Se promueve como edificación sustentable y “remodelación externa”
del Coloso de Santa Úrsula.
Oposición vecinal: piden su cancelación y un alto a las políticas
neoliberales.
Guadalupe López García y Lizbeth Álvarez Martínez
Las empresas responsables lo promueven como una edificación sustentable, el
gobierno de la Ciudad de México, como parte del plan para la reactivación
económica después de la pandemia por la covid-19; la Federación Mexicana de
Futbol (FMF), como un ejemplo para el mundo, pero para los habitantes de la
zona, el proyecto Conjunto Estadio Azteca (CEA) será parte de la gentrificación,
afectará la dotación de agua, la movilidad, el territorio y el medio ambiente del sur
de la Ciudad de México.
Por primera vez, la Copa Mundial FIFA 2026 tendrá tres sedes: México, Estados
Unidos y Canadá. En el país, los partidos se jugarán en tres estadios: el BBVA, en
Monterrey, Nuevo León; el Akron, en Zapopan, Jalisco, y el Estadio Azteca, el cual
tendrá una “remodelación” interna y externa, como lo ha expuesto el presidente de
la FMF, Yon de Luisa.
En los videos promocionales de su sitio virtual, se escucha que el Conjunto “quiere
ser símbolo de unión entre la comunidad y el proyecto para que todos salgamos
beneficiados”. “Hay trabajo para todas y todos. Una oportunidad única que nos
hará crecer juntos”, aunque las y los habitantes de la zona no opinan lo mismo,
pues a través de diversas protestas han pedido que se cancele, porque no
beneficia a su calidad de vida ni al acceso a derechos, como el del agua.
Esta es la cancha en la que se patea el balón de la política, la infraestructura
urbana, la economía y la vida comunitaria de una zona de la Ciudad de México
que repercutirá en todo el país, más allá del futbol. Aquí hacemos un recuento de
lo que ha sucedido alrededor del Estadio Azteca, cuyas obras estarán iniciando en
el primer trimestre de 2023, con una duración de dos años y con una inversión de
150 millones de dólares, como ha dado a conocer De Luisa. La última actividad del
Coloso de Santa Úrsula será el concierto del rapero puertoriqueño Bad Bunny, en
diciembre de este año.
Estadio Azteca: la cancha del desarrollo inmobiliario
En su congreso número 70, efectuado en junio de 2018 en Moscú, la Federación
Internacional de Futbol Asociación (FIFA) eligió a México, Estados Unidos y
Canadá como sedes del mundial de 2026. En su reunión de 2022, en Nueva York,
definió las 16 ciudades donde se jugarán los partidos. A México le correspondieron
10 partidos a jugarse en Guadalajara, Monterrey y Ciudad de México.
Para estar listo, De Luisa informó que el Estadio Azteca, propiedad de Televisa,
será sometido a una “remodelación” interna (adecuaciones a las instalaciones del
estadio y aumento de 80 mil a 85 mil asientos, entre otras) y a otra externa, con la
construcción de un hotel, un centro comercial de cuatro niveles con tres
mezanines, un estacionamiento de siete niveles (con 925 cajones que se sumarán
a los 6 mil 718 existentes) y un sótano. Por sí sola, más que una “remodelación”,
se trata de un megaproyecto.
En su sitio virtual, el Centro Mexicano de Derecho Ambiental, AC (Cemda),
establece que los megaproyectos o “grandes proyectos de desarrollo” contemplan
la “creación o la mejora de la infraestructura física de una región determinada, la
transformación a largo plazo de las actividades productivas con los
correspondientes cambios en el uso de la tierra y los derechos de propiedad sobre
la misma, así como la explotación en gran escala de los recursos naturales”, con
una inversión de capital público o privado, nacional o internacional.
La obra prevé desarrollarse en un polígono aprobado en 2016 por Francisco
Alejandro García Robles, exdirector de Instrumentos para el Desarrollo Urbano de
la Secretaría de Desarrollo Urbano y Vivienda capitalina (Seduvi), y quien se
encuentra preso desde finales de 2020, por presuntamente autorizar
construcciones de forma indebida.
Información del CEA, en su sitio oficial, expone que “el diseño y construcción de
Conjunto Estadio Azteca se realizará con base en los criterios del Programa de
Certificación de Edificaciones Sustentables (PCES)”. La zona de impacto será de
un kilómetro a la redonda del coloso, en una superficie total de construcción de
323,223.25 metros cuadrados de dos predios: uno, del Circuito Estadio Azteca,
número 42, y el otro de Calzada de Tlalpan, número 3475.
De la Evaluación de Impacto Social, la Secretaría del Medio Ambiente de la
Ciudad de México (Sedema) impulsó del 11 al 24 de octubre de 2021 la Consulta
Vecinal para Grandes Construcciones. Debido a que “se identificaron inquietudes
de algunos grupos”, indica el sitio oficial, se acordó una segunda vuelta en febrero
pasado, la cual no se pudo realizar, porque las y los vecinos impidieron la
instalación de las mesas.
En relación con las afectaciones estimadas y medidas de atención propuestas, el
CEA contempla, entre otras acciones, la perforación de un pozo de agua, una
planta de tratamiento, un parque, una ciclovía, un programa para la gestión
integral de los residuos sólidos urbanos, la plantación de 1,668 árboles, una nueva
área verde, un humedal artificial, un centro de integración comunitaria. Asimismo,
se generarán 14,226 empleos directos e indirectos durante la etapa de
construcción y de su operación.
Para el gobierno de la Ciudad de México: reactivación económica
El 15 de junio pasado, Yon de Luisa aclaró que la inversión del proyecto será
privada y estará a cargo de Altavista Sur Inmobiliaria y Fútbol del Distrito Federal.
El gobierno de la Ciudad de México participará solo en la remodelación vial,
aunque no descartó más apoyo, luego de que el titular de la FIFA, Gianni
Infantino, en su visita a México en abril pasado se reunión con el presidente
Andrés Manuel López Obrador y el secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo
Ebrard.
En un tuit de la cuenta “Andrés Manuel”, publicado después del encuentro, el
mandatario escribió: “Están iniciando los preparativos para la Copa Mundial de la
FIFA 2026; ya no estaré en la presidencia, pero ayudaremos en el tiempo que nos
queda para auspiciar la alegría de la gente y fomentar el deporte”.
En una entrevista colectiva del 18 de octubre de 2021, al ser cuestionada sobre
las manifestaciones en contra del CEA, la jefa de Gobierno de la Ciudad de
México, Claudia Sheinbaum Pardo, aseguro que será decisión de quienes viven
en la zona si están o no de acuerdo en su construcción. Recalcó que no harían
nada que esté en contra de la gente; para ello, se estaba promoviendo una
consulta y reuniones.
A pregunta expresa, comentó que la iniciativa se presentó como parte de la
reactivación económica, pero que cuando se trata de megaproyectos, se debe
someter a consulta vecinal. El 26 de julio del 2021, Sheinbaum presentó el Plan de
Reactivación Económica de la Ciudad de México, con 10 ejes. En el acto con
empresarios, el presidente de la Asociación de Desarrolladores Inmobiliarios,
Enrique Téllez Kuenzler, explicó que se pondrán en marcha —con el gobierno
capitalino— 24 proyectos estratégicos: hospitales, escuelas, usos mixtos
habitacionales, comerciales y de oficinas, sin especificar lo relacionado con el
CEA.
El 18 de noviembre de 2021, la mandataria local recibió a una delegación de la
FIFA —encabezada por Benno Ruwe, jefe del proyecto de la copa 2026— en un
acto en el que expresó su apoyo para que la inauguración del mundial se efectué
en el Estadio Azteca. Se comprometió “a contribuir y lograr, en coordinación con la
iniciativa privada, un mundial inolvidable”, se indicó en el boletín oficial.
Yon de Luisa declaró en junio a Forbes México que la sustentabilidad económica
fue vital para buscar la sede del mundial de futbol 2026, porque la inversión en su
organización será con capital privado. Se espera una derrama económica de 520
millones de dólares en las tres ciudades que serán sede y la generación de 12 mil
empleos, además de que habrá un impacto turístico nacional e internacional con
unos 500 mil visitantes, agregó.
Para la comunidad: “migajas de mitigación”
Al darse la noticia de las 16 ciudades en los que se jugarán los partidos, en un
comunicado del 16 de junio, el Estadio Azteca puntualizó que luego de 56 años de
su creación, este campo se proyecta “como un referente internacional en los
deportes y espectáculos, con un enfoque sustentable y cercano a la comunidad”.
La opinión de esa comunidad respecto del CEA dista mucho del optimismo de los
empresarios, de Televisa, de la FMF, de la FIFA y de las autoridades
gubernamentales. A partir de que se hizo la primera consulta, las y los colonos se
organizaron en asambleas para informar sobre el proyecto y analizar la política
neoliberal de desarrollo inmobiliario, relata el Comité Cerezo México, en el boletín
Fragua (número 8, invierno-primavera 2021).
Además, refiere Natalia Lara Trejo en ese mismo boletín, cuentan con datos
obtenidos por la Plataforma Nacional de Transparencia, puesto que, a pesar de
tener mesas de trabajo con autoridades gubernamentales, estas se han negado a
facilitarles los expedientes y componentes técnicos para conocer el impacto real.
La Sedema no lo considera necesario.
De esa información, Lara Trejo —integrante de la Asamblea Tlalpan-Coyoacán
contra el Proyecto Estadio Azteca— destaca que en 2018 la Secretaría de
Desarrollo Urbano y Vivienda de la Ciudad de México modificó el uso del suelo. En
2019, la Comisión Nacional del Agua le otorgó a la empresa una concesión de
extracción anual de 450 millones de litros de agua.
Por otra parte, habitantes de la zona afirman que autoridades locales reconocieron
en reuniones que sí existe una falta administrativa en la aprobación de los
terrenos, pero el proceso no ha sido restituido, porque afirman que cualquier otro
funcionario los habría avalado.
Asimismo, reporta Lara Trejo en el boletín, un estudio de movilidad concluyó que
el CEA afectará 89 colonias del sur de la Ciudad de México, pero la Sedema
determinó que solo serán tomadas en cuenta 17 de las alcaldías Tlalpan y
Coyoacán para evaluar el impacto social con la construcción del centro comercial.
Entre esas colonias están El Caracol, Cantera Puente de Piedra, Toriello Guerra,
Pedregal de Santa Úrsula, Pedregal de La Zorra, Pueblo Quieto, Joyas del
Pedregal, Cantil del Pedregal, Bosques de Tetlameya, San Lorenzo Huipulco,
Pueblo de Santa Úrsula Coapa, Viejo Ejido Santa Úrsula Coapa, Villa Lázaro
Cárdenas, Vergel de Coyoacán, Las Trojes Coapa y Pedregal de Carrasco.
Las y los habitantes de la zona que se han organizado refieren que las medidas de
mitigación propuestas por los desarrolladores son “migajas de mitigación”, de
acuerdo con sus análisis presentados en diversos espacios, entrevistas y foros,
como el Seminario “Megaproyecto Estadio Azteca: impactos socioambientales”,
organizado por la Red de Mujeres Sindicalistas (RMS) el 30 de junio de este año.
Impactos en abasto de agua, movilidad y medio ambiente
Información de los desarrolladores señala que el funcionamiento del Conjunto
implicará un consumo adicional de 567 mil 731 litros de agua diarios y reducirá la
infiltración de agua para la recarga del acuífero. En Tlalpan y Coyoacán
—alcaldías que concentran 173 de los 561 pozos que operan en la Ciudad de
México— la escasez de agua que ya se padece, se agudizará por la demanda del
líquido para su uso comercial.
Alertó que aun cuando Televisa se comprometió a que el 78 por ciento del agua
del pozo que le fue concesionado será para la comunidad, representa un riesgo,
porque será perforado cerca de dos que ya existen, lo que aumentará la
vulnerabilidad del suelo.
En materia de medio ambiente, la obra afectará más de 36 mil metros cuadrados
de áreas verdes, provocará el derribo del 40 por ciento de los árboles existentes y
generará la emisión de 3 mil 231 toneladas de CO 2 —por el aumento de viajes y
uso del automóvil y del estacionamiento— y de 3 mil 240 toneladas adicionales de
residuos urbanos.
La construcción de una ciclovía y corredores verdes son inviables, porque las
calles alrededor del coloso de Santa Úrsula son estrechas, producto de la
autoconstrucción de las colonias y caracterizada por congestiones viales, debido a
que está rodeada de avenidas como Calzada de Tlalpan, Miramontes, Calzada del
Hueso, Periférico Sur y Prolongación División del Norte, precisa Natalia Lara.
En cuanto al caso de los árboles, la Norma ambiental de la Ciudad de México
establece que por cada árbol talado o dañado por obras privadas se deben
sembrar entre cuatro y 12, dependiendo del grado de afectación provocado. Esto
significa que tendrían que plantar como mínimo 2 mil 328 árboles, y no los mil 668
que ofrecen.
Aunque el CEA aumentará la generación de residuos sólidos, las medidas de
mitigación no contemplan acciones para mejorar la recolección de basura, lo que
podría aumentar el problema de los basureros clandestinos. De acuerdo con su
Programa de Desarrollo Urbano, ya son un problema en Coyoacán, que aporta el
5 por ciento del total de la basura de este tipo de tiraderos.
Mujeres: las más afectadas
En el boletín citado, Lara Trejo puntualizó que en el estudio de impacto tampoco
se analizó la inversión en los tiempos para el cuidado. Para especialistas, el
megaproyecto perjudicará de manera particular a las mujeres, quienes deberán
dedicar más tiempo al trabajo no remunerado, a buscar satisfacer derechos y
servicios básicos para ellas y sus familias y a efectuar actividades cotidianas en
relación con la crianza de las y los hijos y el trabajo doméstico.
Esta situación, advirtió Lara, aumentará la brecha de género, ya que representará
un obstáculo para el acceso al trabajo remunerado y para su independencia
económica. A ello se suma el aumento de la violencia y la falta de acciones
concretas para atenderla.
Miguel Soto, integrante de la organización PODER, explicó que desde 2015, la
FIFA solicitó a las ciudades postulantes un informe sobre los riesgos a los
derechos humanos que las Copas del Mundo pueden exacerbar y las acciones
para mitigarlos.
Señaló que el informe de la Ciudad de México reconoce que los grandes eventos
deportivos están relacionados con el aumento de la violencia contra las mujeres,
sobre todo en el hogar, pero eso no obligó a las autoridades a plantear acciones
para atender este problema, porque es una sede que estaba contemplada desde
el principio.
“Al final, ninguna de estas tres ciudades tuvo que mejorar ningún proceso en
materia de derechos humanos, equidad de género y sostenibilidad socioambiental
que la FIFA promueve para obtener el título de sede o ciudad anfitriona”, aseguró.
El informe tampoco menciona el CEA.
Consulta vecinal: ejercicio de marketing
Francisco Cerezo, del Comité Cerezo, se refiere a la consulta vecinal para el CEA
como un ejercicio de marketing, porque el cuestionario aplicado se enfocó en
exaltar las medidas de mitigación impuestas. Nunca les aclararon cómo
determinaron esas medidas, cuáles serían los impactos reales y por qué
participaron solo 4 mil 813 personas, cuando en la zona de influencia del
megaproyecto habitan más de 56 mil personas en edad de votar.
Entre las 17 colonias consideradas en la primera ronda están los pueblos
originarios de Huipulco y Santa Úrsula Coapa, pero hasta ahora no han sido
consultados. A pesar de ello, los desarrolladores informaron que el 58 por ciento
de las y los participantes estuvieron de acuerdo con la construcción; sin embargo,
no es posible corroborar ese dato.
Cerezo lamentó que Claudia Sheinbaum diga que respetará la decisión de la
gente, cuando en los hechos la Consulta Vecinal para Grandes Construcciones no
es un mecanismo real de participación ciudadana. “Lo que decimos es que ella
solicite la consulta. Ahí veríamos que está a favor de la gente para que decida si
realmente quiere o no el proyecto”, demandó.
Mientras tanto, las y los vecinos organizados solicitaron al Instituto Electoral de la
Ciudad de México promover una consulta ciudadana, cuyos resultados sean
vinculantes. Para ello, lanzaron una iniciativa para crear Comités Populares que
busquen reunir las firmas necesarias para el proceso, anunció Cerezo.
Gentrificación: efecto de los megaproyectos
En el sitio web de Cemda, se apunta que “en México, muchas de las violaciones a
derechos humanos en contra de pueblos y comunidades indígenas y rurales se
han perpetrado en el marco del desarrollo de megaproyectos”, debido a “una
política económica y social que carece de toda perspectiva de sustentabilidad y
pertinencia biocultural, que ocasiona el consumo desmedido de los recursos
naturales, la destrucción ecológica, la deforestación, la erosión de suelos y del
patrimonio biocultural, la desertificación, la sobreexplotación de recursos naturales
y la contaminación de agua y aire”.
Señala que para un desarrollo verdaderamente sustentable que genere bienestar
social, el Estado mexicano debe —entre otras medidas— suscribir y ratificar el
Protocolo Facultativo del Pacto Internacional sobre los Derechos Económicos,
Sociales y Culturales, alinear y armonizar el marco legal y las políticas públicas del
sector agropecuario, ambiental, agua y de pueblos indígenas-comunidades
equiparables, bajo un enfoque de derechos humanos, de género y el principio del
Estado pluricultural.
En lo referente al CEA, de acuerdo con la conclusión de Natalia Lara en Fragua,
quienes habitan en la zona se encuentran en una situación de injusticia y
discriminación en el acceso a la ciudad, donde el gobierno capitalino actúa en
favor de un desarrollo económico que los excluye.
En el boletín, el Comité Cerezo manifiesta que el neoliberalismo convierte en
mercancía los derechos humanos. En lo que respecta al CEA, con la modificación
del uso del suelo, aumentará el pago del predial, las tarifas del agua, alterará el
tejido social y romperá las redes sociales de las y los colonos. Esto habla de la
gentrificación; es decir, intervenciones urbanas que encarecen el acceso a
servicios, por lo que se da un desplazamiento de los habitantes en mayor situación
de pobreza.
La resistencia a las políticas neoliberales
En el informe del Relator Especial sobre los derechos humanos al agua potable y
al saneamiento a la 74ª Asamblea General de la ONU, Léo Heller, acerca del
impacto de los megaproyectos, se establece que “las consecuencias derivadas de
las lagunas en materia de derechos humanos que existen en el marco regulatorio
vigente, así como el desequilibrio de poder entre los defensores y quienes se ven
afectados por los proyectos, han favorecido la aparición de conflictos sociales”, lo
que también podría generar enfrentamientos.
Por otro lado, agrega, la ejecución de estas grandes obras, “se ha asociado con la
persecución, la judicialización y otros tipos de ataques contra los defensores de
los derechos humanos, lo que viola varios de sus derechos, como la libertad de
expresión y la libertad de reunión”.
El portal SemMéxico ha dado seguimiento a las movilizaciones que
organizaciones y habitantes de las alcaldías de Tlalpan y Coyoacán han
efectuado, a las que se han sumado en reuniones quienes provienen de
Magdalena Contreras, Cuajimalpa, Álvaro Obregón y Benito Juárez. Han sido
protestas, cierres de circulación, una marcha rumbo al Zócalo capitalino, jornadas
de difusión, asambleas ciudadanas, boletines de prensa, han gestionado trámites
de amparo y han clausurado de manera simbólica el Estadio Azteca.
Natalia Lara, en la entrevista con SemMéxico, recordó que las protestas iniciaron
en octubre de 2021, cuando se llevó a cabo la primera consulta vecinal. Era un
movimiento pequeño que ya creció, pues se están uniendo más organizaciones.
Además, han demandado un diálogo público y abierto y pedido que renuncien los
funcionarios involucrados en las irregularidades detectadas. Se han manifestado
en actos donde la jefa de Gobierno se ha presentado, como en la reunión que
sostuvo con la delegación de la FIFA y le han enviado dos cartas, pidiendo que se
cancele el megaproyecto.
Una carta con fecha 7 de marzo contiene más de 300 firmas. La otra, del 13 de
mayo pasado, el Comité Cerezo pide que el CEA se cancele y se ponga un alto a
las políticas neoliberales contra barrios, pueblos y colonias: “Nosotros no nos
oponemos al progreso ni a la reactivación económica, al contrario, consideramos
que deben de realizarse proyectos y obras de infraestructura que beneficien al
pueblo y generen empleos dignos con salarios justos y seguridad social”.
En la misiva, afirmó que la renuncia de Lilián Guigue, como directora de
Evaluación de Impacto y Regulación Ambiental de la Sedema, quien fue señalada
como la negociadora con los desarrolladores inmobiliarios las medidas de
mitigación, fue un logro de su lucha, y que ahora tendría que ser investigada y
sancionada. Sin embargo, la titular de la dependencia, Mariana Robles, negó que
haya sido por esa causa y que se fue a Nacional Financiera.
“El cumplimiento de estas exigencias será un primer paso para que los habitantes
de las colonias populares del sur de la Ciudad de México vivamos y ejerzamos
realmente nuestro derecho a la Ciudad, nuestro derecho a la participación política
y a decidir sobre lo que nos corresponde”, finalizó el documento.
La protesta más reciente fue este lunes 9 de agosto, cuando vecinos de Tlalpan
acudieron a la zona en donde se reiniciaron los trabajos de conexión de tuberías
en la colonia La Joya, que llevarán al Estadio Azteca. Enrique Fernández López,
uno de los líderes de la organización Agua-Tlalpan/Vecinos organizados, indicó a
SemMéxico que había un acuerdo con autoridades del Sistema de Aguas de la
Ciudad de México (Sacmex) para detener las obras, en tanto se revisaba el
proyecto, los permisos y su impacto ambiental. La policía se presentó. Por ahora,
las y los inconformes continuarán con la revisión del proyecto. De continuar con él,
buscarían un amparo, adelantó Fernández López.
Futbol: pasión y religión en México
Mientras se define la edificación del megaproyecto, los preparativos para el
mundial continúan. Para Gianni Infantino, el Estadio Azteca —único en el mundo
en el que se habrán jugado partidos de tres mundiales (1970, 1986 y 2026)— es la
catedral del futbol; como italiano, lo considera el Vaticano del futbol mundial.
Durante su visita de abril pasado, pidió que en su remodelación no se pierda “su
alma” y se mantenga su “magia”. De Luisa confirmó que se respetará su esencia y
su legado.
Infantino habló de México como uno de los países más importantes en el futbol
mundial, deporte que representa pasión, religión y que es la vida de millones de
mexicanos. No obstante, de las 15 participaciones en los mundiales, en ocho ha
clasificado a octavos de final y solo en dos ha llegado a la cuarta etapa;
precisamente cuando México ha sido sede.
En entrevista para este reportaje, la especialista en género, comunicación y
periodismo, Claudia Pedroza, indicó que el apoyo que recibe la FMF no se
fundamenta tanto en lo deportivo, sino que es un acuerdo de tipo comercial
publicitario. Su carácter profesional hace que no dependa del presupuesto del
gobierno para el desarrollo de sus selecciones o la construcción de sus estadios,
por lo que no importa qué lugar tenga en un campeonato mundial.
Para una gran parte de la población de México, opinó, el futbol forma parte de su
identidad. Es una pasión y tienen diversos rituales que la vinculan con los equipos
y que hace que se vea como una religión. Aun cuando no se tenga muchas
posibilidades de avanzar más allá del quinto partido, los estadios van a estar
llenos. Sobre todo, cuando se juega en el propio país, lo mismo sucederá en
Estados Unidos donde hay muchos mexicanos.
Pedroza adelantó que todo parece indicar que el equipo no tendrá un mundial
diferente a otros, pero contará con todo un aparato comercial que hará que la
afición tenga ilusión y necesidad de hacerse presente. Por lo pronto, el reloj para
que inicie o se cancele el megaproyecto sigue en cuenta regresiva.
Esta información forma parte del proyecto México Unido 2026, promoviendo
los derechos laborales, de la Red de Mujeres Sindicalistas.
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