Un reciente análisis realizado por el Neuromodulation Research Facility del Butler Hospital, en Rhode Island, Estados Unidos, sugiere que el consumo habitual de cafeína podría limitar la capacidad del cerebro para aprender y reconfigurarse. Este estudio, que involucró a 20 personas, pone en tela de juicio anteriores investigaciones que sugieren que este componente promueve la plasticidad cerebral.
Los detalles del estudio, publicado en la revista Frontiers in Psychiatry, se centran en el impacto de la cafeína en la LTP, un proceso clave en el fortalecimiento de conexiones neuronales asociado con la adquisición de nueva información y adaptación cerebral. La cafeína, conocida por bloquear la adenosina —un químico cerebral que induce somnolencia—, se ha asociado tradicionalmente con un incremento en el estado de alerta.
Los autores observaron señales cerebrales relacionadas con el aprendizaje y la memoria y encontraron que los efectos de la potenciación a largo plazo (LTP) eran más marcados en los individuos que consumían poca o ninguna cafeína en comparación con aquellos con un consumo diario de entre una y cinco bebidas con cafeína.
En esta investigación se utilizó la estimulación cerebral repetitiva mediante rTMS (estimulación magnética transcraneal repetitiva) para simular una disposición cerebral al aprendizaje. Durante el análisis, los participantes que no consumieron bebidas con cafeína mostraron impulsos eléctricos, indicadores de LTP, significativamente más fuertes.
Los científicos sugieren que la estimulación regular de la cafeína podría generar un efecto contrario en el cerebro, lo que reduce los niveles de plasticidad, aunque esta es una hipótesis preliminar.
TRABAJO PILOTO
El estudio tiene sus limitaciones, ya que incluye una muestra pequeña de solo 20 individuos y se basa en la cantidad de cafeína autoinformada, lo que dificulta determinar el impacto preciso de diferentes dosis de cafeína en la LTP. Pese a esto, los hallazgos son significativos para informar futuras hipótesis.
Este trabajo piloto abre el camino para explorar en mayor profundidad cómo la cafeína altera el mecanismo subyacente de aprendizaje y memoria y su impacto potencial sobre los efectos clínicos de rTMS.
Los autores del estudio planean continuar esta línea de investigación con estudios futuros más controlados y precisos que regulen estrictamente la ingesta de cafeína y su dosificación antes de las pruebas para estimar mejor la biodisponibilidad en el sistema nervioso central y su correlación con las respuestas de plasticidad.
Asimismo, contemplan la posibilidad de que “los individuos con una plasticidad innatamente mayor (por otras razones) se sientan menos atraídos por la cafeína, y que estas propiedades innatas estén impulsando la diferencia general en los estudios anteriores, así como en nuestros hallazgos”.
Una anterior investigación detectó que “la ingesta diaria de cafeína podría inducir una rápida plasticidad cerebral”, pero al mismo tiempo “ser perjudicial para el rendimiento cognitivo de orden superior a largo plazo”.
La relación entre la cafeína y la salud es compleja, con estudios anteriores que muestran efectos variados, incluida una posible protección contra la demencia y un aumento en el riesgo de diabetes.
“Entender mejor cómo la cafeína altera el mecanismo subyacente del aprendizaje y la memoria, así como el impacto potencial de la cafeína sobre los efectos clínicos del rTMS, merece mayor atención”, señalan los investigadores.
Con este estudio, la comprensión sobre cómo nuestro consumo diario de cafeína puede estar afectando nuestra neuroplasticidad podría cambiar en el futuro. Por eso, son necesarias más investigaciones.