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Dinero fácil, muy difícil


La ilusión de ganar dinero fácilmente siempre ha sido motivo de espejismos que han llevado a mucha gente a la quiebra. Las grandes fortunas se acaban con los grandes negocios, dicen los que saben. En los años ochenta se pusieron muy de moda las llamadas pirámides, aviones o células de la abundancia que se extendieron por muchos países, incluyendo México. 

Muchas familias fueron sorprendidas por vivales que hacían reuniones en su casa con sus conocidos, que llevaban a sus propios contactos para participar con dinero que se iba multiplicando a medida que entraban más participantes.  

Al principio las ganancias eran cuantiosas, pero el riesgo venía cuando se rompía la cadena y quien dejaba de convencer a nuevos prospectos ya no podía recuperar el dinero invertido. Finalmente, los promotores de estas pirámides tuvieron que salir huyendo, repudiados por sus vecinos y amigos que fueron desfalcados y despojados de su patrimonio sin tener a quién reclamarle legalmente.

Posteriormente en los noventa aparecieron una especie de promotores financieros que ofrecían cuantiosos intereses a pequeños inversionistas, que no estaban conformes con los réditos que les pagaban los bancos por mantener invertido su dinero. Las tasas que pagaban estos promotores eran fantásticas y los intereses los pagaban cada mes, hasta que sucedió lo mismo que en las pirámides. Hubo gente que vendió sus bienes para invertir dinero en este negociazo, pero al final jamás recuperaron ni la inversión y por ende perdieron su patrimonio. 

Aquí en Coatzacoalcos, durante el sexenio de Fidel Herrera y la administración de Javier Duarte, las financieras Cofisur y Cofistmo defraudaron a cientos de ahorradores que prefirieron invertir sus ahorros en estas cooperativas que ofrecían altos rendimientos, en vez de confiar en los bancos, sin saber que acabarían perdiendo todo el capital invertido.

Para los fraudes la creatividad es inagotable y ahora la historia se repite, con un negocio más sofisticado y acorde a los tiempos que estamos viviendo donde las transacciones se hacen vía electrónica y ya no tratamos con personas con nombre y apellido, sino con personas o empresas virtuales y sin rostro.

Este gran negocio es la criptomoneda bautizada como “Bitcoin”, que es un instrumento sin valor intrínseco y volátil, por lo que no se puede utilizar como medio de pago en ninguna parte, porque su valor es inestable, sube y baja en un solo día.

La única manera de que un Bitcoin tenga valor es que haya alguien más que lo compre a un precio más alto que el de compra, de modo que siempre tiene que haber alguien dispuesto a pagar un precio más alto. Este tipo de moneda ha funcionado para actividades ilegales, porque las transacciones que se hacen son anónimas y no se pagan impuestos por las ganancias de capital.

De manera que esta criptomoneda no es otra cosa que una gran estafa como la de los ochenta, nada más que cibernética, en que los que entran pagan a los que salen; sin embargo, para poder ganar siempre tiene que entrar más gente al negocio. El único sustento de la moneda es que haya inversionistas, de lo contrario se desvanece y ni a quien reclamarle. Se sabe que solamente el 5 % es dinero de verdad, el resto es virtual.

Detrás de la criptomoneda no hay nada que lo respalde; no hay oro, ni plata, ni piedras preciosas, ni bonos ni el PIB de ningún país; es decir, que esta moneda está en el aire. En efecto muchos inversionistas han ganado, pero el riesgo es muy alto, el chiste es comprar cuando el valor está bajo y vender cuando está alto, de lo contrario nunca habrá ganancias y tal vez no recuperen ni la inversión.

La recomendación es la misma que si se invirtiera en la bolsa de valores, arriesgar solamente el dinero que no se necesite, de tal manera que si se pierde no se vea afectado el patrimonio familiar, las finanzas personales o las de la empresa. Hay que tener siempre presente que obtener dinero fácil, siempre ha sido muy difícil.

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Es poeta, redactor y fotógrafo originario de Puebla, radicado en Coatzacoalcos, Veracruz. Ha escrito varios libros de poesía y narrativa como Archivo de Sueños, Corazón de Metal y El Lugar Común, así como el poema Viajar es Regresar. www.gabrielgamar.com

1 COMENTARIO

  1. Eso siempre mi madre me enseño dinero fácil no es nada bueno así que mejor trabajar para ganarlo bien saludos muy buen reportaje

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