Poner un alto a toda la violencia es un objetivo del que todos, todas, somos parte.
Una vez más fuimos testigos de un tipo de violencia en la que -como en muchos de los
tipos y modalidades- una gran mayoría de personas hemos participado en muchos
momentos o bien, hemos sido o somos parte; y esta se refiere a la burla, al chiste que
además se celebra por la apariencia de las mujeres.
La “broma”, utilizada por el presentador en la reciente entrega de premios de los premios
“Oscar”, aprovechando la apariencia de una mujer, provocó lo que ampliamente fue
comentado: la bofetada.
Se llama violencia estética, y justo se trata de esa imposición de cánones de belleza que
deben tener las mujeres. Y pareciera increíble darse cuenta que está tan naturalizada que
es tan común escuchar bromas, chistes, mofas, sin darse cuenta o sin importarles que el
aspecto físico que haya producido esa broma, sea producto de alguna enfermedad.
El daño que se produce es irreversible, no sólo por la baja absoluta de autoestima que
provoca, con todo lo que tan solo ello, puede tener como consecuencias. Justo esto fue
expuesto el año anterior en el mes de mayo, por la postdoctora en ciencias sociales,
Esther Pineda, autora del libro “Bellas para morir. Estereotipos de género y violencia
estética contra la mujer” en una entrevista que le hizo Radio Universidad abordó el tema
de la violencia estética que dio origen al libro de su autoría señalando: “este es un tema
que me preocupa porque ha sido una de las problemáticas a las que nos enfrentamos las
mujeres y han sido invisibilizadas en el propio feminismo. Estamos muy concentrados en
las múltiples problemáticas que nos afectan en nuestra cotidianeidad como la violencia
sexual, la violencia física, los femicidios, pero la violencia que tiene un carácter tanto
psicológico como físico y desde ahí que apunto a visibilizarlo”.
Creo con toda razón que la violencia estética aún no ha sido totalmente visibilizada, es
una problemática que afecta a mujeres y niñas desde los primeros años de vida, incluso
en datos de la UNESCO se señala que la apariencia física es la principal causa de acoso
escolar (2019).
Las mujeres crecimos con una idea de la belleza que nos ha sido impuesta. Las medidas de
cuerpo que debemos tener, el color de piel o de cabello, los cuerpos “perfectos” o los
estereotipos de belleza que “debemos” tener y que por supuesto serán los aceptables. En
sentido contrario aquellos que no cumplen estos estereotipos, no son aceptables, son
cuestionados, son “feos” y son usados para hacer mofas, bromas y chistes, que humillan y
sin darnos cuenta ocasionan graves daños: acoso escolar, humillaciones, trastornos de la
salud mental o trastornos de alimentación. Y las mujeres han padecido esta violencia en
silencio.
Sin duda todo lo que representa la violencia estética fue reflejado con claridad en la
ceremonia de la entrega de los premios “Oscar” visibilizando sus características: la
broma, la burla, la mofa, aprovechando la apariencia física de una mujer, provocada
incluso -en este caso- por la enfermedad de una mujer; burla transmitida “en vivo y a todo
color” vista por millones de personas que la celebraron, que causó risas y que como
consecuencia tuvo una respuesta: más violencia -la bofetada-.
Poner un alto a toda la violencia es un objetivo del que todos, todas, somos parte. Cero
tolerancia a los chistes sexistas, racistas, misóginos, que incluso provocan bullying.
La violencia no es natural, es socialmente construida. Empecemos por dejar de reírnos
de una persona por su aspecto físico.
rgolmedo51@gmail.com
@rgolmedo
Palabra de Mujer Atlixco
rociogarciaolmedo.com
Diputada de la LX Legislatura del @CongresoPue Integrante del