Poco se ha hablado ya de la nueva Reforma Educativa, tal pareciera que al abrogar la reforma promovida por el expresidente Peña Nieto, volvimos a quedar como al principio, es decir, rezagados. Si viéramos a la educación como una empresa, nos daríamos cuenta de lo urgente que es innovar y actualizar los métodos educativos. No nada más las instalaciones de los planteles, ni los sueldos y prestaciones de los maestros, sino también los procesos y la metodología para el aprendizaje.
Cuando nació el sistema Montessori se dio un gran paso en los métodos de enseñanza, pero se formó también un gran abismo entre la educación tradicional y la moderna, que significaba dejar que el alumno echara mano de su creatividad y dejara de lado el proceso automático de la memorización.
La tecnología ha ocupado un lugar muy importante en la educación actual, las nuevas generaciones ya son nativos digitales y se han manejado plataformas mediante tabletas, que en algunas escuelas han sustituido a los libros. Google Education se ha preocupado por la educación y están promoviendo los equipos Chromebook con resultados muy alentadores. Hoy estamos viviendo en un mundo que cambia constantemente, apenas estamos aprendiendo a hacer algo, cuando ya hay que actualizarse para no quedar en la obsolescencia. Nuestros hábitos tanto de lectura como de aprendizaje en el día a día ya no son los mismos.
Como dije al principio, si viéramos a la educación como una empresa invertiríamos más en la innovación, no un día, sino todos los días, porque las empresas modernas requieren de profesionistas más capacitados, pero no nada más en su especialidad, sino en el uso de la tecnología aplicada a la misma.
Las universidades tienen que empezar a producir profesionistas que se adapten a las exigencias del mercado laboral. Tenemos problemas nuevos, así que requerimos soluciones nuevas. Las escuelas están muy preocupadas, pero más ocupadas en desarrollar y conocer habilidades y ocupándose de lo socio emocional, que es tan importante como lo académico.
CON LA MOCHILA LLENA
Hace apenas unos años, se decía que la carrera del futuro era la computación, nada más erróneo, porque las computadoras tan solo son una herramienta, lo importante es lo que el profesionista sabe hacer con las computadoras. Echar mano de los recursos digitales hoy es cómo manejar un coche y las escuelas deben contar con estas nuevas tecnologías para que el alumno pueda cumplir con los objetivos planteados en las carreras que cursan.
Esto no significa que no sea importante estudiar carreras humanísticas como historia, filosofía o literatura, pero el sector educativo debe buscar nuevos métodos para que el aprendizaje de estas asignaturas sea más ameno y menos tedioso. Es sumamente importante que los maestros se actualicen, que sepan enseñar y motivar al alumnado para que no deje los estudios y salga bien preparado para el futuro. Los profesores se deben capacitar, así como los salones de clase se deben modernizar y equipar, porque hasta ahora todo sigue igual.
Urge que se apliquen nuevas plataformas, que se implementen nuevos foros o talleres para que el alumno se relacione con sus futuros colegas con quienes va a competir mañana. Puede haber nuevas materias, pero si no se enseñan con nuevos métodos, de nada servirá. Hoy la innovación en la educación es más urgente que nunca, para que nos anticipemos a los retos del futuro.
Sin embargo, es imprescindible preparar técnicamente a los futuros médicos, ingenieros o políticos, sin dejar de fomentar el civismo y los valores. Hay que llenarles la mochila con herramientas para el mañana.
Es poeta, redactor y fotógrafo originario de Puebla, radicado en Coatzacoalcos, Veracruz. Ha escrito varios libros de poesía y narrativa como Archivo de Sueños, Corazón de Metal y El Lugar Común, así como el poema Viajar es Regresar.