- “La frontera no es sólo migrantes, tiene que ver con todos los seres humanos que se desplazan y encuentran fronteras simbólicas, físicas e institucionales”, sostuvo Mario Luis Fuentes.
- Derechos de los migrantes fue el título de una nueva sesión del seminario permanente El derecho y la salud mental, coordinado por María Elena Medina-Mora, miembro de El Colegio Nacional.
- En la mesa participaron los especialistas en la materia Hilda Dávila Chávez, Mario Luis Fuentes, Shoshana Berenzon Gorn, Sergio Aguilar-Gaxiola, Luis Raúl González Pérez y Nicolás Iván Martínez.
- De acuerdo con González Pérez, “las reprobables tragedias, como la de Ciudad Juárez que dejó 40 migrantes muertos y 25 heridos, no constituyen un hecho aislado, es una página más de un libro de horror, miseria, exclusión y abandono”.
La frontera está en todas partes, no sólo entre dos naciones. La frontera va más allá de un espacio geográfico e implica estar lejos o confrontando a una institución, “porque las instituciones que no tienen la capacidad, la actitud o los recursos muchas veces se convierten en la frontera”, aseguró Mario Luis Fuentes, investigador del Programa Universitario de Estudios del Desarrollo de la UNAM, al iniciar la mesa Derechos de los migrantes, como parte del seminario permanente El derecho y la salud mental, coordinado por María Elena Medina Mora, miembro de El Colegio Nacional.
El fundador del proyecto multimedia México social expuso que, hoy en día, la imagen de la estación de migrantes de Ciudad Juárez representa la figura de la frontera y “estar dentro de ésta implica la violación por el Estado”, motivo por el cual el concepto requiere definirse como algo que va más allá de la situación de entrada y salida de personas del país. “La frontera no es sólo migrantes, tiene que ver con todos los seres humanos que se desplazan y encuentran fronteras simbólicas, físicas e institucionales. Además, implica la sensación de vulnerabilidad y desprotección”.
De acuerdo con el titular de la Cátedra Extraordinaria sobre Trata de Personas, la frontera debe estar redefinida sobre la condición de sobrevivir en el margen y ser objeto de la mirada lejana de los derechos humanos. “Toda la población que se desplaza en el siglo XXI por las violencias, conflictos bélicos y desastres naturales por las crisis climáticas habitan fronteras”, que se convierten en una pérdida de nombre y ausencia de reconocimiento. El especialista enfatizó que “la frontera total es la desaparición”, sobre todo, en un territorio como el mexicano. En el país, “la población que se desplaza camina sobre las fosas, que no puedo dudar en llamar campos de exterminio”.
“Tenemos que resignificar la idea de territorio y geografía económica. Hoy tenemos que dar cuenta que la frontera también está marcada por territorios que son apropiados ilegalmente por grupos armados, por lo que se pierde su noción comprensiva”. Es importante reconocer que “la frontera es una construcción sociocultural que implica un país que está lleno de drama, dolor, desesperación y, sobre todo, de falta de esperanza”, concluyó el autor del libro La frontera está en todas partes.
En la sesión, realizada en formato híbrido en el Aula Mayor de El Colegio Nacional y transmitida en vivo el 21 de abril por las plataformas digitales de la dependencia, también participaron los especialistas en la materia Hilda Dávila Chávez, Shoshana Berenzon Gorn, Sergio Aguilar-Gaxiola, Luis Raúl González Pérez y Nicolás Iván Martínez.
Al tomar la palabra, Shoshana Berenzon Gorn, directora de Investigaciones Epidemiológicas y Psicosociales del Instituto Nacional de Psiquiatría, habló de la Depresión y ansiedad en migrantes en tránsito por México. Recordó que, desde hace años, la migración centroamericana no se da por una cuestión económica, “se ha convertido en una migración forzada que tiene que ver con condiciones de inequidad, pobreza, violencia y cambio climático”. Aunado a lo anterior, se incluyen sus vivencias a su paso por México y es que “nueve de cada diez migrantes regulares en el país son centroamericanos”.
Un estudio cualitativo realizado por el equipo de la experta delineó las vulnerabilidades acumuladas que enfrentan los migrantes en México y afectan su salud mental generándoles ansiedad. El trabajo de investigación consistió en una serie de entrevistas a migrantes en tránsito por la capital del país y Tijuana. “Las condiciones económicas, más las climáticas, más la violencia, más las características personales se van reforzando y aumentan la probabilidad que se presente cualquier problema de salud”.
De acuerdo con los resultados, se clasificaron en cinco las vulnerabilidades principales: la primera, es la condición precaria de su viaje por el país, la falta de dinero es una constante y pueden pasar todo un día sin comer, “lo que habla de un problema de seguridad alimentaria grave”; la segunda tiene que ver con el rechazo debido a su identidad, “hay un gran estigma por parte de las autoridades de migración y de los mexicanos hacia su color de piel, nacionalidad y etnia”; la tercera es el abuso por parte de las autoridades mexicanas que van desde extorciones hasta las violencias sexuales y físicas; la cuarta es la violencia de las organizaciones criminales, “son robados, asaltados, amenazados y agredidos, seis de cada 10 migrantes manifestaron sufrir este tipo de vulnerabilidad”; y la quinta es el tiempo de espera para trasladarse, “ellos se sienten atrapados en una espera estresante”, porque se quedan en un lugar donde no quieren estar.
Según datos del estudio, cuatro de cada 10 migrantes tenían síntomas de ansiedad, con un porcentaje mayor en mujeres. Para Berenzon Gorn, en los últimos años, las condiciones adversas han aumentado y se asocian con factores como el endurecimiento de las políticas públicas. Además, hay un rechazo hacia las autoridades mexicanas, lo que lleva a las personas en tránsito a tomar rutas más peligrosas y con mayor violación a sus derechos humanos. “Esto los coloca en un espacio de invisibilidad y la lógica de los derechos humanos y la de las políticas migratorias no es similar”.
En este sentido, la colegiada María Elena Medina-Mora puntualizó que “estamos hablando de desplazamiento forzado y también de retención forzada, es decir, (los migrantes) tienen la doble experiencia, cuando salen de su país y no pueden llegar a su destino, cruzan por un país que no es seguro y llegan a una situación que no es admisible por la violación a sus derechos humanos”.
La salud de los migrantes en Estados Unidos: las ventanillas de salud
En su participación, Hilda Dávila Chávez, coordinadora del programa Ventanillas de Salud, proyecto que busca mejorar la salud y el bienestar de la población migrante latinoamericana en Estados Unidos, expuso que la migración es un determinante social de la salud, “hay factores de vulnerabilidad como los cambios en los estilos de vida, la exposición a las enfermedades contagiosas, el estrés y maltrato, así como el acceso limitado a los servicios”, que se pueden tomar en cuenta para este efecto.
Puntualizó que cifras recientes muestran que actualmente 45.3 millones de migrantes viven en Estados Unidos, de los cuales 24 de cada cien son mexicanos. “La situación de los mexicanos es muy vulnerable, muchos no tienen seguro médico y reportan tener un limitado dominio del idioma inglés, aunado al bajo nivel educativo que afecta su inserción en el mercado laboral y el acceso a servicios de salud”. Dávila Chávez aseguró que para atender a esta población y lograr una cooperación bilateral entre México y Estados Unidos, se realizaron tres acciones específicas: la Semana Binacional de Salud, las ventanillas de salud en los consulados y las unidades móviles de salud.
La miembro honorario del Centro Nacional para la Salud del Trabajador Agrícola con sede en Texas, describió que la semana binacional de salud, en realidad es un mes y se lleva a cabo de forma anual en octubre; contempla talleres, ferias, pláticas, atenciones médicas y capacitaciones a los migrantes y sus familias. Sin embargo, para una atención permanente, se crearon las ventanillas de salud, que buscan mejorar el acceso a los servicios básicos y preventivos. Estos instrumentos se instalaron en cada uno de los consulados y establecen un hogar médico a través de información, educación, asesoría y referencias de instalaciones de calidad. “Este 2023 cumplen 20 años las ventanillas de salud en los consulados. La idea es que uno es el primer responsable del cuidado de su salud, una responsabilidad que no se puede relegar”.
En relación a las unidades móviles de salud, éstas fortalecen a las ventanillas y proporcionan servicios, información y educación para la prevención de enfermedades entre la población que vive en zonas remotas y de difícil acceso en comunidades latinas como Chicago, Dallas, Denver o Tucson. “Nueva de cada 10 personas que se atienen den las ventanillas son de origen mexicano, pero también se reciben de todas las nacionalidades, porque esto es un asunto de derechos humanos”, manifestó la ponente.
Por su parte, Sergio Aguilar-Gaxiola, profesor de Medicina Interna de la Escuela de Medicina de la Universidad de California, tituló su charla Nos lleva la que nos trajo: la salud mental de migrantes mexicanos en California. Hizo referencia a la labor que realiza desde hace tres décadas en América del norte, centrada en los trabajadores del campo en California. Ellos “se arriesgan tanto, porque quieren mejorar sus condiciones económicas, lograr una mejor educación de sus hijos y reunirse con la familia, razones muy poderosas en las que un porcentaje importante pierde la vida”.
De acuerdo con el coordinador para América Latina de la Encuesta Mundial de Salud Mental auspiciada por la Organización Mundial de la Salud, “no hemos hecho muchos avances. Los trabajadores del campo están entre los esenciales que han sido desproporcionadamente impactados con mortalidad excesiva. Han muerto muchos por COVID-19”, y esto tiene que ver con la vivienda, la exposición en el transporte al trabajo y en el espacio laboral.
“La causa número uno de muerte en los últimos tres años ha sido el coronavirus SARS-Cov-2”, afirmó el especialista. Según un estudio que involucró organizaciones comunitarias con credibilidad para proporcionar apoyo a los servicios para trabajadores del campo indígenas y migrantes, nueve de cada 10 reportaron tomar precauciones para proteger a sus familias cuando llegaban del trabajo a su casa, incluyendo la distancia física y el aislamiento. “Hay datos del aumento de las ideas suicidas y comportamientos suicidas.
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