En las vastas extensiones del espacio hay un problema invisible que amenaza la seguridad de la humanidad: la basura espacial. Este término se refiere a los desechos abandonados en el espacio, producto de misiones espaciales, satélites fuera de servicio y fragmentos de cohetes que orbitan el planeta Tierra a velocidades vertiginosas.
Recientemente este problema se hizo palpable cuando un fragmento metálico de más de dos kilogramos cayó sobre una casa en Florida, donde por fortuna nadie resultó lesionado. La NASA confirmó que dicho objeto formaba parte de un paquete de baterías que se desprendió de la Estación Espacial Internacional. Este incidente ha dado inicio a una nueva etapa en materia de legislación espacial, por lo que se están analizando códigos jurídicos y acuerdos intergubernamentales para determinar quién debería pagar los daños causados.
Sin embargo, este no es un caso aislado, ya que otro incidente notable se registró en China, en una población que sufrió daños cuando un propulsor de un satélite cayó del cielo. Posteriormente el pasado 22 de junio fue lanzado en China un cohete para poner en órbita el satélite franco-chino SVOM. Minutos después del despegue la primera etapa del cohete se separó de la segunda e inició un regreso inesperado a la Tierra, impactándose en un monte cercano a la plataforma de lanzamiento. Por fortuna los habitantes de la zona salieron corriendo al darse cuenta del peligro.
Estos incidentes subrayan la gravedad del problema y la necesidad de tomar medidas urgentes. La basura espacial representa una amenaza tangible para la vida humana y el entorno tecnológico. Estos desechos viajan a velocidades que pueden superar los 28 mil kilómetros por hora, lo que los convierte en proyectiles impredecibles que pueden causar daños muy significativos a satélites operativos y a la infraestructura terrestre, y por supuesto a las personas.
Estos accidentes en Florida y China destacan la necesidad urgente de abordar este problema global de manera coordinada y efectiva. A medida que la cantidad de objetos en órbita sigue aumentando, también lo hace la probabilidad de colisiones catastróficas que podrían generar cascadas de escombros, complicando aún más el acceso al espacio y poniendo en riesgo futuras misiones espaciales.
¿ANTE ESTE DESAFÍO, QUÉ NOS DEPARA EL FUTURO?
Los expertos y las agencias espaciales están explorando soluciones que van desde la limpieza activa de la órbita hasta el diseño de satélites más seguros y una regulación internacional más estricta.
Para proteger nuestra infraestructura tecnológica y garantizar un futuro sostenible en el espacio, es crucial que tanto los gobiernos como las entidades privadas inviertan en investigación y tecnología que mitiguen los riesgos de la basura espacial, porque solamente con una acción coordinada y decidida podremos evitar que el cielo se convierta en un campo minado orbital y preservar las maravillas del espacio para las próximas generaciones.
PROBABILIDADES DE QUE CAIGA UN ARTEFACTO DEL ESPACIO
La probabilidad de que un artefacto del espacio caiga y dañe a una persona o propiedad en la Tierra es muy baja, pero no es imposible, porque el aumento de la actividad espacial y la cantidad de objetos en órbita se está incrementando.
Los factores que influyen en esta probabilidad son la cantidad de basura espacial que actualmente ha llegado a más de 27 mil objetos rastreados por el Departamento de Defensa de Estados Unidos y muchos otros más pequeños que no son rastreados. Además de este factor está la desintegración en la atmósfera de la mayoría de los objetos que al entrar a la atmósfera terrestre se queman antes de tocar tierra. Sin embargo, algunos fragmentos más grandes suelen sobrevivir a la reentrada. Otro factor que reduce la probabilidad de que los fragmentos caigan en áreas pobladas es que la Tierra está cubierta en un 70 por ciento de agua y otra gran superficie son áreas deshabitadas, por lo que la zona de impacto se reduce.
Según la NASA las probabilidades de que una persona sea alcanzada por un fragmento de basura espacial son de 1 entre 3,200 personas. Y en términos generales la probabilidad de que cualquier persona en el planeta sea impactada es extremadamente baja.
ESTRATEGIAS PARA MITIGAR LOS RIESGOS
Ante este inminente peligro las agencias y las organizaciones internacionales ya están trabajando en estrategias para mitigar estos riesgos. Para esto se trabaja en mejorar el diseño de los satélites para que se desintegren completamente al reingresar a la atmósfera de la Tierra, además de desarrollar tecnologías para remover basura espacial de la órbita. También se están implementando regulaciones más estrictas para el lanzamiento y la gestión de satélites y otros objetos espaciales.
De manera que, aunque los recientes incidentes en Florida y China nos recuerdan que la basura espacial es un problema real, la probabilidad de que un fragmento de basura espacial cause daños o lesiones a las personas sigue siendo baja. Sin embargo, es crucial seguir trabajando en soluciones para gestionar y reducir la cantidad de basura espacial, garantizando la seguridad y sostenibilidad de las actividades y misiones en el espacio. Mientras tanto enfrentamos una carrera contra el tiempo y la acumulación continua de desechos que hay que controlar.
Es poeta, redactor y fotógrafo originario de Puebla, radicado en Coatzacoalcos, Veracruz. Ha escrito varios libros de poesía y narrativa como Archivo de Sueños, Corazón de Metal y El Lugar Común, así como el poema Viajar es Regresar.