Gabriel Gamar
Las gatas son símbolo de independencia y elegancia. Su andar silencioso y su mirada penetrante nos enseñan a valorar la calma y el misterio de lo cotidiano. Son criaturas que nos muestran la importancia de respetar nuestro espacio y cuando deciden acercarse nos brindan un afecto sincero y sin condiciones. En su aparente indiferencia, las gatas nos recuerdan que el verdadero amor no necesita demostraciones grandilocuentes, sino pequeñas y sutiles señales de confianza y compañía.
Las gatas tienen un lugar especial en cada hogar, ocupando rincones donde la paz y la tranquilidad reinan. Su presencia convierte una casa en un verdadero refugio, donde cada espacio que eligen se llena de una energía serena y reconfortante. Al enroscarse en su lugar favorito, nos enseñan que el hogar no es solo un espacio físico, sino un sentimiento de seguridad y pertenencia. Son las guardianas silenciosas de la armonía en la simplicidad y el silencio.
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