Para muchos, la primavera es la estación del amor, ese sentimiento de afecto y apego personal. En el contexto filosófico, el amor es una virtud que representa la bondad, la compasión y el cariño humanos. El amor es fundamental para muchas religiones, como en la frase cristiana “Dios es amor”. También puede describirse como acciones hacia los demás (o hacia uno mismo) basadas en la compasión o el afecto.
Teniendo en cuenta este sentimiento humano, un equipo de investigadores del Departamento de Neurociencia e Ingeniería Biomédica de la Universidad Aalto, Espoo, Finlandia, elaboraron un mapa sobre las distintas partes del cuerpo donde se sienten los diferentes tipos de amor y con qué intensidad se experimentan.
“Es notable, aunque no muy sorprendente, que los tipos de amor asociados con las relaciones cercanas son similares y son los más experimentados”, dijo el filósofo Pärttyli Rinne, quien coordinó el estudio. La investigadora doctoral Mikke Tavast analizó los datos, mientras que el investigador Enrico Glerean desarrolló los métodos de investigación. El proyecto fue iniciado conjuntamente por Rinne y el profesor emérito Mikko Sams.
El equipo encuestó a los participantes sobre cómo experimentaban 27 tipos diferentes de amor, como el amor romántico, el sexual, de los padres y por los amigos, la naturaleza, Dios o ellos mismos. El equipo preguntó a los participantes dónde sentían los diferentes tipos de amor en sus cuerpos y qué tan intenso era el sentimiento tanto desde el punto de vista físico como mentalmente.
LOS TRES AMORES
MÁS SENTIDOS
“Los tres amores más sentidos de nuestros mapas corporales son el ‘amor apasionado’, el ‘amor verdadero’ y el ‘amor por la vida’, manifestaron en el estudio.
Y agregaron: “Como tal, el término ‘amor apasionado’ se refiere precisamente a la experiencia de amor más intensa en el contexto prototípico de una relación sexual y romántica. La alta fuerza de encarnación del “amor verdadero” y del “amor por la vida” puede reflejar el hecho de que el primero representa un núcleo genérico del concepto emotivo subjetivo del amor, y el ‘amor por la vida’ puede relacionarse con la supervivencia”.
Sus hallazgos, publicados en la revista Philosophical Psychology, sugieren que los diferentes tipos de amor forman un continuo de más débil a más fuerte. Todos los tipos se sentían con fuerza en la cabeza, pero diferían en el resto del cuerpo: algunos se extendían sólo al pecho, mientras que otros se sentían en todas partes. Las formas más fuertes de amor se sentían más ampliamente en todo el cuerpo.
Teniendo en consideración esto, para construir el mapa, los investigadores recopilaron datos de cientos de participantes a través de una encuesta en línea. La mayoría de las respuestas provinieron de mujeres jóvenes en educación superior. Se pidió a los participantes que colorearan una silueta corporal para mostrar dónde sentían cada tipo de amor. También se les preguntó cómo se sentían los diferentes tipos física y mentalmente, qué tan agradable era la sensación y cómo se asociaba con el tacto. Finalmente, se les pidió que calificaran la cercanía de los tipos de amor.
“El amor entre personas se divide en sexual y no sexual. Los tipos de amor más cercanos son los que tienen una dimensión sexual o romántica”, dice Rinne.
“También fue interesante encontrar una fuerte correlación entre la intensidad física y mental de la emoción y su placer. Cuanto más fuerte se siente un tipo de amor en el cuerpo, más fuerte se siente en la mente y más placentero es“, añadió Rinne.
AMOR A DIOS
El científico explicó que el equipo estaba intrigado por el hecho de que todos los diferentes tipos de amor se sienten en la cabeza. “Cuando pasamos de tipos de amor más intensos a tipos menos intensos, las sensaciones en la zona del pecho se debilitan. Puede ser que, por ejemplo, el amor por los extraños o la sabiduría estén asociados con un proceso cognitivo. También puede ser que se producen sensaciones agradables en la zona de la cabeza. Esto es algo que debería investigarse más a fondo”, afirmó Rinne.
“En general, las áreas más distintas de activación corporal subjetivamente sentida en diferentes tipos de amor son el pecho y la cabeza, lo que probablemente indica cambios en el ritmo cardíaco, la respiración y las expresiones faciales, incluido el posible sonrojo. Por otro lado, los sentimientos asociados con tipos de amor más débiles tienden a concentrarse en la cabeza.
Esto puede deberse a que los sujetos asocian conceptos más abstractos como sabiduría o moralidad con el cerebro y funciones cognitivas superiores”, dijo el investigador quien también señaló que existen diferencias culturales en el amor y que la demografía del grupo de estudio está vinculada a la experiencia del amor.
“Si el mismo estudio se realizara en una comunidad altamente religiosa, el amor a Dios podría ser el amor más experimentado de todos. De manera similar, si los sujetos fueran padres en una relación, como en nuestro proyecto de estudio del cerebro en curso, el amor por los niños podría ser el tipo de amor más fuerte”, expresó Rinne.
Y concluyó: “Para la ciencia del amor, nuestros resultados indican que existe una variación importante entre los diferentes tipos de amor y, por lo tanto, es una simplificación conceptual excesiva discutir el amor como si fuera una emoción o estado de sentimiento único. El contexto y el objeto del amor influyen en el sentimiento de amor en cuestión. Investigaciones neurocientíficas y conductuales adicionales pueden arrojar luz sobre hasta qué punto los diferentes tipos de amor comparten patrones de activación neuronal similares y cuál es la relación entre estos patrones y la similitud de sentimientos asociados a diferentes tipos de amor.