ÍNDICE POLÍTICO
FRANCISCO RODRÍGUEZ
Desde el inicio de la campaña presidencial, aún desde mucho antes, todas las encuestas de intención de voto han registrado una ventaja relativamente amplia para Claudia Sheinbaum sobre Xóchitl Gálvez, consecuencia de la incuantificable cantidad de recursos –fiscales y de origen negro– que Andrés Manuel López Obrador ha dilapidado para favorecerla.
No sólo eso. La llamada Cuarta Transformación ha desplegado a 20 mil brigadistas enfundados en chalecos guindas que, bajo las órdenes de la Secretaría del Bienestar federal, gobernadores, alcaldes, senadores y diputados morenistas coaccionan el sufragio entre quienes reciben los llamados apoyos sociales.
Las prácticamente diarias violaciones a la legislación electoral de López Obrador en sus matinés, al intervenir en apoyo a sus candidatos y en contra de los opositores, también han pesado considerablemente entre las audiencias menos informadas y, por ende, menos reflexivas.
La maquinaria del Movimiento de AMLO está trabajando a todo vapor.
Frente a ella, también afanando para evitar ser arrollada, la Coalición opositora también echa su resto a las campañas de sus candidatos, sin que ello se refleje considerablemente en las encuestas.
Bien porque tales estudios estadísticos estén amañados, pues se ha comprobado que Morena las utiliza como propaganda electoral…
… pero, también, porque no son capaces de cuantificar el alto porcentaje de ciudadanos que se niegan a contestar por quien votarán el próximo domingo. En su derecho están.
Enkoll, por ejemplo, cuantifica 19 por ciento de votos nulos y aun así pronostica 60 puntos para Sheinbaum y 30 para Gálvez.
Lo cierto es que el país vive una polarización, también electoral, que tiene un impacto en las encuestas.
Por eso, antes que confiar en ciertos estudios de este tipo que hoy abundan por ser un gran negocio comercial, lo más apropiado sería que los partidos y sus candidatos emplearan la técnica de Simulacro de Votación, con réplicas de credenciales de elector y urnas secretas. Esto, para ofrecer mayores garantías a los electores en relación con el anonimato de sus respuestas. El método es caro, pero mucho más certero.
Los resultados de elecciones federales y estatales recientes han mostrado que las encuestas no entran en la categoría de ciencia exacta.
Y que ello obedece no sólo al abstencionismo, también a la intención del voto que ocultan quienes sí acuden a las urnas.
No hay porque confiar mucho en las encuestas, entonces. Sus fallas en la predicción correcta de los resultados siempre provocan críticas tras la elección.
Son engañosas. Y eso no ha cambiado. Ni tendría por qué cambiar, con las laxas reglas del INE para monitorearlas.
Morena ¿la más afectada por la no respuesta?
En los análisis periodísticos es muy común encontrar referencias al fenómeno del voto oculto como posible explicación a los errores producidos por los institutos de opinión semanas y hasta días antes de las elecciones.
Un porcentaje considerable de los entrevistados se refugia en el “no sabe / no contesta” de los cuestionarios.
¿Por qué lo hacen?
En algunos casos, estos individuos están ocultando sus preferencias partidistas.
En otras ocasiones, este comportamiento responde a la indecisión de los entrevistados.
No obstante, tanto la ocultación del voto como la indecisión no necesariamente se distribuyen de forma uniforme entre todos los partidos.
Podría ocurrir que Morena sea la más afectada por la no respuesta, debido al miedo que la Administración cuatrotera ha inyectado entre la población con sus amenazas nada veladas de pérdida de los programas sociales si es que no votan por Sheinbaum.
Pero también podría sea la Coalición que cobija con sus siglas a Gálvez, precisamente por lo mismo. Si dicen que sufragarán por ella, creen que los recursos que aportamos los pagaimpuestos para los llamados Programas del Bienestar estarían en riesgo.
Como quiera que sea, las muestras de las encuestas están sesgadas cuando el porcentaje de voto oculto oscila entre el 15 y el 20 por ciento.
Y en este 2024, todos esos estudios demoscópicos lo están.
Xóchitl, sería la beneficiaria, según expertos
No sólo los opositores a la 4T, encabezados por Xóchitl Gálvez, esperan, confían, en que el voto oculto sumado a una alta asistencia de ciudadanos a las casillas electorales puede cambiar el lamentable estado de cosas en el que hoy se encuentra nuestro país.
Expertos nacionales y extranjeros también coinciden en ello.
Hace pocos días, por ejemplo, el diario neoyorquino de circulación mundial The Wall Street Journal publicó que “la posibilidad de un gran voto oculto aún podría producir una sorpresa”, en el que también se mencionan los intentos del régimen cuatrotero por dar como un mero trámite el resultado de la elección en favor de la oficialista Claudia Sheinbaum.
“Lo que está en juego en las elecciones de México”, es el título del texto firmado por el Consejo Editorial del WSJ que, de entrada, plantea la gran pregunta:
“¿Conseguirá el partido gobernante Morena una mayoría legislativa lo suficientemente amplia como para reescribir la Constitución?”
“Hay mucho en juego”, dice el editorial y plantea como la interrogante más importante si el partido gobernante Morena del actual presidente Andrés Manuel López Obrador podrá acercarse a su visión de un Estado unipartidista.
“AMLO, como se conoce al presidente, tiene un mandato limitado y no estará en la boleta electoral. Pero la sucesora de Morena, elegida personalmente por él, la ex alcaldesa de Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, lidera las encuestas y promete continuar su agenda de economía nacionalista de izquierda y eliminar los controles y equilibrios constitucionales”, advierte The Wall Street Journal.
Menciona que la candidata opositora Xóchitl Gálvez fue postulada por una coalición de partidos unidos en su preocupación por una presidencia de Sheinbaum que podría hacer que AMLO “mueva los hilos políticos detrás del trono”.
El espíritu empresarial, la competencia, los sólidos derechos de propiedad y los mercados abiertos son los temas de la campaña de Gálvez que la diferencian de Sheinbaum y AMLO, sostiene el medio estadunidense, destacando que la senadora con licencia buscaría una cooperación más estrecha con Estados Unidos en asuntos económicos y de seguridad.
“El México de Gálvez sería un aliado de Occidente”, afirma. Y “rompería con la política exterior de López Obrador, quien ha estado utilizando la migración como moneda de cambio con la Administración Biden para evitar la acción de Estados Unidos en virtud del T-MEC para obligar a México a dejar de discriminar a los inversionistas extranjeros en energía”, señala el Journal.
“El México de AMLO es aliado de Venezuela y Cuba y hogar de un gran número de agentes de inteligencia rusos, según el Comando Norte de Estados Unidos en 2022”, expone el editorial, el cual remarca que el gobierno lopezobradorista afirma seguir una política de no intervención en otros países, pero tres de sus embajadores han sido declarados persona no grata por inmiscuirse en el apoyo a la izquierda en Bolivia, Perú y Ecuador.
“El gobierno de AMLO está utilizando a sus aliados mediáticos para afirmar que las elecciones ya terminaron. Pero el sesgo de muestreo y la posibilidad de un gran voto oculto aún podrían producir una sorpresa”, concluye el editorial.
¡Sorpresa para AMLO y sus seguidores!
El voto oculto anularía la elección de Estado que está en marcha.
Indicios
¿Y el Instituto Nacional Electoral? Pues sólo se mantiene acrítico, callado, frente a la evidente elección de Estado. Sólo leves jaloncitos de orejas ha merecido López Obrador frente a sus múltiples violaciones a la legislación que rige a los comicios, entre otras muchas que a diario pisotea en sus matinés propagandístico-cómico-musicales. Eso, no obstante que fue él quien exigió que diputados y senadores reformaran los códigos ahora vigentes para evitar la intromisión del Ejecutivo Federal lo que inclinaría la balanza en favor de sus candidatos. Pero, ya sabemos, a él no le salgan “con el cuento de que la ley es la ley” … y menos si tiene cómplices como algunos a de quienes encabeza Guadalupe Taddei. * * * Y por hoy es todo. Siempre reconocido con su lectura de esta especie, le deseo ¡buenas gracias y muchos, muchos días!
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