¿Y cuándo vuelve el desaparecido?
Cada vez que lo trae el pensamiento
¿Cómo se le habla al desaparecido?
Con la emoción apretando por dentro
Desapariciones. Rubén Blades
Noé Zavaleta lleva un poquito más de la mitad de su vida ejerciendo periodismo en el estado más peligroso del país para ejercerlo.
Como se lee en la solapa de su nuevo libro, estudió periodismo para cubrir una final de la Copa Libertadores, pero la vida lo llevó por un camino muy distinto. Hoy habla en exclusiva con Crónica de Xalapa para platicarnos de su nuevo libro: “Las Buscadoras”: Madres que buscan personas desaparecidas en México”, editado por HarperCollins y que ya está disponible en librerías del país.
La culpa fue de los Tiburones Rojos
.- Cuando estudiaste periodismo, querías ser periodista deportivo ¿Recuerdas cuándo cambió en eso?
“Yo me gradúo de comunicación, entro a una estación de radio a trabajar y a los seis meses, el equipo de futbol Los Tiburones Rojos desciende a la segunda división, ‘Ahí se jodió mi primera aspiración’.
Tenía 21 años, varios reporteros jóvenes perdemos ahí toda la ilusión de hacer algo en el periodismo deportivo, recién egresado, ¿cuándo te va a voltear a ver ESPN, Fox Sports, etc? Incluso los medios de Veracruz recortan sus plantillas de periodistas deportivos porque no es rentable”.
Zavaleta cuenta que después quiso especializarse en Medio Ambiente, y después quiso ser periodista cultural, por su afición a la literatura, pero asegura que los periódicos no pagan por ser periodista cultural: “No sé si piensan que uno vive de los canapés y cócteles en las ferias de libro, así fue que “tuve que ingresar al sórdido y bajo mundo de la información general y política”, relata.
El periodista afirma que por esos años (2007), en el estado, había periodistas de espectáculos, de sociales, de política, de policiaca, pero no había periodistas especializados en Derechos Humanos y que cubrieran a los desaparecidos: “Yo no entré al periodismo para cubrir desaparecidos, yo entre porque yo quería estar en un palco de un estadio de futbol, cubriendo una final de la Liga Mexicana, o una final la Copa Libertadores o Copa del Mundo, no andar en esos menesteres, pero una vez que te metes, te das cuenta de que no hay vuelta atrás”, relata.
Mimetizar el miedo
HarperCollins Publishers es la segunda editorial más reconocida en el mundo, con presencia en 17 países, publica aproximadamente 10 mil libros nuevos cada año, en 16 idiomas, y cuenta con un catálogo de más de 200 mil títulos; es la casa editorial que ahora publica “Las Buscadoras”: Madres que buscan personas desaparecidas en México”, en su sitio web, la editorial describe a Noé Zavaleta como uno de los reporteros más aguerridos de México.
.-¿Te ves a ti mismo reportero aguerrido?
“Mucha gente me dice que si no tengo miedo, yo tiene tiempo que dejé de preguntarme eso. Creo que el periodista latinoamericano empezó a sistematizar y normalizar la violencia. Ya no nos escandalizamos cuando oímos unas osamentas por acá, una balacera, por allá etc.”, explica el reportero.
“No sé si considerarme aguerrido, yo hago mi trabajo, así como el reportero especializado en economía, ya no se escandaliza cuando el dólar y el euro suben; nosotros quienes nos especializamos en estos temas, ya no nos escandalizamos, hay muchas cosas que nos generan empatía, que nos conmueven, pero ya nos acostumbramos a cubrirlo. Aún así, tenemos sentimientos, y emociones”.
.-¿En esas emociones hay miedo?
“Alguna vez lo hubo, yo creo que el miedo lo he mimetizado en pesadillas, mientras tengo los ojos abiertos, no hay miedo.
Ni aquí ni en ningún país del mundo, tendría que ser normal, que una ama de casa, o una ex empleada de una farmacia, o una funcionaria de gobierno, o una asesora del Congreso, deje el traje sastre, deje el delantal, deje el mostrador, para irse los fines de semana a buscar a sus hijos o a sus esposos. Entonces, hace años, claro que hubo miedo, pero la materia no cambia, solo se transforma, y creo que ese miedo se ha transformado a pesadillas, lo cuento en el epílogo del libro, a veces ocurren con frecuencia, a veces está uno en paz, es como cíclico, va y viene”.
Sólo quedaban dos caminos
Fue hace casi siete años que el hasta ese entonces reportero Noé Zavaleta, debutó como escritor, con el libro “El Infierno de Javier Duarte; Crónicas de un gobierno fatídico”, al que le seguirían “Impune Mx”, “Los Buscadores “y “Periodistas detrás de alias” , (los tres en coautorías).
.-¿Recuerdas cuándo el periodista supo que quería ser escritor?
“Alguien dijo que uno en la vida tiene que tener un hijo, plantar un árbol, y escribir un libro. Nunca he plantado un árbol, no he tenido un hijo – y no pienso tenerlos- así que en vez del hijo, he participado ya en cinco libros hasta ahorita, tres de mi autoría y dos en los que he participado”
Noé Zavaleta recuerda que cuando egresó de la universidad en lo último que pensaba era en escribir libros: “Hay periodistas, con más egocentrismo que yo, que piensan que a alguien le pueden interesar sus memorias, la verdad, si no eres García Márquez, Scherer, Caparrós. ¿A quién le van a interesar tus memorias? Yo nunca lo haría, a lo mejor se las mandaría a una novia, como regalo, pero ¿Un libro de mis memorias?”, se burla Zavaleta.
Pero después, su gesto se pone reflexivo, y rememora el justo momento en que se encendió la llama de escribir un libro, y recuerda, fue a raíz del asesinato de Rubén Espinosa: “Yo me dije, ahí tienes de dos Noé, o te escondes debajo de la cama a llorar, o te pones a hacer algo, y el libro “El Infierno de Javier Duarte”, que está dedicado a Rubén y que despertó mucha cosas a nivel Veracruz y a nivel nacional fue precisamente una forma de paliar o de soportar la muerte de mi amigo Rubén y fue una forma de decir, yo tengo que seguir viviendo, y tengo que seguir viviendo, sin miedo, y tengo que vivir trabajando, y la mejor forma fue hacer ese libro.
Esas sí eran noches de miedo, de insomnio, y la mejor forma de lidiar con el insomnio, fue escribir”, recapitula.
El Veracruz del Infierno de Duarte
En 2006, cuando Zavaleta lanzó a través de Ediciones Proceso, el libro “El Infierno de Javier Duarte; Crónicas de un gobierno fatídico”, el periodista se vio obligado a exiliarse de su ciudad por al menos dos meses, regresando a laborar con medidas de seguridad otorgadas por el mecanismo de atención a periodistas, unos días antes de que el gobernador del estado, Javier Duarte renunciara a su cargo, para posteriormente ser detenido en Guatemala.
.-¿Qué diferencia encuentras entre el Veracruz de “El Infierno de Duarte” y el Veracruz de estos días?
“Hay poca diferencia, varios funcionarios de Duarte, están en este gobierno.
La verdad no veo gran diferencia en homicidios, y delitos que se cometen en el estado.
A lo mejor, en el caso de la ciudadanía, por lo mismo que hemos normalizado la violencia, ya no nos sentimos con miedo.
Por ejemplo, ayer en Paso del Toro, se están agarrando a balazos, y hay gente ahí contemplando como si fuera un función de lucha libre, como si estuvieran viendo una pelea conyugal, o sea, algo leve”.
.-¿Y las condiciones para ejercer el periodismo, cómo las ves en el estado en comparación con hace siete años?
“Las condiciones siguen siendo adversas, hay asfixia laboral, la 4T tiene una política extraña de medios, no dan convenios, y si los dan, se los dan a sus medios afines, o incluso, han creado sus propios ‘medios’ de comunicación, están desapareciendo medios tradicionales, muchos periódicos dejaron de imprimir, incluso varias de las plumas que como reporteros respetamos en el pasado, hoy ocupan cargos públicos en el gobierno, eso fue una forma de desaparecer la prensa crítica.
La forma de comunicar ha cambiado también, hoy las redes sociales han cobrado gran relevancia: uno ya está aquí por necio, y por amor al arte”, asegura.
Además, agrega que cuando el periodismo ya no le dé para vivir, se quiere dedicar a pasear perritos en el Lago: “A final de cuentas, en el periodismo te toca ver mucha caca, lo mismo que paseando perritos”, dice.
No buscamos culpables, buscamos a nuestros hijos
.-¿Qué van a encontrar los lectores en “Las Buscadoras”?
“Es un recorrido y acompañamiento a las mamás de desaparecidos en la búsqueda de sus hijos; todos los capítulos son testimonios muy fuertes, de momentos que he vivido en este camino de acompañamiento con ellas, incluso vienen desapariciones de este sexenio, mucho hacemos por culpar al pasado, y sí, Calderón, Peña Nieto, García Luna eran unos delincuentes, pero actualmente hay funcionarios que dejan mucho que desear, Gertz Manero no es una blanca paloma, y principalmente, es que este gobierno, también le está quedando mucho a deber a estas mujeres, a estas madres y esposas de los desaparecidos”, afirma Noé.
Para el periodista, la causa de los Colectivos de Desaparecidos, ha sido utilizada en campaña, y luego, al llegar al poder, se han olvidado de ellas, pues afirma hay muchos temas pendientes.
“La idea del libro es que la gente se entere cuál es el viacrucis de una madre para buscar a su hijo, no es nomás ir a la fiscalía: es ir, rascar la tierra, protestar en Palacio de Gobierno, recorrer cárceles, recorrer hospitales, recorrer fosas, entrar en contacto con gente del crimen organizado. Ellas tienen una tesis muy simple: No buscamos culpables, queremos a nuestros hijos, nada más dime dónde lo busco”.
El periodista insiste que a veces la sociedad no es empática con esta causa, y lo menciona en un capítulo de su libro, relata cómo muchas veces ves una marcha, y te molestan que cierren una calle, porque ya no llegas a tu trabajo, por lo dice que este libro es un grito desesperado a la sociedad para hacerla consciente de que todos podemos ayudar a encontrar a un desaparecido: “Ante la indiferencia del Gobierno, la sociedad puede unirse”.
La Biblia de los Desaparecidos
Noé Zavaleta explica que el libro, se centra en quince relatos de personas en los estados de Veracruz, Michoacán y Jalisco, lo que no quiere decir que en los demás estados no haya desaparecidos, según el escritor, hay 20 de 32 estados donde hay problemas serios de desaparición de personas.
.- ¿Qué hacer con todas estas historias que no caben en las ciento ochenta páginas de tu libro?
“Yo se lo dije a mi editor, si hubiera querido hacer un libro de todos los testimonios de desaparecidos que tengo, me sale un libro más grande que la Biblia pero tuve que escoger los que mejor narrativa les había yo dado, pero quedaron muchas historias pendientes, la idea es que hubiera una segunda edición porque historias hay muchas pendientes”.
Noé Zavaleta, afirma que las desapariciones no solo no han cesado, sino que continúan en aumento: “Y no soy periodista de oposición, es solo revisar los números de la Comisión Nacional de Búsqueda, la gente sigue desapareciendo y no es una cosa de partidos, desaparecen en Veracruz donde gobierna Morena, pero también en Nuevo León donde gobierna MC, y también en Guanajuato donde gobierna el PAN, y no sé si le queda algún gobierno al PRI, debe haberlo por ahí, y seguramente tendrán desaparecidos”.
Las protagonistas del libro
Coincidentemente, este fin de semana, después de dos años de pausa por pandemia, las autoridades de Veracruz, retomaron reuniones pendientes que tenían con diversos colectivos de búsqueda de personas en la entidad.
Ellas, madres, esposas, hermanas, que llevan cinco, diez años buscando a sus desaparecidos, son las protagonistas del libro “Las Buscadoras”.
.- ¿Has hablado con las protagonistas de tus textos sobre el lanzamiento del libro?
“Ayer me emocioné casi hasta las lágrimas porque me escribió Lucy Díaz, integrante y fundadora del Colectivo Solecito, y que busca a su hijo Luis Guillermo desde 2013, me mandó una foto con el libro, afuera de una tienda departamental. Me mandó un audio diciendo que soy de los pocos periodistas que siguen en la resistencia, haciendo alusión a que algunos compañeros ya se abrieron de esta cobertura. Sentí muy bonito.
Otra madre, Elba, que busca a su hijo desde 2016, cuando asistió a una cita de trabajo en un parque de Poza Rica, también me escribió para felicitarme: Si ustedes no visibilizan esto, nosotros estamos solas, me escribió otra mamá”
“En este corazoncito aunque sea egocéntrico y soberbio, también es de pollo, y se siente bonito aportar de alguna u otra forma a su causa”, agrega Zavaleta.
.-¿Algunos casos ahí escritos, han cambiado del momento en que fue escrito al día de hoy?¿ O todas esas madres siguen buscando?
“De las historias que vienen aquí reporteadas, no hay ningún solo avance en ninguno de los casos, ni uno sólo”, responde con tristeza el periodista.
.-En el epílogo de tu libro, mencionas “Uno como periodista, desechó hace mucho aquella chaquetera teoría de cambiar el mundo, el granito de arena que quiero aportar es informar a la sociedad y sensibilizarla”. ¿Estás seguro que ya no tiene esperanzas de cambio el mundo? ¿Una sociedad informada y sensibilizada no podría cambiar el mundo?
“La bronca es que el mundo cada vez lo veo peor, cada vez veo sociedades más desinformadas, gobiernos más corruptos, cada vez las nuevas generaciones están más desinteresadas en un cambio sustancial, los que ya van de salida les gusta más el paternalismo en vez de buscar tener una mejor sociedad
Si tuviera una idea utópica y aspiracionista de un mundo mejor, pues sí, me gustaría un mundo mejor, no para mis hijos, pero para las juventudes, pero en los años que me quedan de vida, no veo cómo mejore.
Mi mundo utópico está frente a la playa con una cerveza en la mano, y para mi, eso está bien, hoy no veo visos de que podamos tener un mundo mejor”, culmina.
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