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Las regiones de silencio están organizadas alrededor del rumor en medios digitales: Claudio Lomnitz

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    • Con el título “¿Qué es una zona de silencio?”, Claudio Lomnitz, miembro  de El Colegio Nacional, dictó la tercera conferencia del curso Antropología de la ‘zona de silencio’.
    • De acuerdo con el colegiado, en una atmósfera violenta como la que se vive en Zacatecas, el anonimato de lo que se publica en una página web ofrece más certezas a su público de lo que publican los medios “serios”.
    • Las regiones de silencio están organizadas alrededor del rumor de medios abiertos montados en plataformas como Facebook o en grupos de WhatsApp, destacó el antropólogo social.

En Zacatecas, el periodista Alfredo Valadez compartió que durante los años de dominación Zeta en el estado, surgió un portal en Facebook llamado Acceso Zac, cuyos seguidores llegaron a los 347 mil en 2016, “muchísimo más que los lectores de ninguno de los cuatro medios de comunicación más tradicionales del estado”, los cuales seguían a detalle las noticias de la violencia, aseguró Claudio Lomnitz, miembro  de El Colegio Nacional, al dictar la tercera conferencia del curso Antropología de la “zona de silencio”, bajo el título “¿Qué es una zona de silencio?”.

Realizada de forma presencial en el Aula Mayor de la institución, el antropólogo social recordó el éxito de una página que reportaba los hechos de violencia en Zacatecas, llamada Acceso Zac, cuyo éxito se debió a que reportaba incidentes de regiones alejadas de las principales ciudades del estado, ya que publicaban por igual los narcomensajes de los Zetas y del Cartel del Golfo, los dos grupos principales en esa época, así como de otras organizaciones criminales de aquellos años, estribaba de su apertura a la noticia local, a través, usualmente, de mensajes colgados por la misma población y, por otra parte, de su disposición a publicar los mensajes de las organizaciones criminales”.

Para el antropólogo social, se trata de un factor relevante para la conceptualización de la “zona de silencio”, porque remite a la realidad de que, como acto de comunicación, la violencia en sí misma puede ser difícil de interpretar y muy frecuentemente requiere de un suplemento lingüístico para que se comunique “lo que el violento quiere comunicar, más allá del terror en sí mismo que siempre comunica la violencia”.

El problema es que hay quienes son capaces de ofrecer interpretaciones verosímiles o autorizadas del significado o razón de la violencia, pero existen también ocasiones “no demasiado infrecuentes”, en que el propio actor violento quiere controlar o modular su mensaje y hacer saber a quién o a quiénes va dirigida la violencia, así como la clase de amenaza que  representa ese acto para diversos sectores de la población, al publicarse directamente los mensajes provenientes de las diferentes organizaciones criminales en un espacio de información vital.

“A diferencia de los medios tradicionales que, lógicamente, se negaban a ser  transmisores de los mensajes de esas organizaciones, la forma en que se anunciaba el sitio web da una idea de en qué consiste la zona de silencio como proceso histórico, porque Acceso Zac es un portal donde se dicen las cosas sin línea, sin protocolos, lo que los medios tradicionales no se atreven a publicar”.

En ese sentido, dentro de una atmósfera violenta, como la que se vive en Zacatecas en la actualidad, el anonimato de las contribuciones que se publican en una fuente abierta de esta naturaleza ofrece más certezas a su público de lo que pueden ofrecer los medios “serios”, los cuales  pasarían la noticia por el rasero del periodismo profesional y “luego por la mesa de un editor que tendría que poner sobre la balanza estándares periodísticos y las presiones políticas o económicas a las que pudiera quedar sujeto su medio con la publicación de noticias delicadas, como suelen ser las noticias sobre la violencia organizada”.

“Así, aunque la noticia en fuentes abiertas como Acceso Zac no siempre proviene de reporteros profesionales, y aun cuando la apertura del medio a comentarios signifique que pueda fácilmente convertirse en un espacio de desinformación, la falta de censura y la apertura a fuentes no autorizadas convirtieron al medio en un espacio de rumor digital, lo cual en una sola zona de silencio lo hace una fuente oportuna, incluso necesaria y más fácil de interpretar para la población zacatecana que la prensa tradicional”.

Como espacios de comunicación, señaló Claudio Lomnitz, las regiones de silencio están organizadas alrededor del rumor de medios abiertos montados en plataformas como Facebook o en grupos de WhatsApp. Asimismo, resulta importante resaltar la existencia de halcones —en ocasiones los mismos dueños de establecimientos—, que podían ser los informantes que le comunicaban sistemáticamente a sus patrones o aliados cada entrada y salida de la comunidad.

“Una premisa de toda esta vigilancia es que casi ningún extraño que se dirija a un municipio está exento de sospecha de tener algún lazo o interés por el narcotráfico; debido a esto, la vigilancia es sorprendentemente intensa, al grado de que hay caminos en Sinaloa que tienen tumbas con cámaras de video colocadas por los aliados del muerto o por aliados de sus enemigos: si no eres de ahí seguro que no lo sabes, pero la cámara sí te sugiere que el muerto que está en esa tumba forma parte de una historia inconclusa de la que uno puede llegar a formar parte de manera involuntaria”.

Campos de entrenamiento

En Zacatecas, a decir de Claudio Lomnitz, se han dado “fenómenos muy dolorosos” en la guerra actual: la formación de campamentos de entrenamiento militar para los soldados o sicarios de los diferentes grupos criminales, y el desplazamiento de comunidades en municipios de dominio criminal dividido, en especial “en municipios que son frente de guerra, como por ejemplo JerezTepetongo y Valparaíso”.

“El primer fenómeno es el surgimiento de campamentos de entrenamiento militar en diferentes partes del estado, cuyas condiciones en algunos campamentos ya han sido descritas por periodistas: el tamaño de los ejércitos que se han ido formando en el estado de Zacatecas, según distintos reportes que he recogido en entrevistas o que aparecen también ocasionalmente mencionados en otras fuentes, hablan de campamentos de entrenamiento que tienen cientos de reclutas.

“He escuchado aumentar uno en el municipio de Jerez, donde al entrevistado le dijeron que había alrededor de 300 personas entrenando allí: ese entrevistado es una persona que tiene un rancho en la región, el cual fue ocupado por esta gente de forma muy amable y muy servicial, ‘vamos a estar acá un tiempo, usted no se preocupe’ y del rancho estaba controlado un camino, una brecha, hacia un campamento”.

Tal hecho de violencia está muy ligado a las desapariciones, destacó el antropólogo social, en particular porque se suele hablar de las desapariciones como un método de reclutamiento, sobre todo en Zacatecas. “Se dice que la secrecía de estas operaciones está muy cuidada, por lo cual la indiscreción puede ser severamente castigada y una desaparición es una manera de castigar”.

Por otra parte, los campamentos se han convertido en una razón para desplazar gente de los alrededores, ya sea para ocupar sus casas, como en el ejemplo del ranchero, cuya experiencia ha logrado registrar el investigador en varias entrevistas, lo que puede llevar al desplazamiento de ranchos y comunidades enteras.

“Se dice que, en muchos casos, las familias de cada rancho optaron por huir, porque el cartel había entrado para robarse a todos los jóvenes presuntamente para reclutarlos en los campos de entrenamiento: sean esas desapariciones por el motivo que sean, es seguro que  son la causa en ese espacio geográfico del abandono de ranchos y granjas por  parte de comunidades enteras, aun cuando muchas de esas comunidades eran bastante ricas y prósperas en términos agrícolas”.

De esta manera, explicó Claudio Lomnitz, la producción de la noticia escueta del acto violento es un efecto de la intimidación, lo que lanza a los públicos a plataformas abiertas en que puede haber más filtración de noticias falsas, y la posibilidad de que los carteles se comuniquen directamente.

Con el título “¿Qué es una zona de silencio?”, Claudio Lomnitz, miembro  de El Colegio Nacional, ofreció la tercera conferencia del curso Antropología de la “zona de silencio”, la cual se encuentra disponible en las transmisiones en vivo a través de las plataformas digitales de esta institución:

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