Según estimaciones, ocho de cada 10 habitantes en América Latina residen en centros urbanos, por lo que es necesario abordar desafíos como la gestión del agua
Ante el crecimiento acelerado de las grandes urbes a nivel global, especialistas hicieron un llamado para hacer frente a los desafíos climáticos, como la gestión del agua o la adaptación de estas regiones a los fenómenos meteorológicos extremos, mediante la adopción de modelos urbanos como las llamadas ciudades esponja.
De acuerdo con Fernanda Rionda, paisajista naturalista y presidenta de la Sociedad de Arquitectos de México (SAPmx), el modelo urbanístico de ciudades esponja representa el futuro de la urbanización, especialmente en las grandes urbes, al tomar en cuenta que la mayoría de la población se encuentra dentro de ellas.
«Las ciudades esponja representan un avance crucial en la integración de soluciones naturales con la infraestructura urbana. Este modelo no solo ayuda a mitigar los efectos adversos del cambio climático, sino que también promueve un entorno más saludable y resiliente para sus habitantes», indicó Rionda.
¿Pero qué significa?
De acuerdo con Rionda, el concepto de ciudad esponja se refiere a un enfoque urbano diseñado para retener, filtrar e infiltrar el agua de lluvia por medio de soluciones basadas en la naturaleza. Según la especialista, con base en un artículo del Observatorio de Innovación para Ciudades Sostenibles, una ciudad esponja es:
«Aquella que tiene la capacidad de gestionar el agua de manera efectiva, utilizando infraestructura verde que imita los procesos naturales».
El concepto toma relevancia en un contexto donde cerca de ocho de cada 10 habitantes de la población en América Latina, reside en centros urbanos, según el informe del Programa de las Naciones Unidas para los Asentamientos Humanos.
Para Rionda, el modelo de ciudad esponja implica la transformación de espacios urbanos mediante la incorporación de materiales permeables y la creación de áreas verdes. «El parque Jinhua Yanweizhou en China, por ejemplo, es un caso emblemático que demuestra cómo el diseño urbano puede integrar vegetación y estructuras para manejar el exceso de agua de lluvia y reducir el riesgo de inundaciones».
Así, los elementos clave para una ciudad esponja son:
- Zonas verdes: Creación de humedales, parques inundables y otros espacios verdes que permiten la absorción y gestión del agua de lluvia.
- Riberas de ríos rehabilitadas: Reemplazo del hormigón en las márgenes de los ríos por vegetación natural que ayuda a controlar la escorrentía (agua de lluvia que fluye por la superficie).
- Jardines de lluvia: Espacios verdes distribuidos por la ciudad que reducen la escorrentía superficial y mejoran la infiltración del agua.
- Tejados verdes: Techos cubiertos con vegetación que ayudan a disminuir el flujo de agua sobre el suelo y reducir el efecto de isla de calor urbano.
- Pavimentos permeables: Superficies que permiten la absorción del agua, lo que minimiza la fragmentación del suelo y el asentamiento desigual.
Ejemplos
En el mundo, hay distintos ejemplos de urbes que han adoptado este modelo, como puede ser las ciudades de Jinhua, Shanghái y Pekín en China, las cuales han implementado proyectos innovadores para gestionar el agua de lluvia y prevenir desastres.
Asimismo, en Estados Unidos, Nueva York ha transformado áreas industriales en parque inundables, como el Hunters Point South Park en Long Island o en California, donde actualmente se crean espacios verdes para captar y gestionar agua de lluvia.
De acuerdo con Rionda, en México se avanza en la implementación del modelo de ciudades esponja en varias regiones como Estado de México y Oaxaca, con iniciativas que son lideradas por el presidente de la asociación civil Estrategias de Adaptación al Cambio Climático, Daniel Dultzin.
“Este modelo no solo mejora la resiliencia urbana ante fenómenos climáticos extremos, sino que también contribuye a la biodiversidad, la calidad de vida y la sostenibilidad a largo plazo”, destacó la presidenta de SAPmx.
