*En la exposición De adentro hacia afuera / De afuera hacia adentro, que se exhibe en el Centro de la Imagen
*En el Martes de Artes Visuales de la UAM se proyectó una entrevista con el fotógrafo holandés y el equipo curatorial
Nallely Sánchez Rivas
Bob Schalkwijk el fotógrafo holandés más mexicano de todos los tiempos, celebra 90 años de vida y 75 de trayectoria profesional con la exposición De adentro hacia afuera / De afuera hacia adentro, la cual resulta una ventana a los muchos “Méxicos” que conforman esta nación, gracias a los largos viajes que ha realizado con el fin de capturar la esencia y misticismo del pueblo mexicano.
Durante el programa del Martes de Artes Visuales, de la Coordinación General de la Difusión de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), se dio a conocer una entrevista realizada a Schalkwijk y al equipo curatorial de esta muestra, la cual se exhibirá hasta el 16 de julio de este año en el Centro de la Imagen.
Se trata de un recorrido por la vida profesional del artista desde sus inicios hasta su llegada a México en 1959, quien ha efectuado numerosos y largos viajes que revelan la belleza y contrastes de un país conformado por muchos “Méxicos” a través de retratos, paisajes, construcciones prehispánicas, edificios contemporáneos y diversos rituales, así como el registro de la transformación del entorno y de la vida cotidiana.
Está conformada por un pequeño fragmento del archivo en construcción de Schalkwijk, compuesto por más de 700 mil fotografías y abarca más de seis décadas, por lo que su trabajo se considera una importante fuente de documentación visual de la historia reciente de esta nación.
“Al llegar a México fotografié las calles, los pueblos, a su gente laborando. Años después viajé por primera vez a la Sierra Tarahumara para conocer a los rarámuris, lo cual marcó significativamente mi persona y mi carrera, por lo que regresé a ese lugar 17 veces más”, señala Schalkwijk durante la entrevista.
“Solía llevar cuatro cámaras a todos lados, una tipo blanco y negro con una película muy sensible lo que me permitía retratar de noche; otra similar con rollo menos sensible pero más fino, y dos más a color, una con película rápida y otra lenta”, añadió.
Adriaan Schalkwijk, quien junto a María Calderón curó la sección de salas llamada De adentro hacia afuera, declaró para la UAM que la exposición inicia con los entornos naturales, vírgenes y sin pactos de desarrollo que el artista ha fotografiado; la segunda sección aborda la construcción y la industria como un elemento de transformación del espacio y, la última, habla de la gente que ocupa estos sitios, de los rituales y la vida comercial.
El curador Schalkwijk –hijo de Bob– detalló que en el origen había mucha película blanco y negro, pero entre 2004 y 2005 cambió al mundo digital, situación que también se evidencia en esta retrospectiva con imágenes reveladas en plata gelatina y otras más impresas con técnicas actuales para esta muestra, ya que su tarea evolucionó con las tecnologías experimentando con distintos tipos de cámaras réflex.
Gina Rodríguez Hernández, historiadora de la fotografía y curadora de la sección De afuera hacia adentro, ubicada en las rejas perimetrales del Centro de la Imagen, dijo que es de alguna manera el complemento –que está en salas– para juntas conformar la exhibición de 44 instantáneas, en las que destaca el oficio y trabajo de cientos de personas de distintos sectores y entornos sociales.
Fotos de sus viajes por diferentes países que nunca se habían expuesto fueron seleccionadas, dejando ver una constante perspectiva empática y muy horizontal que caracteriza su trabajo, “pues en ellas se observan diversos rostros que al voltear a ver a Bob no lo hacen con antipatía o rechazo, sino con curiosidad y alegría”.
“En cada retrato no hay que olvidar al personaje que está detrás del lente, pues es su persona y esencia la que se revela y eso nunca va a cambiar, a pesar de que hoy en día todos tengan una cámara en su dispositivo celular, porque lo fundamental es observar con calma y sabiduría, y no sólo ir registrando todo a nuestro paso”, concluye el fotógrafo neerlandés que con el tiempo se ha vuelto mexicano.
