Columna Gansadas/
No cabe duda de la capacidad de #LordDiablo, el K2, o sencillamente el líder nacional, para encontrar enemigos y desviar la atención de los problemas que pudieran exponerle en sus diarias diatribas u homilías.
El agotamiento de culpas contra los neoliberales, la mafia del poder, los conservadores o rústicamente los fifíes ha sido trasladado al ángel expulsado del Paraíso, a Belcebú, Satán, Luzbel, Belial quien, asegura el Pejehová, es el dueño, el generador de la mentira.
Eso lo explicó después que un coro de macuspanos, paisanos suyos, rechazaron sus afirmaciones de la entrega de beneficios, becas y otras promociones similares para los golfos que decidieron vivir al amparo de las fantasías palaciegas de López Obrador.
Y es que el dinero no llega porque se lo roban los encargados de distribuirlo. ¿Quiénes? Fácil: el sistema bancario de Salinas Pliego, el Bejarano, señor de las ligas, así de entrada. Pero a ellos no se les toca la culpa es del enviado de los antros infernales.
El Peje no se debería preocupar ni siquiera, como lo hizo, por responder a sus críticos. Después de todo y así lo ha decidido, no llegó para gobernar a nadie, sino para crear una enorme y si es posible, eterna plataforma de popularidad. Aquí apliquemos la ancestral sabiduría política tricolor: que hablen de mí, aunque sea bien si no les queda más remedio.
No olvidemos el hecho histórico de que la única escuela de cuadros políticos de la nación, ha sido hasta ahora el Partido Revolucionario Institucional. Lo fue como genitor de los más importantes funcionarios de este gobierno y lo fue como contraparte de algunos políticos de oposición del pasado.
En este sentido cabe mencionar a importantísimos opositores a los gobiernos tricolores que, sin embargo, recibían apoyos económicos y hasta concesiones para la subsistencia o el bienestar familiar.
Desde mi posición como Prensa durante diez años en el Senado, pude constatar los recursos que se derivaban hacia determinados hombres de la izquierda, presuntamente radical, hasta los derechosos panistas que hacían alarde de buena educación y de intransigencia.
En reconocimiento a los tricolores, hasta la fecha ninguno hizo mención a este capítulo de nuestra historia política y me gustaría pensar que se trata de un acto de decencia y no de auto protección.
¿Quieren nombres? Los que conozco, los que conocí, casi todos fallecieron. Todos con buena fama que no tendría sentido controvertir ahora. En su momento participaron en un sistema que devoraba a todos. Y que como en el nacismo alemán, no había más así que nadie podía excluirse, tal cual sucedía digamos con los medios donde sus reporteros pensaban ¡oh ilusos! que eran independientes, soberanos y libertarios.
Hoy andamos en las mismas, pero con la perspectiva de cerrar conductos para la reclamación popular. Hoy, derecha e izquierda se apropian de un movimiento justo, de indignación y lo hacen con las armas más elementales pero eficaces: me sumo a la protesta y doy permiso a las mujeres que de mi dependen, para que participen.
Esa es una posición sucia, indigna y precursora de lo que sigue, con manifestación convocada por simpatizantes de #LordDiablo, como advertencia para que los protestantes originales no se salgan del cauce previsto, o se atengan a las consecuencias.
La furia mal contenida y el berrinche cuasi infantil del mandatario, no permite avizorar un futuro tranquilo, de paz ciudadana. Como antes, como siempre, la calle es sólo para los cantores de las glorias del ocupante del Palacio Virreinal.
¡Hosana, al enviado celestial..!
Periodista antediluviano, corresponsal en el exterior y reportero en méxico.