Por Gilberto Peralta Baltazar
Hoy me desperté con el amanecer
De inmediato me di cuenta
Que el monstruo invisible
Seguía ahí afuera, en la puerta de mi casa.
Lo volví a ignorar
Cómo lo hice ayer
Y antier y todas los días
Que me viene acechando.
Hoy amaneció con un cielo nublado
y con calles desoladas.
Hoy encendí el televisor
Y los noticieros de todos los canales
Reportan el número de víctimas
Devoradas por el monstruo
Y la cantidad de pacientes
Que libran su guerra en los hospitales o en sus casas.
Hoy te brindo una declaración de guerra.
Podrás mutar, cambiar de cara, acosando al mundo.
Pero ellos ya preparan las armas
Se que te buscarán, te acorralarán,
te arrancarán la máscara que te hace invisible
y al final de cuentas,
encontrarán la forma para que tú sólo te aniquiles.
Caerás en tu propia trampa
y serás, con el tiempo,
solamente, un triste recuerdo.
Y volverán a brillar los cielos
y cantarán las aves
su canto universal
de paz y armonía
por todos los tiempos
por todos los siglos.
Y yo estaré ahí
para ser testigo
de qué solo fuiste
una pesadilla
que pronto acabará.
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