Por Gabriel Gamar
Caminé sin sentido dentro de mí mismo
por días y noches sin encontrar el rumbo,
sin encontrar mi meta;
busqué sigiloso alguna puerta abierta,
pero todas estaban cerradas;
intenté abrirlas una por una,
pero fue inútil,
estaban selladas.
Seguí caminando y me fui perdiendo,
y fue hasta que salí de mí mismo
cuando encontré mi rumbo,
y en ese momento
todas las puertas se abrieron por sí solas.
Es un sitio digital abierto a todas las ideas, emociones, libertades, política, literatura, arte y cultura.