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Publicar primero no es una evidencia irrefutable basada en hechos

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Rolando Isita Tornell

Con esta entrega no pretendo echar más leña al fuego, sino invitar a la reflexión. Lo que la prensa permite ver, lo cual ya es un factor de duda más que razonable, es que los comités revisores de un par de tesis parten de fechas, una tesis que fue presentada en una fecha y la otra después. Las dos se parecen casi del todo, luego entonces, la segunda es la que plagió. ¡Cosa juzgada!
Para no hacer más engrudo el arroz, me voy a referir a un caso emblemático: 
El comité de expertos del Nobel Prize que atribuyó un descubrimiento a quien puede considerarse que plagió, cometiendo enorme injusticia y jamás se retractó, no obstante las evidencias.

Lise y su sobrino Otto hacían excursión por parajes montañosos de Suecia, una de las pasiones de Lise, además de la física, añoraba además esas caminatas en su natal Austria recién anexionada a Alemania por el gobierno nazi. Es el año de 1938. Lise muestra a su sobrino una carta de su colega alemán, llamado también Otto, con quien ha estado trabajando, bombardeando núcleos atómicos con neutrones en el Instituto Kaiser Guillermo, hoy conocido como Gotinga.

Lise era una mujer judía, hubo de salir huyendo de Alemania a riesgo de su vida. Niels Bohr la ayudó a refugiarse en Suecia. En la carta, Otto Hahn requería de su adjunta “una sorprendente explicación” de qué estaba sucediendo como resultado del bombardeo con neutrones de un núcleo de Uranio, él pensaba que había un “decaimiento”.

Lise pensó en voz alta explicando a su sobrino: No, de acuerdo con la ecuación de equivalencia de masa y energía de Einstein, lo que sucede es que el núcleo de uranio se parte en dos elementos cuyas masas juntas no son equivalente a la del núcleo original, el faltante es una eyección de neutrones, energía y luz. Y en referencia a la bipartición de las células que los biólogos llamaban fisión, Lise puso nombre al fenómeno físico llamándole “fisión”.

En enero de 1939, la revista alemana Naturewissensschaften publicó un artículo sobre la fisión firmado por Otto Hahn y Frtiz Strassman, colaborador de Hahn igual que Lise Meitner, sin darle crédito a ésta. Por su parte, Lise Meitner y su sobrino, también físico, Otto Fritsch publicaron su descubrimiento en la revista británica Nature unas semanas después.

En 1944, la Academia Sueca de Ciencias otorgó el Nobel de Química a Otto Hahn por el descubrimiento de la fisión del núcleo atómico. Ni siquiera su joven colega Fritz Strassman compartió la presea, aunque al menos fue aludido en el discurso del presidente del Comité Nobel para Química, al igual que Meitner y Frisch. Hahn se disculpó por no estar presente en la ceremonia de premiación.

En diciembre de 1946 se conminó a Hahn a que recibiera el premio de manos del Rey de Suecia, nunca lo recogió. El criterio que aplicó el comité Nobel fue “el que publicó primero”, jamás se retractó. Albert Einstein llamó a Lise “nuestra madame Curie alemana”, falleció en 1960 a los 72 años. La injusticia fue ¿por ser física? ¿por ser mujer? ¿por ser judía? ¿por publicar después? O por las cuatro cosas.

El hecho a destacar es que “quien publique primero” no es un criterio académico basado en evidencias, es más bien un dogma con el que se cometen injusticias de ese tamaño.

Por lo que a mí me toca, mis adversarios ya me pueden acusar de autoplagio. El artículo completo fue compilado en la Antología de Física, de la revista ¿Cómo ves?, de la DGDC UNAM, el 2 de febrero de 2018.

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