Gabriel Gamar
La noche se viste de sombras ligeras
Un manto de estrellas cubre el cielo en calma
Y el viento murmura con voces sinceras
Secretos antiguos que llegan al alma.
La luna, radiante en su lecho de plata
Vigila en silencio los sueños perdidos
Y el mundo se calla, mientras ella trata
De tejer misterios entre sus latidos.
Los árboles susurran bajo su frío
El río refleja su luz vacilante
Y el tiempo se estira, eterno y vacío,
En el oscuro abrazo de lo constante.
La noche serena, de hechizo profundo
En tu abrazo hallamos refugio y consuelo,
Pues en ti se esconde el fin de este mundo,
Y el alma, tranquila, se eleva hasta el cielo.
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