden y los que compran, en ocasiones personajes importantes del sector económico.
Más lo que no se sabe, por supuesto.
Recodemos además que el gas es el combustible de más alta explosividad y riesgo.
De hecho el accidente de mayores dimensiones en destrucción en la industria petrolera nacional no fue ni Guadalajara, San Juanico, Ixtoc, Tlalhuelilpan, Pajaritos.
Fue el de la planta gasera de Cactus, Ciudad Pemex, Chiapas, ubicada cerca de Cárdenas y Villahermosa, Tabasco. Ni polvo quedó y se perdieron cientos de vidas en los ochentas.
Ataques
1. Lamentable el asesinato del periodista Fredy López Arévalo ocurrido la semana anterior en San Cristóbal de las Casas, Chiapas. Hay indignación en el medio periodístico por tan terrible hecho a un gran comunicador.
2. Imposible dejar de comentar la marcha de migrantes desde Tapachula a la Ciudad de México, en la que van centroamericanos y de Haití, entre otras nacionalidades. Hay cuando menos 80 mil personas asentadas en Tapachula en espera de asilo o visa de trabajo ya no en Estados Unidos, sino en México. Y más de 180 mil en ciudades fronterizas con Estados Unidos.
3. El Senado de la República iniciará el debate de la reforma a la Ley Eléctrica a partir de este mes y se esperan discusiones a fondo, pues se pretende que la empresa pública del sector controle el 56 por ciento de producción y distribución y el sector privado el 46 restante en absoluta coordinación, incluido los contratos vigentes.
4. El matrimonio de Inés Gómez Mont y Víctor Manuel Álvarez Puga, presuntos responsables de tremendo desfalco a las arcas públicas, andan de pelada como otros muchos de altos vuelos de los que no se sabe ni pío: Tomás Zerón; Andrés Roemer; Mariele Helene Heckes y Gilda Susana Lozoya Austin, esposa y hermana de Emilio Lozoya, ni sus luces.
5. Claudia Sheinbaum dice que México puede ser gobernado por una mujer, entre ellas por supuesto ella, mientras en la Ciudad que gobierna más de un millón de personas asistieron al desfile de muertos con todo y Covid incluido. Ya levantan anclas los que quieren participar en la sucesión.
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Escritor y periodista