Fuera de todo
Denise Díaz Ricárdez
Pregunten a Maduro, al que le hablan los pajaritos: quienes alcanzan de una u otra forma el poder y desde ahí tejen toda una red de complicidades e intereses en beneficios múltiples, es quien da la última palabra.
Este planteamiento general remite directamente a Nicolás Maduro, quien apenas este domingo presumiblemente y vaya que presume, ganó las votaciones para un nuevo gobierno en Venezuela que culminará en el 2031.
De eso habla poco Maduro, quien ha “aplastado” a sus opositores con el control de las elecciones.
Hasta ahora van al menos 11 muertos en diversos encuentros entre manifestantes y militares y policías por órdenes del mismo Maduro, a la vez que en las cárceles ya hay 800 opositores.
Y en la reunión de la OEA de hoy no se logró luego de cinco horas una resolución que solicitaba de inmediato a Venezuela a dar a conocer las votaciones oficiales de los comicios, con serias dudas del triunfo de Nicolás Maduro, debido a que faltó un voto para alcanzar los 18 requeridos.
El martes anterior un comunicado del secretario general de la OEA, Luis Almagro,consideró que la carga de las injusticias sobre el pueblo de Venezuela continúa, ese pueblo es víctima una vez más de la represión, sin lugar a duda la característica gubernamental más relevante, fruto de una gestión ineficiente que ha sembrado las más graves crisis humanitaria y migratoria que ha conocido la
región.
12 naciones convocaron a una reunión urgente, la de ayer, para exigir datos reales de los comicios en los que consideran que Maduro no obtuvo mayoría.
Incluso México se abstuvo de participar en dicha reunión pues el presidente Andrés Manuel López Obrador expuso que los resultados de las elecciones corren a cargo del órgano electoral de esa nación.
Y hasta dónde van los resultados con más de 5 millones de votos a su favor, alcanza supuestamente el 51.2 del total de sufragios, en detrimento del opositor sustituto Edmundo González, quien de milagro sigue vivo.
Aun cuando Nicolás Maduro ha hecho todo lo posible por congraciarse con Estados Unidos con la promesa de mayor apertura, liberación de presos políticos, aceptación de deportados desde esa nación del norte e incluso desde México, en el fondo y gracias al ejército que le es incondicional y a que Venezuela posee las mayores reservas de petróleo y gas, subsiste.
Algo así como mientras me sirvas me generes beneficios y provechos, quédate en casa.
Salvo que buena parte de la población venezolana –unos 29 millones más ocho en el extranjero- no andan del todo contentos con tanta falta de un estadista que gobierne y en serio, pues los grados educativos, salud, nutrición, seguridad, andan
más que de capa caída.
Ayer mismo muchos gobiernos manifestaron desacuerdo con estos resultados electorales, incluido Estados Unidos, desde donde instaron a que haya transparencia en los resultados donde el Consejo Nacional Electoral (CNE) proclamó ganador al presidente Nicolás Maduro, al tiempo que rechazó los llamados del propio Maduro y otros políticos del oficialismo a detener a los opositores María Corina Machado y Edmundo González.
Hasta Kamala Harris, la vicepresidenta, dio respaldo al presidente Joe Biden en que haya legalidad en resultados electorales y que se respete la voluntad de este pueblo.
Y mientras Maduro ya ordenó el retiro de su cuerpo diplomático de siete países latinoamericanos –de todo signo- y corrió a los representantes de estos en Caracas, el mismo Pekín está de acuerdo con que se respeten los resultados que dan el presunto triunfo a Maduro.
Y ahora sí que detrás de todo esto hay algo presente en el ambiente, es decir el olor a petróleo y gas, pues Venezuela por cierto es el que mayores reservas tienes de esos energéticos en el mundo; para no ir más lejos señala el Panam Post el pasado 31 de mayo:
“EEUU casi triplica compra de petróleo a Venezuela en lo que va de 2024. Los despachos de crudo venezolano a Estados Unidos pasaron de 6,3 millones de barriles en el primer trimestre de 2023 a 14,6 millones en el mismo periodo de 2024, según las más recientes cifras divulgadas por la EIA.
“Desde que Joe Biden llegó a la Presidencia, Estados Unidos ha comprado un total de 63,3 millones de barriles de petróleo a la Venezuela chavista, considerando que la negociación se reanudó en enero de 2023. (X) “La política exterior de Estados Unidos hacia la dictadura venezolana durante el gobierno de Joe Biden ha sido más que complaciente. La defensa del retorno de la
democracia al país sudamericano ha quedado en segundo plano para la Administración demócrata, que ha priorizado el acceso a petróleo barato cerca de sus costas tanto por razones económicas como políticas.
Y para finalizar: China fue el mayor comprador de crudo venezolano en 2023 al quedarse con el 68% de sus exportaciones, según la EIA. Le siguieron Estados Unidos (23%), España (4%), Cuba (4%) y Singapur (1%).
Así que amor… amor, a saber, me lo dijo un pajarito.
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