Columna Ahora me toca/
México, un país donde en sus primeros 50 días del año han ocurrido más de 250 feminicidios; un país en donde su presidente pide respeto para los delincuentes, pero no justicia para las víctimas. México, un país en donde ser mujer es sinónimo de impunidad y en donde se está viviendo la peor masacre registrada en su historia, pero eso no debe de importar, lo que realmente es importante es no salir a pintar las calles y recordar que hay que acabar con la corrupción, aunque cada día exista más.
Esta última semana ha sido similar a la historia de la película “24 horas para sobrevivir”, en donde matan, acribillan, violan y todos esos delitos están permitidos; nadie va a la cárcel, nadie tiene culpa de lo sucedido, debido a que el gobierno lo permite y te tienes que cuidar para no ser la siguiente persona asesinada. Quién lo diría mis queridos lectores, ahora la ficción traspasó la pantalla y ha llegado a la realidad.
Miles de mujeres son asesinadas en este país, en donde parece que las leyes son de adorno. Así es… México que, aunque no tiene guerra declarada con ningún otro país, hay muertes diarias, hay una masacre sin fin y los ciudadanos ruegan para no ser la siguiente víctima.
Lo más repugnante es que asesinaron a una niña de tan solo siete años, la encontraron con huellas de violencia y abuso sexual en Tláhuac, Ciudad de México, tras casi una semana de haber sido reportada como desaparecida, y aún así con esa desgarradora noticia, el presidente Andrés Manuel, solo pide respeto para cualquier delincuente, debido a que tienen derechos. Ahora me pregunto si las miles de mujeres también tenían derecho y AMLO en lo que va de su mandato no ha pedido a las autoridades que velen por los derechos de esas víctimas.
Hoy los nombres de Ingrid y Fátima son marcados con sangre, son marcados por la impunidad y la gran corrupción que sigue en este país, son marcados por ser unas más de esta masacre que al parecer no tiene fin. Son marcados para que no se olviden, para que siempre recordemos lo valientes que fueron y lo cobarde que puede llegue ser una persona. Hoy fueron ellas, mañana podemos ser algunas de nosotras, ¡YA BASTA!, gritemos y exijamos que ya no sea #Niunamás.
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