“Cuando se maneja un mercado tan complejo y rico como el intercambio de mercancías entre estos dos países, integrar vertical y horizontalmente los servicios es la única forma de aprovechar los crecimientos de mercado”, afirma Sergio Ruiz Olmedo, director del Centro de Transporte y Logística de la Asociación Mexicana de Agentes de Carga, en entrevista con Expansión.
El camino recorrido por ambas empresas no es nuevo. Comenzó en 2020, cuando anunciaron una alianza para atender los requerimientos de exportación de las pequeñas y medianas empresas (PyMEs) hacia Estados Unidos, en el marco del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC).
Desde la perspectiva de César Salazar, investigador del Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM, el reciente anuncio debe interpretarse como una profundización en las cadenas de valor de ambos países, más que como una consecuencia del reacomodo en las cadenas de suministro, conocido como nearshoring. Además, las ventas por internet han posicionado a la logística en México como un componente esencial para el dinamismo del mercado, lo que incrementa la atención de las empresas hacia este sector.
«Observamos una profundización de los eslabones en las cadenas de valor en las que participa México, que están directamente vinculadas con Estados Unidos. Es decir, México actúa como un eslabón previo al mercado final, lo cual justifica esta tendencia más como una profundización que como una relocalización”, concluye Salazar en entrevista con Expansión.
A pesar de que la adquisición de Estafeta por parte de UPS podría ser vista como un potencial obstáculo para la competencia en el mercado, Ramiro Tovar, especialista en competencia y telecomunicaciones, sugiere que esta transacción podría ofrecer oportunidades de integración para empresas de menor tamaño. Esto se debe a que los grandes jugadores aún necesitan servicios de envío localizados.
«No debería haber preocupaciones sobre el impacto en la competencia, ya que estos servicios presentan características de red con economías de escala tanto en recepción como en entrega. Debido a estas economías de escala, tienden a concentrarse a nivel global, dejando atrás a los servicios que operan exclusivamente en el ámbito nacional”, añade Tovar.
El ‘efecto Trump’ podría cambiar la ecuación
Ante la posibilidad de que Donald Trump vuelva a la presidencia de Estados Unidos y de que esto implique una postura económica más restrictiva, la cancelación por parte de Tesla de su planta en Nuevo León podría no ser el único efecto negativo. Según Ruiz Olmedo, aunque las empresas buscan aprovechar el dinamismo entre las economías de ambos países, un regreso de Trump al poder podría alterar significativamente las operaciones actuales.
“Es indiscutible que se perciben nuevas oportunidades, siempre y cuando Trump no vuelva a irrumpir en el escenario. Una decisión, por ejemplo, de imponer restricciones al mercado mexicano debido a su acercamiento con China, podría tener repercusiones muy graves”, concluye Ruiz Olmedo.
