La autora consideró que la calle “es la mejor contadora de historias”
Somos hijos de las palabras, no hay nada más poderoso que ellas, afirmó la escritora y periodista Cristina Pacheco al conversar con sus lectores tras donar el acervo de los 26 libros de su autoría a la Casa Universitaria del Libro (Casul).
“La literatura nos permite vivir millones de vidas, mientras la entrevista es fascinante, es una travesía hacia donde está la otra persona, son lecciones de vida”, dijo ante Guadalupe Alonso Coratella, directora de la Casul, y el periodista José Luis Martínez, director del suplemento Laberinto del periódico Milenio. La escuchaban atentos muchos de sus seguidores que colmaron la casona de la colonia Roma para oírla en un conversatorio tras la entrega de la obra.
“Mi relación con la ciudad es entrañable, ya no se puede deshacer. Ella es de alguna manera mi sombra, es mi voz y es la persona que me dicta historias. Es la persona que aparece y desaparace, que me fascina por antigua, por oscura, por misteriosa, respondió la periodista y escritora Cristina Pacheco acerca de su nexo con una de las urbes más complejas del mundo, la capital del país.
“Pero ahora la Ciudad de México me duele terriblemente, hay sitios a los que prefiero no volver porque se han convertido en una máscara, en una recreación, en otro rostro. Pienso que la ciudad debe tener sus puntos de partida, de encuentro, sus faros; mantener las huellas del tiempo y de nuestra propia historia. Me duele recorrer ahora la ciudad, no regresar a ciertos lugares que están tomados por la delincuencia organizada”, narró.
La autora consideró que la calle “es la mejor contadora de historias” y que disfruta destacar al entrevistado, hablar de tú a tú y escuchar a cada persona. “Yo soy una trabajadora común y corriente, voy y escucho lo que ellos me cuentan”, relató sobre su trabajo recorriendo la urbe.
Al acompañar a la autora cuando selló con el exlibris de Casul un volumen de su texto El eterno viajero, Guadalupe Alonso Coratella dijo que es un privilegio contar con la presencia de la escritora y periodista que hizo entrega de un acervo de 26 libros de su autoría (narrativa, periodismo e infantiles) para la Biblioteca Casul de Escritoras, donde están disponibles para lectura y consulta de estudiantes y de quienes visiten ese espacio.
Alonso definió a Pacheco como un icono de la cultura en México, que se abrió paso en el periodismo en la década de 1960. “Referirse a ella es invocar a una escritora y periodista incansable caminando la ciudad, narrando las calles y entregándose a su gente”, comentó.
Egresada de Filosofía y Letras
Recordó que la donación celebra a una universitaria, pues la autora es egresada de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, además de que trabajó en la Revista de la Universidad de México en los años 60.
La donación de la obra completa de Cristina Pacheco fue posible gracias a la colaboración del grupo editorial Océano, Palabra de Clío y la familia Pacheco.
Al hacer uso de la palabra tras el breve acto protocolario, la escritora se dijo “muy orgullosa y complacida de pensar que ahora voy a estar permanentemente en compañía, en la buena compañía de mujeres notables porque están comprometidas con la palabra, con la letra y con el pueblo”.
La entrañable conductora de los programas de televisión Aquí nos tocó vivir y Conversando con Cristina Pacheco lleva casi 50 años trabajando en Canal Once, espacio público que le ha dado continuidad a su larga trayectoria.
“El entrevistado es el importante. Nuestra experiencia sale de lo que hacemos, siempre nos queda algo de quienes entrevistamos. Los periodistas tenemos un cajón de sastre donde guardamos historias y los escritores somos como pepenadores”, señaló.
Ante una pregunta de su público, Cristina Pacheco consideró que para ser feliz hay que ser sincero, no hacer cosas que no te apasionen ni traicionarse a uno mismo.