En un mundo en constante evolución, la pregunta de cómo será la Tierra en 100 años y si va ha llegar el fin del mundo captura la imaginación y atrae tanto de expertos como del público general.
Según estudios recientes de distintos modelos de lenguaje y expertos en la rama, uno de los cambios más significativos que podría enfrentar la Tierra es en su clima. Modelos de IA sugieren un aumento en la temperatura global, que podría resultar en fenómenos climáticos extremos más frecuentes y severos, como huracanes, inundaciones y olas de calor.
Este cambio estaría impulsado por las continuas emisiones de gases de efecto invernadero, a menos que se implementen acciones globales significativas para disminuir significativamente estos niveles.
Asimismo, la Tierra experimentará transformaciones significativas en los próximos 100 años en el clima, biodiversidad, urbanización, tecnología, estructura social y gobernanza. La manera en que las sociedades se adapten y gestionen estos cambios determinará el futuro del planeta y de la humanidad.
La inteligencia artificial (IA), con su capacidad para modelar y predecir futuros basados en grandes volúmenes de datos, ofrece perspectivas únicas sobre los posibles escenarios que podrían desplegarse durante el próximo siglo.
Un aspecto relevante es la transformación de los ecosistemas. La IA anticipa cambios en la distribución de las especies y en la biodiversidad, con algunas áreas volviéndose inhóspitas para ciertas formas de vida.
Estos cambios podrían tener un impacto profundo en la agricultura y la seguridad alimentaria, obligando a las sociedades a adaptar sus prácticas de cultivo y consumo, aunque falta ver si la humanidad al igual que la fauna y flora se va mitigando.
La urbanización es otro factor que, según predicciones de la IA, continuará expandiéndose. “Para 2123, una gran mayoría de la población mundial residirá en ciudades” señaló la IA.
Esto presenta desafíos y oportunidades para el diseño urbano, con un enfoque en la sostenibilidad y la eficiencia mediante el uso de tecnologías inteligentes para gestionar recursos como el agua y la energía.
TRANSFORMACIONES
La IA prevé una integración aún mayor de la tecnología en la vida diaria, con desarrollos significativos en áreas como la medicina, donde las técnicas de edición genética podrían erradicar enfermedades hereditarias, y en el transporte, con la generalización de los vehículos autónomos y los sistemas de transporte público inteligentes.
A nivel social, la inteligencia artificial sugiere posibles transformaciones en la estructura laboral, con la automatización asumiendo roles repetitivos y manuales, permitiendo a los humanos enfocarse en tareas creativas y analíticas.
Sin embargo, esto también plantea desafíos en cuanto a la reasignación laboral y la necesidad de políticas que garanticen una transición equitativa.
Un aspecto crítico que la IA destaca es la importancia de la gobernanza global en la gestión de avances tecnológicos y ambientales, temas que ya se están tratando en esta época.
La cooperación internacional será crucial para abordar temas como: la regulación de la manipulación genética, la mitigación del cambio climático y la gestión de la inteligencia artificial avanzada, para evitar riesgos de los seres vivos sin importar su especie.
También, los temas de preservación del medio ambiente serán de bastante conversación entre los países, y los consensos que se den van a repercutir en el panorama de la especie humana y su convivencia con el ecosistema en los próximos años.
Es importante apuntar que aunque la inteligencia artificial ofrece estas predicciones basadas en datos actuales y tendencias observadas, todavía existe incertidumbre inherente al futuro. Los esfuerzos humanos, políticas progresivas y la adaptabilidad de nuestras sociedades jugarán un papel fundamental en la configuración del mundo en el próximo siglo.