Gabriel Gamar
En el silencio de la noche estrellada
Se oyen suspiros de un alma herida,
Que busca en la bruma una sombra amada
Y encuentra el eco de una voz perdida.
Las horas pasan en lenta agonía,
Cada segundo se vuelve infinito
Y en cada rincón de mi melancolía
Late un recuerdo que aún necesito.
La ausencia pesa como un manto frío
Que cubre el alma con su triste velo
Y en cada sueño, en cada desvarío,
Vuelvo a encontrarte en un fugaz anhelo.
Extrañar es sentir la madrugada,
Cuando el alba aún no quiere despertar,
Es navegar en mares de nada
Sin puerto firme donde atracar.
Y mientras el tiempo se lleva las hojas
Dejando huellas en la piel del viento,
Mi corazón en sus ansias locas
Espera el regreso de felices momentos.
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