El dato divulgado la semana pasada por la secretaria del Trabajo, Luisa María Alcalde, puso de mal humor al presidente de la República, quien arremetió contra los empresarios que dice él, han despedido a sus empleados por culpa de la emergencia sanitaria por la que estamos atravesando, no nada más en México, sino en todo el mundo.
Piensa el presidente que es cuestión de meter la mano a la bolsa y sacar el dinero para pagarle a los empleados, aun cuando no haya ingresos y los clientes se hayan ausentado por causas de fuerza mayor dejando en la tablita a los comercios y empresas de servicios, sobre todo a las medianas y pequeñas.
Aun cuando oficialmente se habla de una pérdida de 346,878 empleos en la república mexicana por causa del Covid-19, la realidad es que se han perdido más y se seguirán perdiendo. Aclaro que esta cifra se refiere nada más al periodo entre el 13 de marzo y el 6 de abril, es decir lo que va de la llamada cuarentena.
El presidente ha señalado, nada más por decir, que no es correcto que las empresas saquen raja de esta crisis para correr a sus trabajadores, pero no toma en cuenta que sobre todo hay empresas pequeñas, que han dejado de percibir ingresos y por lo tanto no tienen recursos para pagarles los sueldos a sus empleados, por lo que algunos han tenido que abandonar el empleo y otros han tenido que aceptar que el patrón les pague una parte del sueldo con la promesa de que cuando pase la contingencia se les pagará el saldo restante. Esto es muy comprensible.
Aun cuando la caída de la economía en México, ya se veía venir antes de la pandemia, lo cierto es que nunca esperamos que las cosas se fueran a poner tan graves y que prácticamente los consumidores se han aislado en sus casas y algunos no salen ni a la esquina por temor a contagiarse.
El presidente de la república se sorprende de que haya despidos, pero más les sorprende a los empleados de confianza del gobierno federal, a quienes se les bajará el sueldo y se les dejará de pagar el aguinaldo que por ley tienen derecho a cobrar y también por ley no es procedente que les reduzcan el salario.
Resulta gracioso que la propia secretaria del Trabajo pida a los empresarios que reconsideren el despido o la baja de salario de sus trabajadores durante la cuarentena, pero no aboga porque el gobierno federal reconsidere en esta medida de bajarles el sueldo y el aguinaldo a los funcionarios de confianza.
En efecto el presidente ha hablado de una entrega de créditos a las pequeñas empresas, pero solamente a aquellas que tienen ya empadronadas y que le son afines. Por cierto, el censo lo hicieron en casas habitación, no en comercios o negocios, lo que significa que estos apoyos les llegarán a familias no a negocios pequeños.
No nos queda muy claro de qué manera el gobierno federal va a crear los 2 millones de nuevos empleos que ha prometido durante los próximos nueve meses, si apenas hace unos días la titular del Trabajo ha declarado tajantemente la pérdida de casi 400 mil por culpa del coronavirus.
Lo único cierto es que todos estamos en riesgo, tanto de perder el empleo como de que nuestra fuente de trabajo tenga que cerrar por falta de clientes y por ende por falta de ingresos.
El presidente ha pedido a los empresarios grandes y pequeños que todos sean solidarios, pero no se puede ser solidario si no se cuenta con los recursos para serlo. Y, por cierto, hay que predicar con el ejemplo.
Es poeta, redactor y fotógrafo originario de Puebla, radicado en Coatzacoalcos, Veracruz. Ha escrito varios libros de poesía y narrativa como Archivo de Sueños, Corazón de Metal y El Lugar Común, así como el poema Viajar es Regresar.