La discrepancia entre CFE y Pemex radica en definiciones: CFE incluye energía nuclear y gas natural como «energía limpia», mientras que Pemex se enfoca solo en fuentes renovables.
La Comisión Federal de Electricidad (CFE) ha respondido a un reciente artículo publicado en Expansión, el cual afirmaba que solo el 18% de la energía que genera la empresa estatal proviene de fuentes renovables. Este dato, basado en un informe publicado por Pemex, generó discrepancia al destacar que la mayoría de la electricidad producida por la CFE aún depende de combustibles fósiles.
En su carta aclaratoria, la CFE enfatiza su rol como el mayor generador de energía limpia en México, subrayando avances significativos en su transición hacia fuentes más sustentables. Entre 2019 y 2023, según la CFE, el 55% de la energía limpia inyectada al sistema eléctrico nacional provino de sus plantas. La empresa también asegura que ha reducido en un 7% su dependencia de fuentes convencionales desde 2018, y que sus emisiones de dióxido de carbono (CO₂) han disminuido en un 16%.
Estos esfuerzos forman parte de un plan más amplio para modernizar su infraestructura energética, incluyendo la repotenciación de plantas hidroeléctricas y la construcción de nuevos proyectos solares, como la Central Fotovoltaica Puerto Peñasco, que eventualmente generará 1,000 megavatios. No obstante, el último Informe de Sostenibilidad de Pemex presenta una visión distinta.
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Según el análisis de la petrolera, que forma parte de su plan de Sostenibilidad presentado apenas hace unas semanas, en 2023, solo el 18.4% de la electricidad generada por la CFE provino de fuentes renovables, tales como la solar, la eólica y la hidroeléctrica. Esto significa que más del 80% de la electricidad entregada a los clientes fue generada a partir de otros combustibles, algunos de ellos fósiles, como el carbón, el gas natural y el diésel.
Una de las principales discrepancias entre los datos proporcionados por las empresas estatales radica en las definiciones. La CFE agrupa bajo el concepto de “energía limpia” tanto la energía proveniente de fuentes renovables como la nuclear y el gas natural, este último considerado un combustible de transición.
«Las energías renovables intermitentes, como la fotovoltaica y eólica, están respaldadas por otras fuentes que brindan estabilidad al sistema. Asimismo, la CFE echa mano de otras energías limpias como la geotérmica o la nuclear», detalla la empresa estatal en su carta aclaratoria.
Por su parte, el informe de Pemex se enfoca exclusivamente en las fuentes renovables, excluyendo al gas natural y la energía nuclear. Otro análisis de la Secretaría de Energía hace esta misma distinción, y divide a las «fuentes de generación limpias» en aquellas que son «limpias renovables» y «limpias no renovables».
Esta diferencia en las clasificaciones es clave para entender las divergencias en los porcentajes reportados por CFE y Pemex.
Las condiciones climáticas también han afectado la capacidad de la CFE para generar energía renovable, particularmente en el caso de las hidroeléctricas. Las sequías prolongadas en diversas regiones del país han reducido drásticamente la producción de energía hidroeléctrica, que según Pemex, cayó un 42.05% entre 2022 y 2023. Esta disminución ha obligado a la CFE a depender de plantas térmicas que utilizan combustibles fósiles para cubrir la demanda eléctrica.
A pesar de los retos, la CFE sostiene que su estrategia de transición energética está «en marcha». La empresa ha señalado que sigue comprometida con la reducción de emisiones y que la diversificación de fuentes de energía.