- Amibiasis, ¿el azote controlado? Fue el nombre de una sesión más del ciclo Las enfermedades olvidadas, coordinado por Adolfo Martínez Palomo, miembro de El Colegio Nacional.
- La conferencia contó con la participación de Martha Espinosa Cantellano, investigadora del Centro de Investigación y Estudios Avanzados, y se transmitió en vivo el 9 de junio por las plataformas digitales de la institución.
- “La amibiasis no debe de permanecer como una enfermedad abandonada, porque es una de las principales causas de diarrea en el mundo y afecta a millones de personas anualmente”: Adolfo Martínez Palomo
“Durante un tiempo nuestro país fue conocido como ‘La patria de la amibiasis’ y pasó a ser el país de la investigación de la amibiasis”, así lo afirmó Adolfo Martínez Palomo, miembro de El Colegio Nacional, al participar en la conferencia Amibiasis, ¿el azote controlado?, como parte del ciclo Las enfermedades olvidadas, que el médico mexicano coordina.
La sesión se transmitió en vivo el 9 de junio por las plataformas digitales de la institución y contó con la participación de Martha Espinosa Cantellano, investigadora del Centro de Investigación y Estudios Avanzados (Cinvestav). La amebiasis (o amibiasis), infección producida por el parásito microscópico intestinal Entamoeba histolytica, que se adquiere al consumir alimentos o agua contaminados, fue el eje central de esta conferencia en la que se habló de su origen, síntomas e investigaciones recientes.
En palabras de Martínez Palomo, el Entamoeba histolytica es un organismo unicelular que se llama amiba desde hace siglos, porque amiba significa sin forma, “está cambiando constantemente y es histolytica, porque produce la destrucción de las células de los tejidos”. Lo anterior puede producir lo que se conoce como una colitis amibiana, es decir, provoca una lesión en el intestino grueso hasta causar la revoltura del intestino y con eso la muerte.
“La otra manifestación común de la amebiasis es el absceso hepático amebiano, una infección mortal que si no llega a curarse a tiempo puede provocar la muerte, por fortuna hay medicamento efectivo”, explicó el colegiado. Agregó que la infección se transmite fundamentalmente a través de alimentos y agua contaminados, y las primeras manifestaciones de la enfermedad son molestias en el estómago y diarrea.
De acuerdo con el especialista, el origen de la amibiasis en México se remonta al siglo XVII, cuando Fray García Guerra, virrey de la Nueva España, falleció después de los festejos con los que fue recibido. En términos del idioma del siglo XVII, sufrió flaqueza de ánimos, congojas y calor demasiado, es decir, fiebre: “Este fue quizá el primer caso de absceso hepático amibiano, es muy posible”.
Sostuvo que en el siglo XVIII el absceso hepático amibiano siguió haciendo estragos entre la población de la Ciudad de México, a tal grado que en 1790 el Real Tribunal de Protomedicato, el equivalente a la Secretaría de Salud, para celebrar la coronación de Carlos IV de España, convocó a todos los médicos a un concurso sobre las obstrucciones inflamatorias del hígado y la tenacísima enfermedad que se experimentó en esos años.
“En 1937 los grandes médicos de la época hicieron un seminario y una revista llamada La amibiasis en México, era tan importante porque todos los hospitales generales en el área de gastroenterología estaban llenos siempre de absceso hepático amibiano o de colitis amibiana”, de ahí que el país fuera conocido como “la patria de la amibiasis”.
Fue en 1925, cuando el profesor francés de parasitología Émilie Brumpt estudió las amibas y descubrió dos tipos: la histolytica y la dispar. A partir de 1945, después de la Segunda Guerra Mundial, comenzó el interés por el estudio de esta enfermedad y hasta ahora se han publicado 15 mil investigaciones: “La amibiasis está presente en todo el planeta y cada año mueren de 40 mil a 110 mil personas por la infección amebiana. Sigue siendo muy importante, no debe de permanecer como una enfermedad abandonada, porque es una de las principales causas de diarrea en el mundo y afecta a millones de personas anualmente”, aseguró el colegiado.
Comentó que en México se registraron en el año 2017 más de 54 mil casos, y el último registro de 2020 contabiliza 20 mil casos, “son miles de casos, suficientes para considerarlo una enfermedad grave”.
Al tomar la palabra, Martha Espinosa Cantellano, investigadora del Centro de Investigación y Estudios Avanzados, habló de la Entamoeba dispar y Entamoeba hystolytica. Expuso que la amibiasis es una enfermedad cosmopolita que se encuentra mucho más en países en desarrollo y está muy asociada a las condiciones restringidas, a las condiciones de sanidad y a la pobreza.
Explicó que produce una serie de molestias como diarrea, disentería, lesiones intestinales y extraintestinales, además puede provocar la muerte; sin embargo, existe un tratamiento efectivo de antiparasitarios de amplio espectro, especialmente el Metronidazol.
Recordó que después de una reunión con expertos en El Colegio Nacional en 1997, se reconocieron las dos especies, histolytica y dispar: “Cuando no fuera posible distinguir una de otra, era importante notificar que sería histolytica/dispar”. También se propuso que, en el futuro, la Entamoeba histolytica iba a ser exclusivamente referencia a las especies que fueran capaces de causar enfermedad invasiva.
La experta en el análisis de parásitos protozoarios que infectan al humano narró cómo para su investigación trajo de Estados Unidos un cultivo de amibas. Aseguró que la “Entamoeba dispar es la “buena”, porque no invade, mientras que la Entamoeba histolytica es la “mala”, porque es la que produce el absceso hepático, la que causa las úlceras en el intestino grueso”.
Refirió que en el Cinvestav se tiene interés por estudiar estos parásitos protozoario, su morfología, su capacidad de adherencia, la motilidad, la patogenicidad y la invasividad: “En la invasividad detectamos que la Entamoeba dispar no invade, mientras que la Entamoeba histolytica sí es invasiva”.
En cuanto a la morfología, explicó que si se tiene una sola imagen es difícil distinguir una de otra, “pero cuando la vemos muchas veces, la Entamoeba dispar tiende a tener una superficie mucho más lisa, que la Entamoeba histolytica que tiene más protuberancias y hoyitos. Las amibas se han estudiado por 30 años en el CINVESTAV”, finalizó.
La conferencia Amibiasis, ¿el azote controlado?, como parte del ciclo Las enfermedades olvidadas, coordinado por Adolfo Martínez Palomo, se encuentra disponible en el Canal de YouTube de la institución: elcolegionacionalmx.