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TERMINAL QUÍMICA PUERTO MÉXICO

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SENTIDO COMÚN

Gabriel García-Márquez

TERMINAL QUÍMICA PUERTO MÉXICO, UNA APUESTA QUE REDEFINE EL RUMBO ENERGÉTICO

En tiempos donde el sureste mexicano clama por inversiones que detonen su potencial industrial, la Terminal Química Puerto México (TQPM) emerge no solo como una obra monumental, sino como un símbolo de lo que puede lograrse cuando el capital privado, la visión estratégica y el compromiso técnico se alinean con un propósito claro: fortalecer la infraestructura energética del país.

A poco más de dos años de haberse colocado la primera piedra (marzo de 2023) y a dos días de que se lleve a cabo la inauguración, el avance del 98.44% en la construcción de esta terminal que representa una inversión privada de 450 millones de dólares habla por sí sola. No es común ver en México proyectos de esta magnitud ejecutarse con tal eficiencia y sin desviaciones significativas. Este solo hecho ya merece reconocimiento.

Ubicada dentro del puerto de Coatzacoalcos, en un terreno de 10.45 hectáreas cerca del Complejo Morelos, la TQPM está pensada para algo más que almacenar etano. Su diseño, que contempla desde un muelle internacional en la Laguna de Pajaritos (muelle 8), capaz de recibir buques de gran calado (uno por semana) hasta la construcción de 2 tanques criogénicos de alta especificación con capacidad de 50 mil metros cúbicos, es la clara expresión de una infraestructura orientada al futuro. Con una capacidad de manejo de hasta 80 mil barriles diarios de etano, el ducto de 17 pulgadas que conecta directamente con Braskem Idesa no es sólo una línea de transporte; es una arteria que revitaliza el cuerpo dormido del sector petroquímico nacional.

UNA ALIANZA ESTRATÉGICA CON VISIÓN DE LARGO PLAZO

Lo que hace aún más relevante a esta terminal es su naturaleza como “joint venture” o alianza estratégica entre Braskem-Idesa y Advario, este último es un operador europeo de amplia experiencia en logística de hidrocarburos. Este proyecto fue posible gracias a un financiamiento sindicalizado, que refleja la confianza del sector financiero internacional en la viabilidad y proyección de largo plazo de la infraestructura energética mexicana. Con ello, se garantiza la importación estable de etano por muchos años, asegurando el abasto continuo de materia prima para la industria y protegiendo una de las cadenas de valor más estratégicas del país. En el desarrollo del Proyecto Jaguar se contó con la participación técnica de la empresa ICA Fluor, con reconocida experiencia en este tipo de grandes proyectos industriales.

En un país donde los rezagos en materia de seguridad industrial son motivo constante de preocupación, TQPM ha logrado completar más de 8 millones de horas-hombre sin incidentes, un logro que habla del profesionalismo con el que se ha abordado cada etapa del proyecto.

EL SURESTE YA NO DEBE MIRAR AL CRUDO COMO SU ÚNICA VÍA DE DESARROLLO

Más allá de lo técnico, la TQPM representa una prueba palpable de que el futuro energético de esta región petrolera del sureste no está en extraer más crudo, sino en inyectar recursos y modernizar la industria petroquímica.

El modelo de desarrollo ya no puede depender exclusivamente de la producción de petróleo: debe evolucionar hacia procesos de transformación, valor agregado y sostenibilidad. Apostar por la cadena petroquímica es apostar por empleos mejor remunerados, tecnologías más limpias y mercados globales más exigentes.

El discurso sobre la reindustrialización no puede quedarse en el papel; debe cristalizarse en iniciativas como esta, que además de generar empleo, toda vez que en este proyecto se generaron más de 2 mil plazas directas durante su construcción, despiertan confianza en los inversionistas y reactivan vocaciones productivas históricamente olvidadas.

La Terminal Química Puerto México no es sólo una obra de infraestructura; es un mensaje. Un recordatorio de que sí es posible mirar al sureste con otros ojos. Un llamado urgente a modernizar, transformar y liderar desde la industria petroquímica el nuevo capítulo energético de México.

Ahora toca al gobierno en el nivel que le corresponda, generar las condiciones para la mejor operación de esta industria, toda vez que los accesos a la Terminal en particular y a los complejos adyacentes en general se encuentran en muy mal estado de conservación, por lo que se antoja urgente realizar un proyecto de reparación a fondo de estos accesos y rescatar las instalaciones que se encuentran en el olvido.

Lo cierto es que habrá que aplaudir este tipo de obras que no se quedan en el discurso, sino que se llevan a la práctica en tiempo y forma, convirtiéndose en realidades que benefician a la región y generan una gran cantidad de empleos que tanta falta hacen en la región y en el país.

Así que sea bienvenida la Terminal Química Puerto México que se suma a la planta petroquímica de etileno Braskem Idesa, que por cierto entrará en paro técnico para darle mantenimiento, luego de haber iniciado operaciones hace 9 años.

Bien por Braskem-Idesa, bien por la industria petroquímica mexicana.

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