- Felipe Leal, miembro de El Colegio Nacional, coordinó la nueva mesa del ciclo Arquitecturas de las ciudades de México.
- El espíritu de este ciclo es valorar muchas de las tradiciones arquitectónicas que tiene nuestro país, que siguen aportando a la cultura de las edificaciones de nuestro país, afirmó Felipe Leal.
- En la mesa dedicada a la ciudad de Puebla participaron los arquitectos Enrique Norten, Sergio Gallardo y Alejandra Rubio.
Puebla comparte ciertos paralelismos con otras urbes mexicanas; a menos de diez años de cumplir 500 de su fundación, la ciudad de Puebla comparte “ciertos paralelismos” con otras urbes mexicanas, como la especulación inmobiliaria, la expansión de la mancha urbana y una serie de arquitecturas de carácter comercial, señaló el arquitecto Felipe Leal, miembro de El Colegio Nacional, durante el ciclo Arquitecturas de las ciudades de México.
Tras analizar la situación arquitectónica y urbanística de Mérida, Guadalajara, Tijuana, Veracruz y Monterrey, el colegiado moderó la sesión dedicada a la ciudad de Puebla, la cual se llevó a cabo en en el Aula Mayor de El Colegio Nacional y se transmitió en vivo a través de redes sociales de esta institución. En la mesa participaron los arquitectos Sergio Gallardo, Alejandra Rubio y Enrique Norten.
La situación de Puebla, señaló Leal, “no es algo ajena a lo que está pasando en nuestras ciudades. El espíritu de este ciclo es valorar muchas de las tradiciones arquitectónicas que tiene nuestro país, de obras, sin duda, significativas, que siguen aportando a la cultura arquitectónica de nuestro país, a la cultura del espacio público, pero sin duda, una parte que no está exenta de especulación y de una arquitectura muy banal y comercial”.
Leal expuso sucintamente algunos datos históricos de Puebla de los Ángeles y resaltó atributos de la ciudad, como su carácter criollo y su arquitectura colonial, su gastronomía y sus sitios culturales.
“Puebla, ante todo, tiene arte, una vasta gastronomía, es uno de los destinos con más iglesias y artesanías únicas, cuenta con innumerables joyas arquitectónicas entre iglesias, sedes universitarias, casonas, fuertes, teatros y mercados; en 1987, la UNESCO incluyó al casco histórico de la ciudad de Puebla en la lista de ciudades Patrimonio de la Humanidad por su importancia cultural, histórica y arquitectónica”, recordó.
Ante esas características, Enrique Norten lamentó que Puebla, siendo “uno de nuestros secretos más preciados y mejor guardados en el país, fuera de México muy poca gente la conoce. Puebla no acaba de ser el destino internacional que debería de ser”.
“Es una ciudad impresionante, bien conservada, con una riqueza arquitectónica y urbana fabulosa; no es nada más la belleza de sus objetos arquitectónicos, sino es este equilibrio extraordinario entre la masa y el vacío que tiene Puebla; hay pocas ciudades que tienen este equilibrio, que hace de Puebla una ciudad tan rica, evidentemente un gran ejemplo de lo que fueron las ciudades coloniales”, argumentó.
Norten repasó los proyectos del Museo Amparo, el Monumento emblemático a la Batalla de Puebla y el no realizado del Paseo Bravo, que ha tenido oportunidad de desarrollar para la ciudad, fundada en 1531. Asimismo, afirmó que el valor de la urbe no sólo radica en su entorno urbano, sino “que está enclavada en un ambiente natural impresionante. Es bellísimo estar en las faldas de esa extraordinaria sierra con la presencia todo el tiempo de esos dos volcanes maravillosos”.
A ese ambiente natural, Norten sumó la riqueza acuífera: “Puebla le debe a sus ríos y a su agua gran parte de su riqueza urbana y de su riqueza arquitectónica; Puebla además de ser este lugar de paso, de descanso, o de comercio, gran parte de la riqueza que ha construido tiene que ver con esta industria textil del siglo pasado que se estableció precisamente ahí por la cantidad de agua que existía en Puebla y precisamente por los ríos que había”.
¿Ciudad del futuro?
Luego de repasar la historia arquitectónica de Puebla, el arquitecto Sergio Gallardo cuestionó si acaso, el surgimiento acelerado de fraccionamientos es el futuro de la metrópoli. “Vemos una producción de vivienda en fraccionamientos cerrados, que creo que está destruyendo la ciudad, sobre todo en las periferias; el fraccionamiento Lomas de Angelópolis, ya perdí cuántas hectáreas lo conforman, es un pequeño clusters dentro de un gran fraccionamiento”, dijo.
A este fenómeno, Gallardo agregó la construcción de una ciudad alterna, la llamada Angelópolis, que excluye al peatón. “Creo que no debería de ser la ciudad del futuro, está dentro de la ciudad de Puebla, ya en la periferia lo que es llamado el proyecto Angelópolis y que es muy parecido a lo que se tiene en Santa Fe, un modelo de ciudad diseñada para el automóvil, donde el peatón es muy poco considerado, las banquetas son muy angostas y aparecen edificios corporativos de las grandes empresas”.
En una ciudad “muy poco accesible para la mayoría, más bien una ciudad destinada para un grupo económicamente pudiente”, afirmó el arquitecto poblano, “el desarrollo inmobiliario se ha convertido en una actividad económica muy importante, creo que el desarrollo inmobiliario está produciendo la nueva ciudad en la periferia y, a veces, con alguna estrategia de ventas un poquito perversa”, dijo después de mostrar la fotografía de un anuncio publicitario con la frase “No es guapo pero vive en Lomas”, utilizada para promover un fraccionamiento.
Gallardo recordó que el centro de la ciudad cuenta con aproximadamente “300 manzanas que tienen todos los estilos arquitectónicos, no sólo el barroco o el colonial, sino una serie de edificios que hacen que Puebla sea considerada Patrimonio”.
El proyectista ubicó la primera modernidad de la ciudad hacía el siglo XX: “Cuando empezaron a construir edificios muy racionales, llegó a México el funcionalismo, el movimiento moderno que empieza a hacer contraste con los edificios del Centro Histórico”.
Antes de los años 90, explicó, en Puebla se dio una nueva producción arquitectónica que, sin embargo, “no deja de ser relativamente tradicional dentro de los esquemas convencionales”, y no fue sino hasta comienzos de esa década que Gallardo ubicó el “punto de quiebre, o lo que es un antes y un después de la arquitectura en Puebla”.
“Empieza una arquitectura mucho más arriesgada, muros de lámina oxidada, muros curvos, se empiezan a dejar algunas instalaciones a la vista, ya no se ocultan, el acero empieza a incorporarse dentro de la arquitectura, pero no sólo como elemento estructural sino ornamental”, señaló. El principal responsable, dijo, fue el arquitecto Gerardo Balcazar, fallecido prematuramente a los 38 años de edad.
En su oportunidad, la también arquitecta Alejandra Rubio Acle habló del ambiente urbanístico de Puebla y recordó algunos proyectos en los que, desde su despacho Rc 6.7GL Arquitectura, le ha tocado participar para dignificar a Puebla y su entorno.
“La ciudad de Puebla es conocida por tantas cosas menos por sus ríos, y resulta que Puebla tiene unos ríos maravillosos y tiene unos caudales espectaculares y eso te da un paisaje de los que muy pocos somos testigos y muy pocos reconocemos. Casi nos tocan 28 kilómetros que nadie reconoce. Puebla fue fundada alrededor de un río, el San francisco, que actualmente lo único que nos queda es a partir de Puente Negro y no es bonito, no es un lugar turístico, y nosotros comenzamos a ver el río Atoyac por esta otra vertiente que se llama el río Rabanillo”, lamentó.
La defensa de los ríos y de otros espacios urbanos, dijo, surgió de pensar “en tener ríos que nos permitan jugar en ellos y tener vías en las que pudiéramos caminar, y hablar de una calle no necesita tener que involucrar un vehículo motorizado, el cómo podríamos generar espacios en los que realmente conviviéramos, porque eso es donde realmente se genera la identidad”, dijo.
La sesión dedicada a Puebla, dentro del ciclo ”Arquitecturas de las ciudades de México”, se encuentra disponible en las redes sociales de la institución.
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