Por Gabriel Gamar
Hasta ahora había caminado por un mismo sendero,
pero llegó una ventisca a borrar la vereda
y cuando miré hacia atrás me encontraba perdido,
también se había borrado el rastro de mis huellas.
Entonces intenté continuar por un nuevo camino
y no fue difícil retomar el rumbo,
pues cuando uno conoce cuál es su destino
siempre caminará seguro mirando hacia el futuro.
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