Gabriel García-Márquez
En una colaboración anterior hablamos del nuevo sistema de pagos CoDi (Cobro Digital) implementado por el Banco de México y que recientemente en este mes de octubre se echó a andar en algunos establecimientos comerciales del país. Aparentemente esta es una buena medida, que podría dar seguridad a los usuarios, ya que no es necesario que carguen dinero en efectivo corriendo el riesgo de ser despojados de él en un asalto. Sin embargo, este nuevo sistema de pagos ha despertado una serie de especulaciones que nos han puesto a pensar seriamente en las verdaderas intenciones que en el fondo lleva este nuevo instrumento financiero digital.
No nada más en México se está dando este cambio, todo ha comenzado en Europa, no somos los inventores de este sistema que viene aparejado con la posible desaparición del papel moneda. Esto significa que la eliminación total del dinero en efectivo ya viene en camino. En México no seremos los últimos, ni los primeros, pero ante la globalización que se vive actualmente en el mundo, tarde o temprano esta medida tan drástica nos habrá de llegar.
Dicen los analistas que saben de esto, que a partir del 2020 comenzará la desaparición del papel moneda, que es un plan mundial en el que participan los hombres y los bancos más poderosos del mundo.
Así que muy pronto todo el dinero será digital y para entonces habrá un gran control y fiscalización sobre todos los movimiento económicos y financieros de todos. Los gobiernos y los bancos al saber qué es lo que compramos, sabrán cuales son nuestros gustos y nuestras preferencias y lo que hacemos con cada centavo que gastamos.
Actualmente como el dinero en efectivo es anónimo, cualquiera puede regalarlo a quien quiera o usarlo como se le de la gana, que nadie se entera del uso que le damos a nuestro dinero, a menos que pase por una institución bancaria. De igual manera quien lo recibe no tiene que darle cuentas a nadie si es en efectivo, si es una limosna o una dádiva.
En el caso de que se vislumbre una crisis económica, congelación o devaluación, nadie podrá salir corriendo a sacar su dinero en un cajero automático, porque no habrá papel moneda, ni un centavo que sacar, salvo que se tenga que pagar algo mediante el cobro digital.
De manera que los beneficiarios serán los bancos, los banqueros y los gobiernos que protegerán de esta manera su liquidez y la gente en general no podrá guardar dinero en su casa, porque todo tendrá que pasar por los bancos, que dicho sea de paso si un banco quiebra el dinero guardado desaparecerá, porque todo el dinero estará nada más en la base de datos de los bancos.
Si el Internet llegara a colapsar por algún accidente, como ya ha sucedido varias veces durante este año, nadie podrá disponer de dinero porque no habrá acceso a la red financiera, porque nadie se podrá conectar con el banco. Nada se podrá comprar, porque no habrá manera de pagar la mercancía o el servicio.
¿QUIEN VA A SALIR BENEFICIADO CON ESE PLAN?
En adelante, con el dinero digital, cada transacción que se efectúe se podrá someter a la imposición de una tasa o un nuevo impuesto, algo que no se puede hacer con el dinero en efectivo o con el papel moneda. Cada transacción que realice un usuario podrá tener una tarifa, como ya se hace en Oxxo o en los establecimientos que reciben pagos de tipo bancario.
En caso de una crisis no podrá haber retiros masivos de dinero, con lo cual el sistema trata de evitar la fuga de capitales. El lado bueno de esta medida es que se evitará, dicen, el lavado de dinero y se acabará con los fraudes, es decir se combatirá la corrupción. Esto está por verse.
En resumen, la intención es desaparecer en el menor tiempo posible todo tipo de monedas, billetes y papel moneda en todas sus presentaciones. Bueno, esto es lo que dicen los expertos que han seguido muy de cerca este plan encabezado por los magnates financieros de todo el mundo.
Es poeta, redactor y fotógrafo originario de Puebla, radicado en Coatzacoalcos, Veracruz. Ha escrito varios libros de poesía y narrativa como Archivo de Sueños, Corazón de Metal y El Lugar Común, así como el poema Viajar es Regresar.