Quizá la diferencia más importante entre el Golfo y el Caribe estriba en que este último es #biológicamente pobre, con muy poca vida animal y vegetal, mientras que las aguas del Golfo son un hervidero de plantas y animales, a tal punto que en él se localiza una de las más ricas zonas pesqueras del mundo: la llamada Sonda o #Banco de Campeche, como se denomina a la extensa plataforma continental de Yucatán y #Campeche.
Esas notables diferencias entre el Golfo y el Caribe resultan intrigantes a primera vista. Sobre todo si se toma en cuenta que a ambos lados de la península las aguas son en esencia las mismas, ya que provienen del Caribe y entran al Golfo por el Canal de Yucatán.
Pero no hay nada enigmático en el asunto. La gran limpidez y extraordinaria transparencia de las aguas caribeñas es causada precisamente por su pobreza biológica, y esa pobreza biológica, a su vez, se debe a que es un mar tropical cálido y profundo.
Para entender mejor la relación entre profundidad y vida marina, hay que recordar que, al igual que en tierra firme, en el mar la base de la vida son las plantas.
Concretamente las diminutas plantas flotantes que en conjunto se conocen como fitoplancton. Esas plantas microscópicas marinas, lo mismo que las terrestres, necesitan agua, luz y nutrientes. Agua no les falta. Luz solar, tampoco; al menos en las primeras decenas de metros bajo la superficie. Pero los nutrientes les quedan demasiado lejos, en el fondo, cientos o miles de metros abajo, donde no penetra la luz solar.
En los mares fríos o templados, este problema de la separación entre luz y nutrientes se resuelve por los movimientos verticales de agua. Durante los meses invernales, con sus largas noches y sus cortos días, cuando el sol apenas se levanta sobre el horizonte, el agua de las capas superiores del océano —hasta unos 150 metros o más—, se enfría y se vuelve más densa. Al aumentar su densidad, se hunde, y al descender desplaza al agua de las profundidades, que tiene una temperatura mayor por no haberse enfriado al contacto con la atmósfera y es por tanto más ligera.
Esa agua del fondo se eleva y arrastra consigo finos sedimentos del fondo, cargados de nutrientes que fertilizan la superficie y provocan durante los meses soleados verdaderas explosiones de vida al multiplicarse velozmente el fitoplancton, que a su vez suministra alimento a enormes cantidades de moluscos, crustáceos, peces, equinodermos y aves marinas. Por ello en general los mares fríos y templados son ricos en pesca.
-Selvas, mares y huracanes-
Juan José Morales
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