En el subtramo 5 norte A, João Pedro Parreira, director de Mota Engil, explicó que también se construyeron en sitio más de 50 trabes al día, más de 280 prelosas al día, además de que se prefabricaron todos los elementos para un viaducto de 21.3 kilómetros.
Cancún, QRoo.- La construcción de tan sólo un segmento del tramo 5 norte del Tren Maya implicó el hincado de 2,852 pilotes que atraviesan a distintas profundidades las cavernas y ríos subterráneos que abundan en la zona entre Puerto Aventuras y Akumal, entre los municipios de Solidaridad y Tulum.
Este número corresponde sólo al subtramo 5 norte B de 20.7 kilómetros, a cargo de la empresa Indi, cuyo representante, Manuel Muñozcano Castro, dio detalles del avance de obra durante la conferencia matutina del presidente Andrés Manuel López Obrador.
Se informó que este subtramo B se encuentra prácticamente terminado, incluido el puente atirantado que forma parte de las cuatro distintas soluciones estructurales que se vieron obligados a desplegar para construir la vía en una zona de subsuelo con riesgo permanente de colapso ante la abundante presencia de cenotes, cuevas y ríos subterráneos.
Dichas soluciones consistieron en un viaducto elevado de 12.16 kilómetros soportado por “pilas, columnas y cabezales”, mismos que fueron colados en sitio.
Otra de las soluciones estructurales aplicadas en este subtramo fueron “saltos especiales”, tramos metálicos para librar las zonas arqueológicas encontradas durante el proceso de construcción; una solución más fue el terraplén, y por último, se mencionó el puente atirantado de 264 metros, construido así para librar la cueva Garra del Jaguar, donde también se han encontrado vestigios arqueológicos.
Para el caso del viaducto, “se construyeron 2,852 pilas de diferentes profundidades, las cuales sumaron más de 54,000 metros lineales, además de otras 2,600 columnas”, se expuso en un video informativo de la obra.
Contaminación del acuífero
El colado en sitio de las pilas y las columnas podría explicar los derrames que han sido documentados por activistas del movimiento Sélvame del Tren, quienes han denunciado la filtración de cemento al Gran Acuífero Maya del que forman parte las alrededor de 122 cuevas y cenotes que han identificado como afectadas por las perforaciones para el hincado de los pilotes que dan soporte a las vías del tren a lo largo de todo el tramo 5 sur entre Playa del Carmen y Tulum.
Recientemente, el activista Guillermo D’Christy documentó cómo estos derrames ya no sólo de cemento sino de combustible pretenden ser contenidos con improvisadas estructuras hechas de manta, en torno a las columnas hincadas en el subsuelo, las cuales, además de comenzar a oxidarse, ya han cambiado el color del agua que las rodea a un tono marrón.
Concluidos pero sin fecha de inauguración
Respecto de los subtramos 5 norte C —que abarca 20 kilómetros de Playa del Carmen a Puerto Aventuras—, y el subtramo 5 norte A —27 kilómetros entre Akumal y Tulum—, no se precisó el porcentaje de avance, pero durante sus exposiciones desde Palacio Nacional los representantes de los consorcios a cargo, ICA y Mota Engil, respectivamente, sugirieron que ambos se encuentran prácticamente concluidos.
En el subtramo 5 norte A, João Pedro Parreira, director de Mota Engil, explicó que también se construyeron en sitio más de 50 trabes al día, más de 280 prelosas al día, además de que se prefabricaron todos los elementos para un viaducto de 21.3 kilómetros.
Guadalupe Phillips MArgain, directora de ICA, detalló en el tramo 5 norte C, para poder darle fortaleza a la estructura de viaducto elevado en este suelo, se hicieron tres plantas de prefabricados, “son 45,000 metros cuadrados de construcción, que es la estación y toda la infraestructura que la rodea, más de 2,000 equipos de maquinaria y movimiento de tierras”.
En ambos casos no se dio detalle del número de columnas y pilotes que tuvieron que construir, pues en los dos también se hicieron viaductos para elevar la vía.
Sobrecostos del Tren Maya
El presidente Andrés Manuel López Obrador reconoció que los viaductos que elevan la vía elevaron los costos del tren en este tramo dos o tres veces más de lo planeado.
“Nosotros estamos construyendo el Tren Maya, cuidando no afectar el medio ambiente. Nada más para que se tenga una idea, de Tulum a Cancún son alrededor de 120 kilómetros y, para no afectar, 80 kilómetros son viaductos, segundos pisos. Es una inversión de dos, tres veces más que lo que costaría hacer el tren en el piso a ras de tierra, con terraplén y, sin embargo, para el paso de fauna, para no afectar cenotes, se cuidó el tramo. Tuvimos también que enfrentar muchísimos amparos”, expuso.