El misterioso asesinato de Aideé Mendoza, alumna del Colegio de Ciencias y Humanidades (CCH) Oriente de la Ciudad de México, ha sido un duro golpe para la comunidad estudiantil de la UNAM. Todo indica que la jovencita recibió un balazo en el costado derecho, justo debajo de la axila, que le provocó la muerte.
Se ha especulado mucho sobre el origen de la bala, que privó de la vida a Aideé y según las investigaciones realizadas, se ha llegado a la conclusión de que el disparo se hizo al interior del salón de clases; sin embargo, ninguno de los ahí presentes escuchó estruendo alguno, por lo que se ha especulado que el asesino utilizó una “pluma-bala” o “pluma-pistola”.
Este tipo de arma funciona a través de una recámara similar a la de una pistola común, que se desenrosca y se parte en dos para meter una bala calibre .22, luego se vuelve a unir y una de sus partes funciona como martillo que al cargar y soltar golpea el proyectil y detona la pólvora para activar el disparo. Por esto al momento de dispararse el arma escucharon dentro del aula un ruido similar al chasquido que se produce al destapar un refresco con gas.
Este tipo de bolígrafo (pluma bala) mide aproximadamente 14 cm y está dividido en dos partes, una inferior y otra superior; tiene un percutor que se activa al desplazarlo hacia atrás o hacia arriba y al soltarlo percute el culatín del cartucho. Su impacto puede llegar a ser tan letal como una pistola normal.
La “pluma-bala” se comenzó a comercializar en México de manera ilegal apenas hace un año y actualmente es de muy fácil acceso su adquisición en el mercado negro e incluso se consigue en la plataforma de Mercado Libre en un precio que oscila entre los mil y dos mil pesos. Aun cuando su venta no es legal, si se cuenta con el permiso correspondiente se puede portar de acuerdo con la Ley Federal de Armas de Fuego y Explosivos.
Actualmente han salido al mercado otro tipo de instrumentos de defensa personal de alto riesgo como son la lámpara de toques eléctricos, el mini lápiz labial pistola paralizante, el bastón retráctil y el paralizador de descarga eléctrica.
MIEDO Y DOLOR EN LA COMUNIDAD UNIVERSITARIA
Este homicidio ha despertado dos inquietudes, la primera es que se debe regular este tipo de armas que resultan ser letales. Aun cuando se crearon para defensa personal, su uso se ha propagado debido al clima de inseguridad que priva en el país; sin embargo, es necesario crear conciencia entre los portadores sobre los riesgos que implica su portación y mal uso.
La segunda inquietud es que los estudiantes de las diversas escuelas, facultades y colegios de la UNAM exigen la renuncia del director del CCH Oriente y del director general del CCH, y demandan mayor seguridad en el entorno de los planteles, así como en las facultades de la zona universitaria.
Es una pena que tengan que suceder estos lamentables hechos, para que los jóvenes se preocupen por su seguridad y exijan no nada más la intervención de las autoridades universitarias, sino también las de la Ciudad de México, para lo cual piden transporte seguro a la alcaldía de la demarcación correspondiente, pero a ellos les toca poner de su parte y convertirse en vigilantes de los malandros que pudieran infiltrarse en los planteles.
Por cierto, ya se determinó que la bala que mató a Aideé se disparó dentro del aula, que es calibre .22 y fue disparada por un arma distinta a una pistola común, por lo que presuntamente podría ser una “pluma-bala”; sin embargo, toda vez que salió negativa la prueba del rodizonato de sodio que se les practicó a los compañeros y al maestro de Aidee, las autoridades ministeriales seguirán investigando para determinar el móvil y encontrar pronto al autor material del homicidio.
Este crimen es un llamado de atención a las autoridades tanto de seguridad pública como educativas, para que se implementen operativos de revisión y de control en la portación de instrumentos de defensa o armas entre los estudiantes, para evitar que se repitan estos lamentables hechos, que preocupan a la ciudadanía y dañan al estudiantado.
Es poeta, redactor y fotógrafo originario de Puebla, radicado en Coatzacoalcos, Veracruz. Ha escrito varios libros de poesía y narrativa como Archivo de Sueños, Corazón de Metal y El Lugar Común, así como el poema Viajar es Regresar.