En el marco de la recién creada Cátedra extraordinaria Eavan Boland-Anne Enright de estudios irlandeses, Catherine Heaney compartió parte de sus experiencias de vida al lado de uno de los poetas más importantes del mundo.
El Nobel de Literatura 1995 Seamos Heaney era ante todo un hombre sencillo, nacido en el seno de una familia de agricultores que en cada uno de sus poemas presentaba sus experiencias de vida al norte de Irlanda, narró su hija, Catherine Heaney, durante su visita a las instalaciones de la Facultad de Filosofía y Letras (FFyL) de la UNAM.
En el marco de la recién creada Cátedra extraordinaria Eavan Boland-Anne Enright de estudios irlandeses, la editora compartió con estudiantes universitarios parte de sus experiencias de vida al lado de uno de los poetas más importantes del mundo.
Durante el “Conversatorio con Catherine Heaney sobre su obra y la de su padre”, realizado en salones de esta casa de estudios, la editora recordó que su padre visitó en varias ocasiones nuestro país, la primera de ellas hacia 1981 para el Festival Internacional de Poesía y de ahí en varias ocasiones más viajó por el territorio nacional.
“Mi padre amaba mucho a México y la primera vez que estuvo aquí lo cautivó mucho el país y su gente, fue muy importante para él, sobre todo porque aquí se hizo la primera traducción de su obra”, comentó.
La actual visita de Catherine a nuestro país se debe gracias a la inauguración de la exposición “Seamus Heaney & Jan Hendrix en Yagul”, organizada por el Instituto de Artes Gráficas de Oaxaca, donde se recuerda la visita del Nobel a la entidad, por invitación de Francisco Toledo, en 1999.
“Su voz poética siempre atinaba claramente a lo que él quería expresar y por eso agradezco que su obra haya sido siempre tan bien recibida en México y, especialmente la UNAM, donde están las mejores publicaciones de sus poemas”, comentó.
Los grandes poetas también pueden ser grandes padres, al menos él lo era, reflexionó Heaney:
“Cuando era pequeña me enseñó su primer borrador de su poema Digging (cavando). Me lo mostró cuando yo tenía la misma edad que él cuando lo escribió, fue intimidante, porque yo aún no había escrito nada, y mucho menos nada así”, recordó entre sonrisas.
Cuando Seamus Heaney comenzó, muy pocas personas hacían algo similar a él, por eso fue tan importante su obra, recordó Catherine quien añadió que una de las principales labores de su padre, aun con el cambio de vida que implicó ganar el Premio Nobel, fue seguir apoyando a las nuevas generaciones de poetas irlandeses, a quienes constantemente invitaba a involucrarse en explorar su vida, historia y situaciones.
Catherine recordó que una de las principales labores de su padre, aun con el cambio de vida que implicó ganar el Premio Nobel fue seguir apoyando a las nuevas generaciones de poetas irlandeses, a quienes constantemente invitaba a involucrarse en explorar su vida, historia, situaciones.
Catherine destacó que parte de su trabajo es preservar la memoria de su padre, y una forma de hacerlo es cuidar que las traducciones de los poemas de su padre en los muy diferentes idiomas que se encuentran sean lo más correctas posible, de ahí que constantemente hace revisiones de estos trabajos en el mundo.
De ahí que aprovechó para felicitar especialmente a la escritora Pura López Colomé, quien en su consideración, es la mejor traductora al español de la obra de su padre, como se ve reflejado en la obra “100 poemas de Seamos Heaney”, recientemente editado por la UNAM.