El 70 por ciento del Universo está hecho de energía oscura, 25 por ciento es materia oscura, y sólo el 5 por ciento es la materia ordinaria que corresponde a las galaxias, estrellas y de lo que están hechos los seres humanos.
En el centro de una galaxia muy masiva —a 4 mil 500 millones de años luz de la Tierra— existe un cuásar (un agujero negro de mil millones de veces el tamaño del Sol). Se trata de un fenómeno extraordinario del Universo que come materia y parte de ésta se convierte en una cantidad enorme de energía que sale irradiada en forma de luz.
Este acontecimiento sirvió para que investigadores de diversos países como México (a través de la UNAM y el Instituto Nacional de Astrofísica, Óptica y Electrónica), así como el Instituto Nacional de Astrofísica de Italia y la Agencia Espacial Europea, encontraran la materia perdida del Universo.
Pero, ¿de qué se trata este concepto? De acuerdo con Yair Krongold Herrera, investigador del Instituto de Astronomía de la UNAM y quien forma parte del proyecto, el 70 por ciento del Universo está hecho de energía obscura, 25 por ciento es materia oscura, y sólo el cinco por ciento es la materia ordinaria que corresponde a las galaxias, estrellas y de lo que están hechos los seres humanos.
No obstante, de este cinco por ciento —llamado también materia bariónica— 20 por ciento del total son galaxias y estrellas, 30 por ciento es lo que hay en el medio intergaláctico como gas tibio y frío, pero aún faltaba por detectar el restante 50 por ciento.
A través del telescopio XMM-Newton ubicado en el espacio sideral que pertenece a la Agencia Espacial Europea, y desde la Tierra con el Gran Telescopio Canarias, los astrónomos observaron hacia el cuásar para utilizarlo como un faro de luz.
Fue así que identificaron la sombra de la materia en el camino hacia el agujero negro masivo y encontraron dos sistemas o filamentos de gas en donde está la materia pérdida. En la señal ultravioleta identificaron hidrógeno y en los rayos X encontraron oxígeno.
El descubrimiento de estos sistemas es extraordinario porque el primero se encuentra a 4 mil 300 millones de años luz y el segundo a 3 mil 900 millones de años luz de la Tierra.
Y para estar seguros de que se trataba de gas intergaláctico, buscaron galaxias a su alrededor, y en efecto, encontraron agrupaciones. “Esto nos dio la certeza que realmente era material intergaláctico, un gas muy tenue entre las galaxias”.
Para Krongold Herrera, la teoría del Bing Bang predecía la cantidad de materia que debería encontrarse en el Universo, y hasta el momento la mitad había permanecido perdida.
Trascendencia
Para el astrónomo universitario esta investigación resulta importante porque hasta el momento se desconoce de qué está hecho, en su mayoría, el Universo. “No sabemos qué es la materia y energía oscuras, pero por lo menos los astrónomos debemos conocer dónde se encuentra la materia que sí podemos ver”.
De hecho, esta investigación ratifica que el Big Bang es una teoría correcta, y además, pueden entenderse cómo se forman las galaxias de este Universo.
¿Qué sigue?
Los investigadores buscan repetir el experimento en otras direcciones, para que a partir de la detección de este gas se configure un mapa de todo el Universo, cómo ha evolucionado, e incluso, tener las estructuras de las galaxias y sus agrupaciones que vemos hoy día.
La idea es encontrar otro cuásar igual de brillante. “Lo estamos seleccionando, pero el asunto es dejar el telescopio de rayos X viendo ese punto durante 18 días, algo que resulta costoso”.
No obstante, “debemos esperar 10 años para que se lance otro telescopio al espacio sideral y ver desde otro punto de vista”, concluyó.
POR: Michel Olguín Lacunza / edición Diana Rojas García