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Defendamos el presupuesto de la UV, defendamos nuestro futuro

Raúl Arias Lovillo, ex rector

En los últimos años las universidades públicas de nuestro país han enfrentado el
embate de recortes presupuestales, la liquidación de fideicomisos de apoyo a la
investigación científica, tecnológica y humanística, la desaparición de becas para
estudiantes de posgrado en el extranjero, entre otras afrentas. Nunca, en los
últimos tiempos, un gobierno se había atrevido a tanto contra la educación
superior de México. Ahora ha tocado el turno a la Universidad Veracruzana.

En efecto, el gobierno del estado de Veracruz ha ratificado la disminución
presupuestal para la institución de educación más importante del estado en 2023.

El presupuesto que tendrá la UV el próximo año será menor en 40 millones al
ejercido este año. Estamos frente a un acto ilegal a todas luces porque violenta el
decreto 350 que reforma el artículo 10 de la Constitución del Estado, publicado en
la Gaceta Oficial el 13 de noviembre de 2017, donde se establece que el
presupuesto de la UV aumentaría progresivamente año con año hasta llegar al
cuatro por ciento del presupuesto total del estado en el ejercicio de 2023. Esto
significa en realidad que el gobierno de Veracruz recorta dos mil 724 millones 992
mil pesos menos al monto que le corresponde por ley a la institución en 2023. Un
escandaloso recorte a las finanzas de la Universidad Veracruzana.

No se requiere hacer un recuento aquí de la enorme importancia que tiene la UV
en nuestro estado y en nuestro país. Pero vale la pena recordar que esta
universidad contribuye con más de la tercera parte de estudiantes que se
encuentran realizando educación superior en el estado; que mantiene el proyecto
de difusión cultural más diverso y completo del país, a excepción tal vez de la
UNAM; que aporta la mayor cantidad de investigadores del sistema nacional en
todas las áreas del conocimiento de Veracruz; que realiza un apoyo fundamental a
la atención de zonas de pobreza y marginación y un largo etcétera.

Por ello, más allá del acto ilegal cometido, muy grave en sí mismo, el recorte
presupuestal tiene un significado más profundo. Se trata de la cancelación del
futuro de miles de jóvenes de Veracruz que no podrán acceder a una formación
profesional de la máxima calidad en el estado, que obligará al recorte o
cancelación de programas fundamentales para el desarrollo institucional, que
impedirá el crecimiento de la calidad de los programas de posgrado, que reducen
de manera fundamental los productos de la investigación científica y académica de
Veracruz.

Por supuesto, de manera importante, se cancelan proyectos de mejoramiento
tecnológico que impedirán transitar a la UV a una etapa de digitalización, como lo
hacen las universidades prestigiadas del mundo.

En fin, el recorte presupuestal golpea a la más importante institución de educación
superior de Veracruz, y a una de las más significativas del país, como resultado de
una engañosa austeridad republicana y de una total miopía de lo que significa el
conocimiento y la educación de calidad. ¿Cómo puede haber recursos para
acarrear a cientos o miles de personas, para realizar actos ilegales de campaña,
para promover resultados no alcanzados como el crecimiento económico, la
seguridad y el bienestar social?

Urge movilizarnos contra este ominoso recorte presupuestal a nuestra Universidad,
que impide su desarrollo, cancelando de esta manera el futuro de Veracruz.

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