No podía ser más certera esta frase dicha por el Secretario de Seguridad Pública de Nuevo
León ante el feminicidio de Debanhi, que refleja la muy cruda realidad de lo que sucede en
los gobiernos, en las instituciones de investigación del delito, en las de administración de
justicia, en la sociedad misma.
Datos oficiales reflejan que el feminicidio en México ha tenido un incremento del 137% y
ante ello, no hay una estrategia de Estado para enfrentarlo, tampoco hay seriedad en el
manejo de casos por parte de las instituciones, construyen juicios de valor, prejuzgan,
minimizan hechos, y el miedo, el temor de las familias, crece día con día.
Las violencias contra mujeres y niñas por supuesto que no son nuevas, como no lo es
tampoco ese machismo tóxico que genera las mayores atrocidades de que es capaz un ser
humano.
En la década de los 90as se vivió una ola de violencia, que puso en la mira a Ciudad Juárez,
incluso de organismos internacionales; en aquella época se documentaron más de 700
asesinatos violentos de mujeres, con evidencias de violencia sexual. Hoy nos enfrentamos
a un doloroso y exponencial crecimiento ya no solo de asesinatos, también de
desapariciones de niñas y mujeres, entre 9 y 11 mujeres asesinadas diariamente y en
promedio 6 mujeres y niñas desaparecidas.
En respuesta “En todos los estados hay hechos lamentables. En casi todos…” dijo el
presidente López Obrador hace unos días, declaración que sin duda es la evidencia de la
normalización de este grave problema, lo desalentador es, que sea en voz de la
mismísima persona que debiera generar las condiciones para enfrentar esta terrible
realidad, para prevenirla, para atenderla -como lo obliga la normativa- con el propósito de
no permitir esas “fallas humanas masivas” que está visto, empiezan desde él mismo.
En aquella época -Ciudad Juárez- los tres Poderes reaccionaron, Ruth Zavaleta
recientemente hizo un recuento de las acciones que se implementaron: se instalaron
comisiones especiales para la investigación (2003), se creó la Fiscalía Especial para la
Atención de Delitos Relacionados con los homicidios de Mujeres en el municipio de Juárez,
Chihuahua (2004), se instaló un Observatorio de seguimiento a las acciones de gobierno
conformado por organizaciones de la sociedad civil; también, se tipificó el delito de
feminicidio, se creó el Instituto Nacional de las Mujeres , se otorgaron recursos, se creó la
Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia y las locales, se creó el
protocolo para declarar Alerta de Violencia de Género en los casos donde hubiese
incremento de homicidios contra niñas y mujeres, hasta que en el Plan Nacional de
Desarrollo (2012-2018) uno de los tres ejes fue la igualdad de género, impulsando tres
programas especiales, se fortalece al Conavim, se crea un Sistema de información de
datos sobre violencia a nivel nacional y se garantiza la participación política paritaria
desde la Constitución y un sinnúmero de compromisos firmados por México en
convenciones internacionales.
Hoy, la declaración es: “En todos los estados hay hechos lamentables. En casi todos” Y
pareciera que todo lo hecho es ya insuficiente. Los feminicidios crecen y el Estado no está
capacitado para garantizar a las mujeres el acceso a una vida sin violencia.
Casos como el de Debanhi pone en evidencia las “fallas humanas masivas” que suceden en
todos los Estados de la República. Indignación, desconsuelo, tristeza, preocupación,
coraje, impotencia, desesperanza, desaliento, frustración, ante la impunidad, la impericia,
la corrupción, la incapacidad, la indiferencia, la negligencia, las trampas, las mentiras.
Por ello el 93.2% de delitos en México no se denuncian (Envipe), de ahí que la información
oficial de casos de asesinatos y desapariciones de niñas y mujeres se acercan muy poco a
los casos reales que se viven todos los días. Y en la mayoría de las ocasiones los cuerpos
de las víctimas son encontrados por la ciudadanía o por familiares, pero no, por las
autoridades.
¿El modelo se ha agotado? ¿Se requiere una nueva estrategia inmediata de prevención y
de atención? Porque de qué sirve que haya leyes si no se cumplen.
Requerimos entonces que las autoridades todas, hagan su trabajo, que haya
investigaciones verdaderamente convincentes porque en la mayoría de las veces dejan
más dudas que certezas. Requerimos entonces de un nuevo Pacto Social.
¿Los gobiernos de los tres niveles, las Fiscalías, los jueces, los tribunales, los congresos, los
partidos, la sociedad misma, lo entenderán?
¿Debanhi será un caso más como los tantos que nos han conmocionado?
O, será por fin el caso que deje atrás esa clara y muy cruda realidad que se presenta en
todos los casos de violencia contra mujeres y niñas, reflejada en la certera frase: “Fallas
Humanas Masivas” que se cometen todos los días, en todos los rincones del país.
rgolmedo51@gmail.com
@rgolmedo
Palabra de Mujer Atlixco
rociogarciaolmedo.com
Diputada de la LX Legislatura del @CongresoPue Integrante del