Tiempos presentes
Rocío García Olmedo
Cuando no hay respeto a la ley, las consecuencias a la vista. Lo vivimos en México y ahora lo vemos en el mundo.
El presidente Trump día a día viola la normativa internacional de comercio causando daño al mundo, que muchos especialistas señalan, será irreversible para la economía mundial.
A México como al mundo le impuso desde el pasado 12 de marzo “sin excepciones, ni exenciones” el 25% de aranceles a los sectores automotriz, acero y aluminio.
Hasta el día de hoy, no ha decretado aranceles adicionales seguramente a la espera de la próxima revisión del T-MEC (Tratado entre México Estados Unidos y Canadá).
Sin embargo, en México se vislumbran ya resultados negativos. Algunos miembros de la Junta de Gobierno del Banco de México recién mencionaron que aumenta la probabilidad de entrar en recesión y ya vivíamos con una actividad económica nacional debilitada.
Soberbia, caprichos, mucho de esto seguramente influye en el presidente Trump, pero estas decisiones fuera de la ley en los tiempos presentes visualizan, que el mundo ya vive el daño de su decisión de reconfigurar la economía mundial.
Se le olvidó al presidente Trump que el respeto a las normas es pilar de la convivencia pacífica, se parece a lo que en México escuchamos y se imponía frecuentemente en el sexenio pasado el “no me vengan con que la ley es la ley.
” Por eso creo que aun cuando la incertidumbre en México y en el mundo tiene que ver con la espera de que en cualquier momento al presidente Trump se le ocurra expedir otras órdenes ejecutivas para determinar otros aranceles a México, algunos guiños empiezan a marcar algunas diferencias en la conducción del país respecto del sexenio anterior, por ejemplo:
El manotazo de la presidenta Sheinbaum por actos anticipados de campaña a militantes de su partido oficial, que en el sexenio anterior se impulsaban y se apoyaban.
LA ESCANDALOSA CORRUPCIÓN
El reconocer la escandalosa corrupción sobre las licitaciones de medicamentos con sobrecostos por 13 mil millones de pesos -que acabamos de conocer- y la declaración de la presidenta de establecer responsabilidades a los servidores públicos involucrados y una nueva estrategia anunciada que podría -esperemos que pronto- resolver el problema de desabasto que duele y padecen las mexicanas y mexicanos. En el sexenio pasado esto se negaba rotundamente a pesar de la evidencia.
Otro tema en el que estamos observando cambios respecto de la política que en esta materia se condujo en el gobierno anterior, es el manejo de la inseguridad. No sé si sea por las presiones ejercidas por el presidente Trump ante el tráfico de drogas, pero se conoce de un mayor número de detenciones de narco delincuentes, el desmantelamiento de laboratorios de fentanilo -que se negaba su existencia-, la extradición de narco delincuentes; incluso en materia de migración hacia EU implementando acciones para detenerla. Si bien aún mucho por hacer en esta materia la percepción de impunidad es tan elevada que las personas sienten que las instituciones no les responden y lamentablemente optan por hacerse justicia con sus propias manos, síntoma de la “crisis en la seguridad y en la confianza ciudadana” que es un riesgo latente para todos, todas.
Una crisis que no puede continuar tapándose con un dedo es la de desapariciones que en el sexenio anterior se desbordó; si en México se reportan 127 mil personas desaparecidas y más de 5 mil 600 fosas clandestinas conocidas, esa falta de sensibilidad y tacto político que tuvieron empieza a cambiar con el primer acercamiento con madres y padres buscadores. Rompe el corazón escuchar a un padre que entre sollozos implora encontrar “aunque sea un huesito” para darle cristiana sepultura.
Por supuesto aparecen acciones contradictorias que sorprenden y que se suman a las preocupaciones compartidas que tenemos sobre “la eliminación de la división de poderes, el control del aparato electoral, la supeditación del poder judicial, la eliminación de órganos de control autónomos, la centralización del poder, la militarización de la vida pública” como bien se ha escrito; y nuevamente la negación del problema de desapariciones ante las declaraciones del Comité Contra las Desapariciones Forzadas de la ONU; hasta la contradicción de prohibir comida chatarra en escuelas, pero permitir la venta de chocolates bienestar porque tienen “poquita azúcar”; o esa insistencia de alterar cifras de desapariciones, homicidios y feminicidios. En fin. Demostrado, cuando no hay respeto a la ley, muchas son las consecuencias; las vivimos en México y ahora lo vive el mundo. Sin duda alguna, nuevos son los tiempos presentes.
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Palabra de Mujer Atlixco
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