Si no tomamos la responsabilidad de solucionar o generar soluciones a futuro, seremos responsables de los problemas que enfrenten las siguientes generaciones, señaló el exrector.
Las intensas olas de calor, la falta de acceso al agua, y problemas climáticos extremos que enfrentamos hoy son sólo una visión del ambiente y el planeta en el que vivirán nuestros hijos y nietos, consideró el exrector de la UNAM, José Sarukhán Kermez.
“Si no tomamos la responsabilidad de solucionar o generar soluciones a futuro, seremos responsables de los problemas que enfrenten las siguientes generaciones”, destacó en su charla “Environmental Technologies or Environmental Ethics?”, ofrecida en la 54 edición del Congreso de la Asociación de Investigación de Diseño Ambiental (EDRA54 por sus siglas en inglés).
Debido que a tenemos la capacidad de darnos cuenta de lo que nos rodea tenemos la responsabilidad de revisar todas las acciones, las situaciones que se viven en el planeta y tomar acciones para solucionar los problemas que la misma humanidad generó, crear escenarios donde no solo un grupo de personas tenga acceso a lo que se necesita, sino que todos los grupos sociales tengan la oportunidad de hacer más cosas y acceder a un mejor futuro.
Éticamente, estimó el coautor de “El cambio climático: causas, efectos y soluciones” (Sarikhán, Julia Carabias y Mario Molina, 2010) el principal problema que tenemos es de comportamiento, cómo abordamos los retos ambientales actuales: desde el ecocentrismo, donde somos una de las muchas especies que viven en este planeta, que tenemos primos primates; o desde la visión antropocéntrica donde somos el punto máximo de la evolución, con la autoridad de usar todo y abusar de todo.
Ante representantes de EDRA, reunidos en el Auditorio Raoul Fournier Villada de la Facultad de Medicina, el investigador emérito del Instituto de Ecología de la UNAM destacó que la crisis ambiental es un problema creado por toda la humanidad y es un problema que debe ser resuelto, igualmente, por toda la humanidad.
“Muchos dirán: no podemos hacerlo pero, creo que si no se hace algo, lo que vamos a tener es el dominio de unas cuántas élites que tienen todo el poder económico, el acceso a los medios e influencian lo que se dicen o se hace, y vamos a acabar con una población pequeña y privilegiada manejando el resto de la humanidad, algo que va completamente contra natura”, enfatizó el autor de “Las Musas de Darwin”.
En este contexto, el Fundador y ex director de la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (CONABIO) precisó que las naciones en desarrollo no se han dado por vencidas para trabajar en favor del ambiente, sino que se han dado como dominadas por los intereses económicos, por lo que es difícil que hagan las cosas de otra manera.
Es significativo, estimó el doctor en Ecología, la respuesta que hubo de todos los países para llamar a la sociedad mundial e informar sobre la COVID-19, se dijo claramente qué es lo que hay qué hacer y lo que no se debe, pero esto no se refleja en acciones para encarar la emergencia climática que tenemos.
“Los problemas de calor de hoy son una muestra de lo que las siguientes generaciones van a vivir, yo no estaré por mucho tiempo en este planeta, pero sí mis hijos y sus hijos, y me digo: bueno, en qué tipo de sociedad mundial van a estar viviendo ellos”, comentó Sarukhán Kermez.
El ganador del Premio Campeones de la Tierra 2016, que otorga el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) enfatizó que es muy importante que la sociedad se informe de lo que está pasando, que lo entienda, que cambie su comportamiento individual, hacer que la familia y los amigos cambien y, entre todos, generar actitudes y acciones favorables para el ambiente en el país en el que vivimos, y eso va para los 8 mil y pico millones de habitantes que hay en el planeta.
Esto debido a que todos, independientemente de la profesión o carrera, tenemos un gran impacto en el planeta, sin importar a qué nos dediquemos ya sea que vivamos en el campo o en Manhattan, y la crisis global conlleva varios elementos: el calentamiento global, la pérdida de la biodiversidad en el planeta que erosionan el ecosistema drenando agua, tierra, pérdida de hielos, de bosques en los trópicos, la pérdida o alteración de cada ambiente en el que vivimos.
Entre los principales factores o acciones humanas que van contra el ecosistema, el constante uso de energía en todas las herramientas tecnológicas que usamos se suma al crecimiento constante de la población. Sarukhán Kermez recordó que, en naciones desarrolladas, desde el momento que una persona nace consume 5.5 kilowatts de energía al día; mientras que en naciones como Sudáfrica consumen de 0.9 a 1.2 kilowatts, lo que habla de una permanente inequidad.
Destacó que desde que comenzó la humanidad, alrededor de 280 mil años, hasta la fecha, en la Tierra han vivido 100.8 billones de personas, 14 veces más que la población presente, calculada en 8 mil millones, mientras que la actual generación representa alrededor del 7 por ciento del total de homo sapiens que han vivido en la tierra, el gran problema es que en los últimos dos siglos se ha generado más daño al ambiente que en todos los tiempos de nuestra especie que han existido en la Tierra.
Esto ha hecho que muchos de los cambios en ecosistemas, debido al cambio climático, sean irreversibles en la escala humana, por lo que el ecólogo insistió en considerar el impacto que tienen estos elementos en la vida de las personas y las futuras generaciones, pues se calcula que, hacia el 2050, existirán 1.2 billones de refugiados climáticos, que enfrentarán clima extremo, aumento del nivel del mar y daño en los ecosistemas que atentan contra la vida.