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El Señor de Las Limas fue esculpido con serpentina antigorita

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Las técnicas de manufactura y la composición mineral son datos que permitirán conocer mejor el estilo escultórico olmeca.
  • A la pieza que resguarda el Museo de Antropología de Xalapa le fueron realizados análisis arqueométricos, por el Laboratorio Nacional de Ciencias para la Investigación y la Conservación del Patrimonio Cultural
  • Corresponde continuar con la investigación, para determinar con precisión su composición mineral y conocer de dónde se extrajo el bloque de piedra verde 

Karina de la Paz Reyes Díaz 

 27/02/2022, Xalapa, Ver.- Henri Noel Bernard Medina, director del Museo de Antropología de Xalapa (MAX) de la Universidad Veracruzana (UV), afirmó que la materia prima mayoritaria con la que se elaboró El Señor de Las Limas es la serpentina antigorita. 

La aseveración surgió de recientes estudios de arqueometría, que permitieron especificar el grupo mayoritariamente presente en esa roca metamórfica. Esto contribuye a las investigaciones sobre las relaciones regionales que la primera civilización de Mesoamérica estableció para obtener la materia prima que requirió. 

En diciembre del año pasado, integrantes del Laboratorio Nacional de Ciencias para la Investigación y la Conservación del Patrimonio Cultural (LANCIC) del Instituto de Física de la Universidad Nacional Autónoma de México y de la Universidad de Campeche, dirigidos por José Luis Ruvalcaba Sil, realizaron estudios arqueométricos en aproximadamente 45 piezas del acervo arqueológico que resguarda la UV, incluida El Señor de Las Limas

Ésta es una escultura icónica del MAX, por tratarse de las más apreciadas por los visitantes y solicitada para exhibirse en el extranjero. Incluso, los estudios del LANCIC iniciaron enseguida de su regreso al país, tras participar en una exposición de casi un año en el Museo Du Quai Branly-Jacques Chirac, en París, Francia. 

Es también emblemática del periodo Formativo Medio de la cultura olmeca (entre los años 900 al 400 a.C.), al ser la de mayores dimensiones entre las esculturas en piedra verde que se conocen: pesa 57.4 kilogramos, tiene 23 centímetros de ancho, 43.5 de largo y 55 de alto. 

El Director del MAX explicó, de inicio, que la necesidad de la arqueología por saber la composición mineralógica, manufactura y procedencia de las piezas, ha implicado vincularse con otras ciencias, como la física y la química, lo cual se realiza por medio de la disciplina científica denominada arqueometría. 

Una de las ventajas de los estudios implementados por el laboratorio dirigido por Ruvalcaba Sil es que no son destructivos ni intrusivos, dado el uso de sofisticado equipo tecnológico para realizar, por ejemplo, florescencia y difracción de Rayos X, espectroscopia de infrarrojo, así como microscopía, es decir, “no se tiene que sacar una muestra de la pieza para estudiarla con mayor detenimiento”. 

A la fecha, LANCIC continúa con los análisis de los espectros tomados en el MAX, pero ya tienen algunos resultados preliminares. 

En el caso de El Señor de Las Limas no fue nada sencillo saber su composición, toda vez que la piedra verde es metamórfica y por lo tanto heterogénea –susceptible a tener intrusiones de distintos minerales–; contrario a otras como la obsidiana, que cuenta con cierta homogeneidad. 

Bernard Medina aclaró que ya se sabía que el bloque en que fue tallada la escultura es de serpentina, pero éste es el nombre genérico para varios minerales, y como parte de los resultados preliminares del LANCIC es posible precisar que el mineral de mayor presencia es de serpentina antigorita, sin embargo, se están analizando los espectros para observar otro mineral asociado –cuya conclusión está en proceso. 

Confirmaron un dato más, para el cual el entrevistado dio el contexto: si bien a la fecha las esculturas de las antiguas civilizaciones se aprecian al color natural de la materia prima en la que fueron realizadas, es sabido que en su momento eran decoradas con diversos pigmentos que se han ido perdiendo con al paso del tiempo. 

En El Señor de Las Limas aún se observa color anaranjado rojizo entre los dientes y la boca, y los resultados arqueométricos recién realizados precisaron que se trata del mineral llamado cinabrio, pigmento utilizado por los olmecas. 

Henri Noel Bernard destacó la importancia de estudiar el patrimonio que está en los museos

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