Mis queridos lectores, si nos sumergiéramos en la historia del mundo, nos vamos a encontrar que desde siempre las mujeres han tenido que luchar por sus derechos, por ser escuchadas y ser tomadas en cuenta. Es una lucha que sigue y seguirá hasta que la sociedad entienda que todos merecemos el mismo respeto, sin importar la edad, el género, la ocupación o preferencia sexual. Cada quien es libre de decidir lo que quiere ser y nadie más tiene el derecho de poder juzgar esas decisiones.
Hoy en día es grato ver que gracias a esas luchas, marchas y manifestaciones, las mujeres gozan derechos que antes eran lujos o simplemente era imposible de pensar que una mujer podría llegar hacer, tales como el poder estudiar, trabajar, votar, vestirse como quieran y casarse o juntarse con quien deseen y ahí comienza otra lucha que para sociedad parece permanecer en silencio, una lucha del poder ser quien eres y amar a quien tú quieres. Una lucha doble, por el simple hecho de ser mujer y es que es una realidad que las mujeres lesbianas están expuestas a una doble discriminación: en primera por su condición de nacer o decidir ser mujer y en segunda por ser lesbiana. Visibilizarse como lesbiana o bisexual todavía, hoy en día, viene acompañado de prejuicios, rechazo e incluso agresiones físicas y/o psicológicas.
El pasado 26 de Abril fue el día de la “Visibilidad Lésbica” y muy pocas personas saben que existe un día para visibilizar el papel que ocupan las lesbianas en el espacio público.
En los últimos años la visibilidad gay se ha disparado; artistas, políticos, escritores, profesores y hasta algún militar han hecho pública su condición de homosexual. Los hombres gay existen y cada vez son más numerosas sus apariciones en el contexto público, pero por otra parte, ¿Qué pasa con las mujeres lesbianas? ¿Por qué se les ve y se habla menos de ellas? ¿Por qué cuando se celebra el gay pride miles de marcas se suman al apoyo? ¿Y por qué el 26 de abril no? Mis queridos lectores, esto no tiene nada que ver con la comunidad gay, pues ellos han luchado por los derechos que tienen, por ser reconocidos y no ser discriminados lo cual realmente llena de orgullo.
Ellos no son el problema, el problema viene de nuestra sociedad, de cómo las mujeres hasta en ese sentido son discriminadas y juzgadas por su preferencia sexual, pero sobre todo no son reconocidas. Datos de un estudio realizado a mujeres de España, México y Argentina denominado: ¿Cómo son las mujeres lesbianas?, que se llevó a cabo conjuntamente con la red profesional de lesbianas Lesworking y la profesora y activista LGTBI Kika Fumero, afirmó que el 63% de las lesbianas reconocen que manifestar su orientación sexual ha tenido un impacto negativo en sus vidas.
Porque ser gay en la sociedad, es más “normal” que ser lesbiana o bisexual, lo cual no debería ser así, cada quien decide a quien amar y eso es lo que se debería volver normal, pero sobre todo el aprender a respetar las decisiones que toman los demás, sin hacer un juicio propio. En México, por ejemplo, en materia de legislación son escasos los avances que garanticen la igualdad de derechos y los problemas de intolerancia social y discriminación. Mis queridos lectores, si de por si ser mujer en este país es un peligro, ahora imagínense ser mujer y ser lesbiana, doble discrimación y cuidado, tan solo por amar a quien tu desees, pero sobre todo doble lucha y doble orgullo. Dejemos de juzgar y hacer que las personas no existen o no sienten, dejemos vivir y dejemos que cada quien sea feliz.
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