Miles de personas participaron en marchas y concentraciones en distintas ciudades del país, la de México con un zócalo completo, en contra de la reforma auspiciada por el presidente Andrés Manuel López Obrador y aprobada por el Congreso de la Unión, que reduce sustancialmente funciones del Instituto Nacional Electoral, lo que consideran un retroceso de la democracia.
De paso, muchos de los marchistas aprovecharon el escenario y lanzaron fuertes críticas al gobierno y en particular al titular del ejecutivo federal.
Como en muchas concentraciones masivas o disminuidas, hay de todo como en las antiguas boticas o tlapalerías o ferreterías.
Los extremos se tocan: desde conservadores extremos hasta liberales demócratas; beneficiarios consumados de gobiernos anteriores hasta
personas que temen perder privilegios o pertenencias; clases altas, medias altas, medias medias, medias bajas y unos que otros reaccionarios a ultranza; hasta convencidos demócratas.
Es la nación de hoy.
Un modelo que intenta fortalecer un mínimo equilibrio de bienestar de la terrible herencia histórica de millones de connacionales en extrema pobreza o pobreza –ejemplos sobran-.
Eso en un contexto en el que el presidente Andrés Manuel López Obrador es muy dado a descalificar, a veces con razón y otras de plano sin razón, porque cree -por su experiencia y por lo que quiere del país- que la verdad verdadera está en su pensamiento y acción, sin ver ni oír –se acuerdan- ante una burocracia y su partido Morena que lo acatan sin chistar por temor a ser corridos.
Y eso frente a las nuevas clases medias y altas y el selecto y minoritario clan de la más alta, quienes, con todo derecho, ven amenazas en la forma en que se dicen y se aplican medidas, leyes y los riesgos que ello supone en la incipiente cultura democrática.
El Instituto Nacional Electoral (INE) es un organismo autónomo que ha transitado cambios cualitativos en relación al pasado en que se hacía y
deshacía en las votaciones, aunque con sus asegunes, dudas hartas, porque en su funcionamiento se ha pasado con tantos beneficios a sus operadores que ya los quisiera hasta Obama.
Lo que se vio ayer es parte de la democracia mexicana, de quienes tienen el derecho al voto podrán acudir a las urnas y decidir qué personas, qué modelo, qué estado de derecho es necesario perfeccionar en pro del desarrollo integral.
Atraques.
- Mario delgado, dirigente del partido Morena –ay Marcelo- de plano calificó de farsa a quienes participaron en la marcha, de derecha y conservadores. Democracia, estimado.
- Más cuidadoso el senador Ricardo Monreal, quien de plano solicitó a su partido no desestimar a la oposición.
- Petróleos Mexicanos (Pemex) ha de volver la vista al mantenimiento preventivo en todas sus plantas en operación. La semana anterior hubo tres incidentes delicados: Tuzandepetl, en Ixhuatlán del Sureste, reserva mayor de hidrocarburos; la refinería Lázaro Cárdenas, de Minatitlán y; Deer Park, en Texas. La magnitud del primer incendio distrajo la atención.
Escritor y periodista