Columna Sentido Comun/
La indignación despertada por los crueles feminicidios registrados durante los últimos meses ha llevado a las mujeres a convocar a un paro nacional que han dado en llamar “¡El nueve ninguna se mueve!”
En vista de que el gobierno ha minimizado los atroces asesinatos de mujeres y se ha concretado más a descalificar las pintas y destrozos en edificios públicos como el Palacio Nacional, que ha escuchar a los familiares de las víctimas y poner a trabajar a las corporaciones de seguridad con un plan de acción específico y bien definido, no un decálogo que suena más a demagogia que a otra cosa.
El llamado consiste en paralizar las actividades de las mujeres por un solo día, para que el gobierno se dé cuenta de que está dejando en el olvido al 52 por ciento de la población. Las activistas que exigen con toda la razón ser escuchadas para que se detenga esta ola de violencia contra ellas, que parece no tener fin.
Para el 9 de marzo, justo un día después del Día Internacional de la Mujer, los colectivos y la ciudadanía en general han lanzado este llamado a unirse en Un día sin Mujeres, para que ninguna mujer acuda a su trabajo, que no salgan a la calle, que no asistan a las escuelas ni a las universidades ni de compras, para demostrar lo importante que son las mujeres en el desarrollo del país y en la sociedad. Únicamente se trata de paralizar sus actividades por un solo día.
ENDURECER LAS PENAS
Por otro lado, los recientes asesinatos tanto de Ingrid Escamilla como de la pequeña Fátima Cecilia han sido el detonante para dar un giro a las iniciativas que en materia penal se están analizando en el congreso, por lo que los legisladores deberán tener mucho cuidado en no desaparecer el delito de feminicidio y aumentar las penas a quienes cometan cualquier tipo de delito contra las mujeres y los menores.
No se trata nada más de hablar de la descomposición social que se está viviendo en el país, ni tampoco de que los gobiernos anteriores son los culpables de que se cometan este tipo de crímenes, sino de elaborar un plan emergente que se aplique de inmediato, tanto para impedir que se siga atentando contra las mujeres y los menores, como para que los responsables de estos hechos atroces sean castigados con mayor rigor y sin derecho a salir de manera anticipada por buen comportamiento en la cárcel. La experiencia ha demostrado que este tipo de sujetos nunca serán reformados y por supuesto al cumplir su pena no saldrán a portarse bien con la sociedad, sino por el contrario saldrán a buscar víctimas para vengarse y seguir haciendo el mal.
En vista de que en México no existe la pena de muerte, es necesario que se apliquen con mayor rigor los castigos contra estos delincuentes y sus cómplices, que no se les dé la oportunidad de salir libres por una averiguación mal elaborada, que en todo caso se corrijan los errores que contengan los expedientes, para que sean castigados con todo el rigor de la ley y encerrados por el bien de la sociedad.
“Si paramos nosotras, se para el mundo”, dicen las mujeres; nada más cierto que esto.
Es poeta, redactor y fotógrafo originario de Puebla, radicado en Coatzacoalcos, Veracruz. Ha escrito varios libros de poesía y narrativa como Archivo de Sueños, Corazón de Metal y El Lugar Común, así como el poema Viajar es Regresar.