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El más largo eclipse parcial en 581 años

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Hasta el 8 de febrero de 2669, en 648 años, se podrá apreciar uno más largo, de acuerdo con la NASA.

El eclipse parcial de Luna más largo de los últimos 581 años, ocurrido el pasado 19 de noviembre, duró más de seis horas en la fase penumbral y alrededor de tres horas y media en la de la umbra, que es cuando ésta entra en la sombra de la Tierra, explica José Franco, investigador del Instituto de Astronomía.

“Los eclipses no tienen un ciclo definido, pero en promedio se dan dos lunares y dos solares por año. Tienen cierta cotidianidad, porque se repiten, y no son extraordinarios; sin embargo –apunta– las condiciones de cada uno son diferentes. En el caso de la Luna, su órbita no es circular, sino elíptica. La Tierra está en el foco de esa elipse; cuando está más cerca de nosotros, en el punto más cercano, la gente la llega a llamar superluna, por el tamaño aparente, aunque es simplemente que se encuentra más cerca de nosotros; cuando está en el punto más alejado, algunos la llaman microluna.”

José Franco destaca que tampoco la velocidad a la que circula el satélite natural de la Tierra es constante, sino que éste es más rápido cuando se encuentra cerca de nuestro planeta y más lento cuando está más alejado; por eso, la duración de un eclipse de Luna depende de la distancia a la que se ubique del planeta.

“Ningún eclipse, de Luna o Sol, tiene la misma duración… en este caso, en el del 19 de noviembre, la Luna estaba en el punto más alejado de la Tierra, por lo que se movía en una velocidad menor, y al atravesar la sombra de nuestro planeta, le tomó más tiempo.

“Su duración total fue de aproximadamente seis horas. El eclipse tiene dos fases: la penumbral, que es cuando la Luna entra en la penumbra que forma la Tierra, donde prácticamente no se nota que está ocurriendo, y la de la umbra, que es cuando entra a la sombra, esa parte es más corta. En esta ocasión, duró seis horas desde que entró a la penumbra hasta que salió de la misma, lo que lo hace un evento llamativo, porque pocas veces se da en estas condiciones. El último ocurrió en 1440, hace más de 580 años. Fuimos privilegiados aunque, desafortunadamente se dio a altas horas de la noche cuando estaba haciendo mucho frío, y muchos prefirieron ver las fotos al otro día.”

Con una pagoda en Tokio, Japón.

La importancia de la Luna

La Luna fue el primer reloj y calendario que tuvimos los seres humanos; sus fases nos tienen bien marcados. Nuestro calendario se llama lunisolar, porque la duración del año está definida por el Sol y los meses por los ciclos de la Luna. La Tierra gira alrededor del Sol en 365 días y un poco más, esto marca el año, y la Luna gira alrededor de la Tierra en un poco más de 29 días, eso marca el tamaño que la humanidad escogió para definir los meses. Estos son un homenaje al ciclo fundamental del satélite natural de la Tierra. También las semanas se definen por la Luna. Ésta tiene cuatro fases, cada una dura aproximadamente siete días. Por eso la semana dura eso y no 10, aunque tengamos un sistema decimal.

“La Luna es un marcador importante a lo largo de todas las culturas del mundo, definió los tamaños de la semana y de los meses. Culturalmente, los ciclos del cielo nos tienen bastante definidos; la agricultura está desarrollada a lo largo de la historia con los ciclos del Sol y de la Luna”, precisa José Franco.

En el Monumento a Washington, Estados Unidos.

El tamaño y los colores

Julieta Fierro, investigadora del Instituto de Astronomía, comenta que la Luna se observa más grande en ocasiones por un efecto óptico: “Se ve aparentemente más grande dependiendo del entorno; por ejemplo, un objeto se ve así cuando se encuentra rodeado de otros más pequeños, que cuando está rodeado de objetos grandes; lo mismo sucede con la Luna, si está en el horizonte cerca de otros objetos como montañas se ve más grande; no obstante, cuando está en el cenit, sin ningún objeto alrededor, se ve de tamaño normal. Si una persona la observa con un tubo de papel para aislarla de otros objetos, en cualquier posición que se encuentre en el cielo, notará que se verá del mismo tamaño”.

Respecto a la coloración roja, la especialista, agrega: “Se pone roja porque cuando atraviesa la sombra de la Tierra la luz del Sol llega a pasar por la atmósfera de nuestro planeta, que funciona como una lupa y manda la luz del Sol hacia la Luna. En el momento que hay mucho polvo sostenido en la atmósfera, como en este caso cenizas del volcán de La Palma, España, el polvo absorbe la luz del Sol, sobre todo la de longitud de onda más pequeña como la azul, verde y amarilla y sólo llegan a la Luna la naranja y la roja. Entre más partículas suspendidas haya en la atmósfera, más roja se verá. Todo eso sucede también en los atardeceres, porque el espesor de la atmósfera que tiene que atravesar la luz del Sol es mayor cuando está en el horizonte que cuando se encuentra en el cenit.

La Gran Torre en Santiago, Chile.

“A la Luna roja se le llama de sangre. Esto tiene origen en una historia bíblica –cita Julieta Fierro. Herodes estaba enamorado de Salomé, hija de su esposa Herodias. Salomé quería seducir a Juan el Bautista, pero él nunca accedió. Herodes pidió a esta mujer de gran belleza que le hiciera la danza de los siete velos y a cambio le daría lo que quisiera. Cuando Salomé accedió y terminó dicha danza, Herodes estuvo muy complacido. Ella pidió la cabeza de Juan Bautista en una charola, por lo que él mandó a decapitarlo. La historia dice que fue tanto el dolor, que la Luna se llenó de sangre.”

El eclipse de Luna más largo desde 1440 se pudo observar en América del Norte, gran parte de Sudamérica, el pacífico, Australia y también gran parte de Asia.

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