Gabriel Gamar
Hay pájaros que cantan a carcajadas
con risas que resuenan en el viento,
sus trinos son destellos de alegría
melodías que llenan el momento.
Y otros hay que cantan con silbidos
susurros dulces como el suave río,
armonías que acarician el alma
ecos de un amor tranquilo y frío.
Las gaviotas alzan su grito al mar
con voces que lanzan a la luna,
mientras los pelícanos en su vuelo,
lanzan cantos graves como bruma.
Las palomas murmuran en la plaza
un arrullo tierno y persistente,
y las águilas en su altiva caza
emiten gritos firmes y fuertes.
Está el jilguero que trina en mi ventana
cada mañana, al alba, con dulzura,
su canto es un rayo de esperanza
una nota brillante de ternura.
En el cielo se entrelazan sus voces
sinfonía de risas y susurros,
en un concierto eterno y libre,
donde todos encuentran su refugio.
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