“Políticamente Incorrecto” 22/Agosto/2022
Por Alberto Francisco Olaya Ávila
La política más que la justicia, siempre ha estado detrás de algunas de las grandes detenciones de altos funcionarios en México. Desde el encarcelamiento del líder magisterial Joaquín Hernández Galicia, mejor conocido como “La Quina”, en tiempos de Carlos Salinas de Gortari, hasta Elba Ester Gordillo con Peña Nieto, incluso la persecución a través del famoso desafuero, de Andrés Manuel López Obrador en tiempos de Vicente Fox, y recientemente la detención de Rosario Robles en la actual administración, quien por cierto ya fue liberada este fin de semana.
La detención de Jesús Murillo Karam, militante priista, quien fuera Procurador General de la República en tiempos del sexenio de Enrique Peña Nieto, es un acto político más que jurídico, que pretende consolidar uno de los compromisos de campaña de Andrés Manuel López Obrador, en el sentido de que se esclarecería el asunto de la desaparición de los 43 estudiantes de la escuela normal rural “Raúl Isidro Burgos” de Ayotzinapa, Guerrero, el 28 de septiembre de 2014; hecho que en su momento había sido declarado resuelto por el entonces procurador, cuando aseveró que la “verdad histórica” era que los estudiantes habían sido detenidos por policías municipales de Iguala y entregados al grupo delincuencial Guerreros Unidos, para posteriormente ser asesinados, quemados y sus restos dispersados en Cocula, en el río de esa población.
El asunto de origen se politizo, como ahora, con las demandas de la oposición de aquel entonces que abanderaron las denuncias de los padres de los estudiantes, lo que originó la renuncia del Gobernador de Guerrero que en ese tiempo era Ángel Aguirre Rivero, ex priista que se volvió perredista.
Uno de los tantos tintes políticos fue el siguiente: En 2010, Jesús Murillo Karam, era secretario general del PRI y en la designación del candidato al gobierno de Guerrero el favorecido del comité ejecutivo nacional fue Manuel Añorve Baños, primo de Aguirre Rivero, lo que originó que este último renunciara al PRI en 2010; se fue al PRD y ganó la elección en 2011, afrenta que no le perdonaron, particularmente Murillo Karam y compañía que eran autoridades priistas en 2014, cuando se dio el lamentable suceso de Ayotzinapa y presionaron hasta conseguir la dimisión del Gobernador Aguirre.
La politización de lo sucedido en Ayotzinapa traspasó las fronteras y la historia hoy la conocemos todos. Los hechos no han cambiado e incluso, como han comparado diversos medios nacionales, son los mismos declarados por las autoridades priistas y ahora las morenistas: Los estudiantes fueron asesinados y quemados, pero con la diferencia de que, al politizarse el caso, los cuatroteístas hoy “confirman” lo que siempre alegaron: Que fue un crimen de estado, solo porque aparentemente uno de los estudiantes, Julio César López Patolzin -que también desapareció-era un infiltrado del ejército.
El karma de la elección en Guerrero en 2011 alcanzó a Murillo Karam. Es clarísimo que la detención del ex procurador también tiene tintes políticos. Ante lo que parece ser la urgencia de este régimen de legitimarse ante los fracasos de su política económica, de salud y de seguridad, ahora retoman lo sucedido hace años en Ayotzinapa y detienen a quien estuvo a cargo de la investigación con los argumentos de tortura para conseguir la fabricación, según ellos, de la verdad histórica.
Ahora, esperemos a ver qué resultados tiene la detención del ex funcionario, pero, como decíamos en párrafos anteriores, lo que es claro, es que tiene más tintes políticos, que jurídicos.
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